Un cierto hombre plantó una rosa y la regó fielmente y antes de que
floreciera, la examinó. Vio que el capullo pronto florecería, pero notó
espinas en el tallo y pensó: "¿Cómo puede tan bella flor provenir de
una planta cargada de tantas espinas afiladas?" Entristecido por este
pensamiento, se olvidó regar la rosa y, justo antes de que pudiera
florecer, murió.
Así pasa con mucha gente. Dentro de cada alma hay una rosa. Las
cualidades que reflejan a Dios colocadas en nosotros al nacer, crecen
en medio de las espinas de nuestras fallas. Muchos de nosotros nos
miramos a nosotros mismos y vemos tan sólo las espinas, los defectos.
Nos desesperamos, pensando que nada bueno puede salir de nosotros.
Descuidamos regar lo bueno en nosotros y, eventualmente se muere. Nunca alcanzamos nuestro potencial.
Alguna gente no ven la rosa dentro de sí mismas; alguien más tiene que mostrárselas. Uno de los grandes dones que una persona puede poseer es la habilidad de llegar más allá de las espinas de otros y hallar la rosa dentro de ellos.
Esta es una de las características del amor... mirar a una persona,
conocer sus verdaderas fallas y aceptar a esa persona en nuestra
vida... siempre reconociendo la nobleza en su alma. Ayudemos a otros a darse cuenta de que pueden superar sus fallas. Si les mostramos la "rosa" dentro de sí, ellos conquistarán sus espinas. Sólo así florecerán muchas veces.
La Parábola de la Rosa fue escrita por Umair... un estudiante universitario en Arabia Saudita.
Fuente: www.AsAManThinketh.net
Pero teniendo dones que difieren, según la gracia que nos ha sido dada,
usémoslos: si el de profecía, úsese en proporción a la fe; Rom 12:5-7
El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía, se acabarán;
si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará. I Cor 13:8
www.RenuevoDePlenitud.com
floreciera, la examinó. Vio que el capullo pronto florecería, pero notó
espinas en el tallo y pensó: "¿Cómo puede tan bella flor provenir de
una planta cargada de tantas espinas afiladas?" Entristecido por este
pensamiento, se olvidó regar la rosa y, justo antes de que pudiera
florecer, murió.
Así pasa con mucha gente. Dentro de cada alma hay una rosa. Las
cualidades que reflejan a Dios colocadas en nosotros al nacer, crecen
en medio de las espinas de nuestras fallas. Muchos de nosotros nos
miramos a nosotros mismos y vemos tan sólo las espinas, los defectos.
Nos desesperamos, pensando que nada bueno puede salir de nosotros.
Descuidamos regar lo bueno en nosotros y, eventualmente se muere. Nunca alcanzamos nuestro potencial.
Alguna gente no ven la rosa dentro de sí mismas; alguien más tiene que mostrárselas. Uno de los grandes dones que una persona puede poseer es la habilidad de llegar más allá de las espinas de otros y hallar la rosa dentro de ellos.
Esta es una de las características del amor... mirar a una persona,
conocer sus verdaderas fallas y aceptar a esa persona en nuestra
vida... siempre reconociendo la nobleza en su alma. Ayudemos a otros a darse cuenta de que pueden superar sus fallas. Si les mostramos la "rosa" dentro de sí, ellos conquistarán sus espinas. Sólo así florecerán muchas veces.
La Parábola de la Rosa fue escrita por Umair... un estudiante universitario en Arabia Saudita.
Fuente: www.AsAManThinketh.net
Pero teniendo dones que difieren, según la gracia que nos ha sido dada,
usémoslos: si el de profecía, úsese en proporción a la fe; Rom 12:5-7
El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía, se acabarán;
si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará. I Cor 13:8
www.RenuevoDePlenitud.com