Con diferente intensidad en cada persona, la separación siempre deja una dolorosa sensación de fracaso, aunque a veces puede ser la puerta hacia una nueva vida, más plena y feliz. En este informe, usted podrá visualizar si usted pretende que ese divorcio se transforme en una oportunidad o una condena.
Llega un momento de la vida en que todo parece resuelto. El hogar familiar tan soñado desde la niñez hace tiempo que se ha hecho realidad, y la vida sólo parece ser una serie de pequeñas cuestiones por resolver, como la comida de la noche o la reparación del equipo de música.
Pero de forma repentina, emerge una situación jamás planificada, impensada algún tiempo atrás, y que le obliga a replantearse su vida entera, desde las situaciones más importantes hasta el más mínimo detalle.
Nos estamos refiriendo al divorcio.
En efecto, el cambio no sólo se dará en el tipo de vida que deba llevar a partir de allí, sino en lo más íntimo de cada ser. Sucede que, según señalan los especialistas, la persona que está casada forma una concepción de sí misma que incluye a sus parejas, por eso es que suelen ser “la señora de ” o “el esposo de”, y muchas veces están borrados los límites entre la propia identidad y la de la otra persona.
Por cierto, aquellos hombres o mujeres que llevaron adelante una relación más simbiótica o apegada, tendrán muchas más dificultades que quienes pudieron mantener una vida autónoma y al margen de la pareja en ciertos momentos.
Incluso, muchas de estas últimas personas podrán comenzar a disfrutar más de su nueva e independiente vida, y posiblemente podrán sentir la libertad de no tener que hacer frente a reproches ni calcular sus acciones milimétricamente.
Pero, en cualquier caso, el transe siempre resultará duro en un principio, pues cómo se ha visto, se perderá cierta identidad, pero también muchas costumbres y comodidades de la vida de pareja, que ayudaban a hacer más simple el manejo de la vida cotidiana.
Estas cuestiones, que podían parecer de mínima importancia antes, empiezan a adquirir un gran significado cuando ambos miembros de la pareja comienzan a vivir solos. Por caso, muchos hombres advertirán que son incapaces de cocinar el más sencillo plato, e incluso de prevenir un incendio en su cocina cuando lo hagan, mientras que muchas mujeres ya no podrán desentenderse de la rotura de una ventana.
Con respecto a los hijos, también se experimentará un cambio mayúsculo en la relación, que suele estar signado por cierta distancia muy difícil de resolver por parte de los padres, o una cercanía muy estrecha, en el caso de las madres.
Otra de las cuestiones que serán un foco de conflicto para ambos miembros de la ex pareja, será su relación con la antiguas amistades. Tanto el hombre como la mujer asumirán que la mayoría de los amigos deberán ir para un lado o para el otro, pues sería dificultoso para ellos jugar un doble rol en el cual puedan ser amigos de personas que entre sí son como “enemigas”. Lo que a menudo sucederá, es que estas amistades se bifurquen por los caminos del inicio, es decir teniendo en cuenta la amistad original con uno de los miembros de la pareja.
Por eso, será posible que, además de tener que asumir una nueva identidad y lidiar con aspectos hogareños desconocidos, una persona separada deba enfrentarse a un mundo con menos afectos, no solo por la falta de la pareja, sino también de algunos, o varios, de los amigos.
Pero, según señalan los expertos, será justamente cuando se asimilen todas estas cuestiones negativas, el momento en que comenzará la recuperación. Y es que una vez que se puedan comenzar a ver las pérdidas, y surja la angustia, emergerá también la necesidad de llenar estos vacíos.
Algunos, elegirán desarrollar a futuro una muy nueva vida, libre e independiente. Otros buscarán nuevamente el amor de una pareja que los apoye y sostenga. En estos casos, se comenzará también a buscar otra vida, que incluirá a otras personas, las cuales se suelen encontrar diversas reuniones o encuentros de solos y solas destinados a formar nuevas parejas.
Para ese entonces, las mujeres comenzarán a ponerse más lindas, ya que tendrán la necesidad de gustar y atraer a alguien, lo cual sin dudas les revelará una faceta desconocida u olvidada que las hará sentir muy bien.
Los hombres por su parte, encontrarán más fácil que en su juventud relacionarse con una persona del sexo opuesto, pues encontrarán que muchas mujeres ya tendrán un rol más maduro y activo en la socialización, pues estarán deseosas de volver a formar un hogar.
Asimismo, podrán comenzar a recrear una nueva relación con sus hijos, en donde el poco tiempo en el que puedan estar juntos, deberá ser aprovechado al máximo y vivido intensamente, algo que tal vez no sucedía con anterioridad a la ruptura.