Chicas este artículo me pareció muy interesante, se los comparto...
Frases como:
En muchas ocasiones nos limitamos a “cumplir” para que nuestra pareja no se sienta mal, pero no dejamos espacio para la satisfacción propia y es importante mentalizarse para disfrutar la intimidad.
Educación sexual rígida y cerrada
en relación al sexo, provoca que el sexo se perciba como malo o sucio y
sentimientos como la culpa, el temor a pecar, la inhibición y el rechazo a una
vida sexual plena surgen fácilmente sobre todo en las mujeres, ya que los
hombres tienen “permitido” vivir su sexualidad, aunque esto no los exenta de ser
ignorantes en el área.
Falta de información,
es decir, expectativas o ideas falsas como por ejemplo: que es el hombre el
responsable de brindar placer a su pareja, o que sólo con la penetración se va a
conseguir un orgasmo, que tocarse los genitales es malo, etc.; lo cual provocan
que la mujer adopte un papel pasivo en el que jamás asume la responsabilidad
acerca de su propio placer y con esto el desconocimiento de su cuerpo y por
supuesto de sus genitales, y generalmente se espera que el compañero
“mágicamente” sepa cómo estimularla, ya que el hombre si sabe como hacerlo.
Baja Autoestima,
la mujer en muchas ocasiones no se siente segura de su propio valor, no se
acepta como es, se centra más en lo “que debe hacer” más que en lo “que quiere y
necesita hacer” y no se siente satisfecha con su propio cuerpo; esto la conduce
a no ser capaz de vivir la sexualidad de manera natural y espontánea. Se siente
desconectada de sus propios deseos sexuales, adopta una posición de pasividad
ante la relación, e incluso puede tener problemas en alcanzar el orgasmo o finge
tenerlo por temor a defraudar a su pareja o a ser abandonada.
Respuesta sexual Humana,
las mujeres no estamos enteradas de cómo se desarrolla la respuesta sexual
humana (Por favor lee el artículo acerca del Deseo en la Mujer en www.consultasexual.com.mx Cuando la pareja dedica un tiempo reducido para la estimulación de la mujer, acompañado con falta de caricias o del tiempo suficiente para que ella alcance la lubricación y/o excitación o una actividad sexual precipitada, lleva a que la mujer tenga la percepción de que el hombre sólo quiere tener “sexo” para
satisfacerse él. En el afán de intentar responder tan rápido como lo hace el
hombre, se apura en su proceso de excitación lo que la llevará probablemente a
la perdida del orgasmo o a un coito doloroso.
Cansancio y estrés,
evidente que el ritmo de vida actual provoca que las mujeres tengamos que
hacernos cargo no sólo de nuestras responsabilidades laborales más los hijos, y
la casa, lo que favorece que sintamos inapetencia o falta de interés por
mantener relaciones sexuales con la pareja o a ver la relación sexual como otra
obligación o deber del día. Si agregamos que él también está cansado y quisiera
que a veces tomáramos la iniciativa, las relaciones sexuales se vuelven
rutinarias y carentes de espontaneidad y atractivo.
Falta de comunicación sobre la sexualidad;
si bien es cierto que ambos sexos pasan por fases similares de respuesta sexual
(excitación, meseta, orgasmo, resolución, y período refractario) es sabido que
las mujeres alcanzamos estas etapas más lentamente y por lo tanto, necesitamos
de mayor estimulación previa al coito que el hombre. Pero para que ésta
estimulación sea más placentera y beneficie nuestra excitación y orgasmo,
nuestra pareja debería conocer cuales son nuestras necesidades, expectativas,
deseos, fantasías, etc. La manera más natural es que se lo comuniquemos
abiertamente y no esperemos que la pareja suponga lo que queremos, ya que la
posibilidad de que no cumpla nuestras expectativas son muy altas y nos lleve (a
ambos) a sentir frustración.
Temores y problemas emocionales,
podemos sentir temor a fracasar sexualmente, a no hacer gozar o excitar a la
pareja y miedo al embarazo, miedo al dolor, al que dirán, temor a disfrutar de
nuestra sexualidad por problemas en el pasado, sin embargo tenemos la
responsabilidad de reconocer cuál es el problema y buscar ayuda, necesitamos
darnos que cuenta que estos temores acarrearán un displacer generalizado a
nuestra vida que afectará nuestra respuesta sexual.
Infecciones vaginales, trastornos hormonales,
son también factores que desencadenan inapetencia sexual y dolor durante la
penetración, por ello es muy importante visitar al ginecólogo regularmente para
conocer nuestro estado de salud y tomar las medidas necesarias.
INSATISFACCIÓN SEXUAL EN LA MUJER
Frases como:
- "Temo entregarme al placer, porque va a pensar que soy... fácil".
- "¿Cómo voy a sentir placer si no me gusta ni su cuerpo ni su olor?".
- "El no se preocupa por mí, cuando estoy empezando a sentir, él ya terminó".
- "¿Para qué hacerlo?, si después todo sigue igual de mal entre nosotros. Es más, tiene otra".
- "Lo hago porque si no, se enoja".
- “Yo tengo la culpa de que el sexo sea malo”.
- “Seguramente tengo un problema, no lo satisfago”.
- “No se me antoja”.
- “Le tengo que cumplir para que no se enoje”.
