JAJAJA... no se ofendan, paisanas, debemos reírnos un poco de nosotros mismos.
*-*-*-*-*-*
Don Cruz Treviño de la Garza y Garza, orondo representante de la burguesía industrial regiomontana, entra una mañana en su habitual sucursal de Banregio y se dirige a un cajero:
- ¿Cómo está, don Cruz? ¿Qué necesita, primo?
- Hola, primo. Vengo a solicitar un crédito.
- Encantado de atenderle, don Cruz. Veamos... ¿qué cuantía solicita?
- Diez pesos.
- ¿Diez...? Por favor, don Cruz... ¡No es necesario solicitar un crédito por esa cantidad. Puede usted retirarlo de cualquiera de sus cuentas aquí en la caja. ¿Se lo saco de su visa platino o de su tarjeta de crédito normal?
- ¡He dicho que quiero que se me conceda un crédito POR DIEZ PESOS! ¡Si no me lo conceden, cancelo la cuenta, las tarjetas, el fondo de inversiones y me voy a otro banco!
- ¡Oh, no, don Cruz, por favor! No me malinterprete... Desde luego no tenemos ningún inconveniente en concederle su crédito, faltaría más. Bien... ¿a qué plazo desea que le ponga el crédito?
- Un mes.
- Bien, como es un plazo corto le aplicaremos un interés de un 10%... y por ser vd. uno de nuestros mejores clientes, lo dejaremos en el 5%, o sea 50 centavos. ¿Le conviene?
- Muy bien, compadre. Como garantía, quiero dejar mi Hummer y el BMW de mi vieja.
- ¿El BMW de su señora y su Hummer? ¡Pero, don Cruz! Por esa cantidad no es necesario que nos deje una garantía tan cara. Además, tratándose de usted, sobra cualquier garantía...
- ¡He dicho que quiero dejar de garantía mi troca y el carro de mi vieja! ¡Si no me lo aceptan, cancelo las cuentas, el fondo de inversiones y me voy a otro banco!
- ¡Oh, no, no, don Cruz! ¡Por favor! Aceptamos con mucho gusto su garantía, claro que sí. Puede dejar los carros en el estacionamiento techado de este banco, ya sabe que está vigilado y estamos cubiertos por un seguro a todo riesgo contra todo tipo de robos, accidentes e incendios. Ahora, no tiene más que firmar aquí. Eso es. Muy bien, don Cruz. Muchas gracias, tenga sus diez pesos y ya sabe que aquí estamos su disposición. Hasta pronto.
Don Cruz llega a casa y se dirige exultante a su mujer:
- ¡¡Vieja!! ¡Ya nos podemos ir de vacaciones! ¡¡¡ENCONTRÉ ESTACIONAMIENTO
VIGILADO PARA EL BMW Y LA HUMMER DURANTE UN MES, Y POR SÓLO DIEZ PESOS CON CINCUENTA CENTAVOS!!!
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Don Cruz Treviño de la Garza y Garza, orondo representante de la burguesía industrial regiomontana, entra una mañana en su habitual sucursal de Banregio y se dirige a un cajero:
- ¿Cómo está, don Cruz? ¿Qué necesita, primo?
- Hola, primo. Vengo a solicitar un crédito.
- Encantado de atenderle, don Cruz. Veamos... ¿qué cuantía solicita?
- Diez pesos.
- ¿Diez...? Por favor, don Cruz... ¡No es necesario solicitar un crédito por esa cantidad. Puede usted retirarlo de cualquiera de sus cuentas aquí en la caja. ¿Se lo saco de su visa platino o de su tarjeta de crédito normal?
- ¡He dicho que quiero que se me conceda un crédito POR DIEZ PESOS! ¡Si no me lo conceden, cancelo la cuenta, las tarjetas, el fondo de inversiones y me voy a otro banco!
- ¡Oh, no, don Cruz, por favor! No me malinterprete... Desde luego no tenemos ningún inconveniente en concederle su crédito, faltaría más. Bien... ¿a qué plazo desea que le ponga el crédito?
- Un mes.
- Bien, como es un plazo corto le aplicaremos un interés de un 10%... y por ser vd. uno de nuestros mejores clientes, lo dejaremos en el 5%, o sea 50 centavos. ¿Le conviene?
- Muy bien, compadre. Como garantía, quiero dejar mi Hummer y el BMW de mi vieja.
- ¿El BMW de su señora y su Hummer? ¡Pero, don Cruz! Por esa cantidad no es necesario que nos deje una garantía tan cara. Además, tratándose de usted, sobra cualquier garantía...
- ¡He dicho que quiero dejar de garantía mi troca y el carro de mi vieja! ¡Si no me lo aceptan, cancelo las cuentas, el fondo de inversiones y me voy a otro banco!
- ¡Oh, no, no, don Cruz! ¡Por favor! Aceptamos con mucho gusto su garantía, claro que sí. Puede dejar los carros en el estacionamiento techado de este banco, ya sabe que está vigilado y estamos cubiertos por un seguro a todo riesgo contra todo tipo de robos, accidentes e incendios. Ahora, no tiene más que firmar aquí. Eso es. Muy bien, don Cruz. Muchas gracias, tenga sus diez pesos y ya sabe que aquí estamos su disposición. Hasta pronto.
Don Cruz llega a casa y se dirige exultante a su mujer:
- ¡¡Vieja!! ¡Ya nos podemos ir de vacaciones! ¡¡¡ENCONTRÉ ESTACIONAMIENTO
VIGILADO PARA EL BMW Y LA HUMMER DURANTE UN MES, Y POR SÓLO DIEZ PESOS CON CINCUENTA CENTAVOS!!!
Última edición por popita el Vie 18 Sep 2009, 18:52, editado 4 veces