chicas se imaginan esto............
El Orgasmatrón era un gran tubo que podía contener a una o dos personas y proporcionar orgasmos al instante en la película “El Dormilón”. Stuart Meloy, especialista en tratamientos contra el dolor, consideró que no había mejor nombre para su descubrimiento: un implante de electrodos que maximiza los orgasmos.
Este dispositivo (varias veces más pequeño que el contenedor imaginado por Woody Allen) consiste en una pequeña caja que se coloca sobre la piel, arriba de la cintura, y dos electrodos que se insertan entre las vértebras y la médula espinal. Un control remoto permite activar los pulsos eléctricos y jugar con la velocidad e intensidad. Las redes de nervios afectadas, envían señales de placer a la parte del cerebro que procesa información que viene de los genitales. Y como resultado tenemos un efectivo y poderoso orgasmo.
Lejos de querer inventar un juguete sexual, Meloy estaba tratando de anular el dolor de una pierna en una paciente cuando ésta lanzó un gemido de placer. Y allí estaba el descubrimiento que podría venderse como pan caliente. Como buen científico, el doctor primero pensó en las aplicaciones curativas de su invento y realizó implantes en 11 mujeres con algún tipo de disfunción orgásmica. 6 de ellas habían perdido la capacidad de tener orgasmos y 5 de ellas jamás lo habían disfrutado. Luego de 9 días, los resultados fueron esperanzadores. Cinco de las mujeres volvieron a gozar del clímax sexual y, si bien el Orgasmatrón no pudo proveer la revelación del orgasmo a las 5 mujeres que nunca habían tenido uno, éstas afirmaron disfrutar de sensaciones placenteras. Según las voluntarias, el Orgasmatrón aumentó la lubricación vaginal y varias declararon tener una sensación de estimulación en el clítoris. Incluso hubo reportes de contracciones musculares en la vagina para quienes usaron el dispositivo al máximo de su potencia.
Meloy considera que los orgasmos se basan en conexiones neurológicas preestablecidas y que su dispositivo podría ayudar a que estas conexiones no se pierdan. El uso regular del Orgasmatrón ayudaría a fortificar estas conexiones neurológicas para acceder con mayor facilidad a un orgasmo (obrando algo así como una rehabilitación neurológica del placer)
La buena noticia es que este dispositivo no sería sólo para mujeres. El Orgasmatrón de Meloy puede generar erecciones en hombres impotentes (que no pueden usar viagra por condiciones cardíacas) o aumentar las eyaculaciones de quienes quieran una experiencia sexual más extrema. El orgasmatrón todavía tiene unos años de desarrollo y pruebas por delante, pero se calcula que, una vez aprobado, el procedimiento de implante costaría unos € 8.150.
El Orgasmatrón era un gran tubo que podía contener a una o dos personas y proporcionar orgasmos al instante en la película “El Dormilón”. Stuart Meloy, especialista en tratamientos contra el dolor, consideró que no había mejor nombre para su descubrimiento: un implante de electrodos que maximiza los orgasmos.
Este dispositivo (varias veces más pequeño que el contenedor imaginado por Woody Allen) consiste en una pequeña caja que se coloca sobre la piel, arriba de la cintura, y dos electrodos que se insertan entre las vértebras y la médula espinal. Un control remoto permite activar los pulsos eléctricos y jugar con la velocidad e intensidad. Las redes de nervios afectadas, envían señales de placer a la parte del cerebro que procesa información que viene de los genitales. Y como resultado tenemos un efectivo y poderoso orgasmo.
Lejos de querer inventar un juguete sexual, Meloy estaba tratando de anular el dolor de una pierna en una paciente cuando ésta lanzó un gemido de placer. Y allí estaba el descubrimiento que podría venderse como pan caliente. Como buen científico, el doctor primero pensó en las aplicaciones curativas de su invento y realizó implantes en 11 mujeres con algún tipo de disfunción orgásmica. 6 de ellas habían perdido la capacidad de tener orgasmos y 5 de ellas jamás lo habían disfrutado. Luego de 9 días, los resultados fueron esperanzadores. Cinco de las mujeres volvieron a gozar del clímax sexual y, si bien el Orgasmatrón no pudo proveer la revelación del orgasmo a las 5 mujeres que nunca habían tenido uno, éstas afirmaron disfrutar de sensaciones placenteras. Según las voluntarias, el Orgasmatrón aumentó la lubricación vaginal y varias declararon tener una sensación de estimulación en el clítoris. Incluso hubo reportes de contracciones musculares en la vagina para quienes usaron el dispositivo al máximo de su potencia.
Meloy considera que los orgasmos se basan en conexiones neurológicas preestablecidas y que su dispositivo podría ayudar a que estas conexiones no se pierdan. El uso regular del Orgasmatrón ayudaría a fortificar estas conexiones neurológicas para acceder con mayor facilidad a un orgasmo (obrando algo así como una rehabilitación neurológica del placer)
La buena noticia es que este dispositivo no sería sólo para mujeres. El Orgasmatrón de Meloy puede generar erecciones en hombres impotentes (que no pueden usar viagra por condiciones cardíacas) o aumentar las eyaculaciones de quienes quieran una experiencia sexual más extrema. El orgasmatrón todavía tiene unos años de desarrollo y pruebas por delante, pero se calcula que, una vez aprobado, el procedimiento de implante costaría unos € 8.150.