Frecuentemente las mujeres pensamos que tenemos un problema porque no logramos sentir satisfacción en nuestra vida sexual, y la verdad no estamos del todo equivocadas ya que dejamos al hombre la responsabilidad de nuestro placer y ni siquiera nos damos a la tarea de conocer nuestro cuerpo y tampoco comunicamos lo que necesitamos y me refiero al tiempo de estimulación o juego previo, a las caricias, besos, fantasías, etc., que quisiéramos experimentar o sentir. |
La satisfacción sexual y el orgasmo femenino se han vuelto dos temas clave en el área de la sexualidad y las relaciones de pareja y necesitamos identificar las variables que intervienen para que estos “fenómenos corporales y emocionales” se presenten. Además su repercusión en términos del apetito sexual y la vida de la pareja y la satisfacción personal, son básicos. Los factores que más nos limitan para lograr una estabilidad y satisfacción sexual a las mujeres son: | |
en relación al sexo, provoca que el sexo se perciba como malo o sucio y
sentimientos como la culpa, el temor a pecar, la inhibición y el rechazo a una
vida sexual plena surgen fácilmente sobre todo en las mujeres, ya que los
hombres tienen “permitido” vivir su sexualidad, aunque esto no los exenta de ser
ignorantes en el área.
Falta de información,
es decir, expectativas o ideas falsas como por ejemplo: que es el hombre el
responsable de brindar placer a su pareja, o que sólo con la penetración se va a
conseguir un orgasmo, que tocarse los genitales es malo, etc.; lo cual provocan
que la mujer adopte un papel pasivo en el que jamás asume la responsabilidad
acerca de su propio placer y con esto el desconocimiento de su cuerpo y por
supuesto de sus genitales, y generalmente se espera que el compañero
“mágicamente” sepa cómo estimularla, ya que el hombre si sabe como hacerlo.
Baja Autoestima,
la mujer en muchas ocasiones no se siente segura de su propio valor, no se
acepta como es, se centra más en lo “que debe hacer” más que en lo “que quiere y
necesita hacer” y no se siente satisfecha con su propio cuerpo; esto la conduce
a no ser capaz de vivir la sexualidad de manera natural y espontánea. Se siente
desconectada de sus propios deseos sexuales, adopta una posición de pasividad
ante la relación, e incluso puede tener problemas en alcanzar el orgasmo o finge
tenerlo por temor a defraudar a su pareja o a ser abandonada.
Respuesta sexual Humana,
las mujeres no estamos enteradas de cómo se desarrolla la respuesta sexual
humana (Por favor lee el artículo acerca del Deseo en la Mujer en www.consultasexual.com.mx Cuando la pareja dedica un tiempo reducido para la estimulación de la mujer, acompañado con falta de caricias o del tiempo suficiente para que ella alcance la lubricación y/o excitación o una actividad sexual precipitada, lleva a que la mujer tenga la percepción de que el hombre sólo quiere tener “sexo” para
satisfacerse él. En el afán de intentar responder tan rápido como lo hace el
hombre, se apura en su proceso de excitación lo que la llevará probablemente a
la perdida del orgasmo o a un coito doloroso.
Cansancio y estrés,
evidente que el ritmo de vida actual provoca que las mujeres tengamos que
hacernos cargo no sólo de nuestras responsabilidades laborales más los hijos, y
la casa, lo que favorece que sintamos inapetencia o falta de interés por
mantener relaciones sexuales con la pareja o a ver la relación sexual como otra
obligación o deber del día. Si agregamos que él también está cansado y quisiera
que a veces tomáramos la iniciativa, las relaciones sexuales se vuelven
rutinarias y carentes de espontaneidad y atractivo.
Falta de comunicación sobre la sexualidad;
si bien es cierto que ambos sexos pasan por fases similares de respuesta sexual
(excitación, meseta, orgasmo, resolución, y período refractario) es sabido que
las mujeres alcanzamos estas etapas más lentamente y por lo tanto, necesitamos
de mayor estimulación previa al coito que el hombre. Pero para que ésta
estimulación sea más placentera y beneficie nuestra excitación y orgasmo,
nuestra pareja debería conocer cuales son nuestras necesidades, expectativas,
deseos, fantasías, etc. La manera más natural es que se lo comuniquemos
abiertamente y no esperemos que la pareja suponga lo que queremos, ya que la
posibilidad de que no cumpla nuestras expectativas son muy altas y nos lleve (a
ambos) a sentir frustración.
Temores y problemas emocionales,
podemos sentir temor a fracasar sexualmente, a no hacer gozar o excitar a la
pareja y miedo al embarazo, miedo al dolor, al que dirán, temor a disfrutar de
nuestra sexualidad por problemas en el pasado, sin embargo tenemos la
responsabilidad de reconocer cuál es el problema y buscar ayuda, necesitamos
darnos que cuenta que estos temores acarrearán un displacer generalizado a
nuestra vida que afectará nuestra respuesta sexual.
Infecciones vaginales, trastornos hormonales,
son también factores que desencadenan inapetencia sexual y dolor durante la
penetración, por ello es muy importante visitar al ginecólogo regularmente para
conocer nuestro estado de salud y tomar las medidas necesarias.
| De nada nos sirve saber que en México millones de mujeres sufren de insatisfacción sexual, ya que no se trata sólo de un problema de estadísticas; se trata de asumir la responsabilidad de nuestros cuerpos, de conocerlos, de saber qué me gusta, dónde me gusta, cómo me gusta; se trata de buscar información fidedigna y confiable acerca de la sexualidad, de cómo podemos mejorar nuestra vida sexual; se trata de saber que podemos llegar al orgasmo no sólo a través de la penetración sino con estimulación oral y/o manual; se trata de dejar de responsabilizar a “otros” de nuestro propio placer, recuerda que “el orgasmo es de quien lo trabaja”. Saluditos... |