]A[/size] la menstruación, que viene de menstruo, derivado del latín menstruums y cuyo origen está en mensis, mes, se la conoce popularmente como "el flujo", "la regla", "el mes", "el período", "la época", "la costumbre", "la visita", "la novedad" o "la luna".
El uso de algún tipo de toallas sanitarias para estos día es tan antiguo como la humanidad. En tiempos antiguos, la contención del sangrado se hacía mediante tiras de piel suave, conteniendo lana como material absorbente y, más tarde, con toallas de tela, o simplemente con algodón, lo que ocasionaba problemas de higiene, manchados frecuentes e incomodidad, que hacían muy difíciles los periodos menstruales.
Hasta el siglo XIX, las toallas de tela se lavaban y reutilizaban, por lo que la invención de las toallas femeninas desechables cambió la vida de millones de mujeres. Esto sucedió a principios del siglo pasado, comenzando a comercializarse durante los años 20.
Una de las primeras compañías en producirlas fue Kimberly-Clark, que en 1920 lanzó al mercado la marca Kotex, que se deriva de las palabras en inglés cotton texture, que significan “textura de algodón”.
Debido a que la menstruación era un tema que no se mencionaba en público, los comerciantes se negaban a exhibir el producto en sus anaqueles y, por supuesto, ni hablar de sus aparadores. Los pocos que vendían las toallas las escondían detrás del mostrador o de plano en la trastienda. Muchas revistas y periódicos rehusaban publicar sus anuncios. La compañía presionó y, eventualmente, la publicidad fue aceptada. El resto es historia.
Hasta los años 70, las toallas desechables se mantenían en su sitio mediante un cinturón sanitario elástico, al cual se amarraban sus puntas. En esa década aparecieron las toallas autoadheribles y en los 90 las ultradelgadas.
Hoy en día los fabricantes proporcionan a las consumidoras una gama muy amplia de toallas femeninas elaboradas con diversos diseños y materiales, a efecto de cubrir sus necesidades en cuanto a protección y comodidad; las hay con malla plástica o tipo tela, así como para flujos menstruales ligeros, regulares o abundantes.
En el mercado mexicano podemos encontrar 70 productos distintos, que nos permiten elegir las toallas que mejor se adapten a nuestras necesidades y, hay que decirlo, a nuestro presupuesto, ya que las diferencias de precio llegan a ser abismales.
Por otro lado, los antiguos egipcios inventaron los primeros tampones desechables, hechos con papiro suavizado. Los griegos los hacían con hebras enrolladas alrededor de un pedacito de madera, según lo describió Hipócrates, hace 25 siglos. Las mujeres romanas usaban lana y las japonesas, papel; en Indonesia, utilizaban fibras vegetales y en África Ecuatorial, rollos de hierbas. Otros materiales usados para los primeros tampones incluían esponjas y, más tarde, algodón.
El tampón moderno fue inventado en 1929 por el Doctor Earle Hass, de los Estados Unidos. La idea se la dio una amiga suya, quien le comentó que usaba una esponja para absorber el flujo vaginal; Haas desarrolló un pequeño tapón de algodón comprimido, que se insertaba mediante dos tubos de cartón para que las mujeres no tocaran y pudieran contaminar el algodón. El material usado, además, permitía desechar el tampón fácilmente en el excusado. Más tarde, Hass registró la marca Tampax para su producto.
La patente y la marca fueron vendidas a Gertrude Tendrich, una ambiciosa inmigrante alemana que empezó a fabricar los primeros Tampax en su casa, usando una máquina de coser y la máquina compresora de algodón del Dr. Hass. Ella fue una gran visionaria, que supo hacer crecer a la compañía, consiguiendo inversionistas y desarrollando novedosas estrategias de mercadotecnia para el nuevo producto, en una época en la que era difícil anunciarlo abiertamente.
Tendrich contrató a enfermeras para que dieran pláticas sobre la menstruación y los tampones, además de organizar a un grupo de vendedoras que iban de puerta en puerta informando a las mujeres acerca de lo que era un tampón, un producto que cambió los hábitos personales de millones de mujeres en el mundo.
El tampón ha sido considerado entre las 50 pequeñas maravillas que revolucionaron la vida de la gente en el siglo XX.
Y USTEDES QUE PREFIEREN, TOALLAS O TAMPONES?
El uso de algún tipo de toallas sanitarias para estos día es tan antiguo como la humanidad. En tiempos antiguos, la contención del sangrado se hacía mediante tiras de piel suave, conteniendo lana como material absorbente y, más tarde, con toallas de tela, o simplemente con algodón, lo que ocasionaba problemas de higiene, manchados frecuentes e incomodidad, que hacían muy difíciles los periodos menstruales.
Hasta el siglo XIX, las toallas de tela se lavaban y reutilizaban, por lo que la invención de las toallas femeninas desechables cambió la vida de millones de mujeres. Esto sucedió a principios del siglo pasado, comenzando a comercializarse durante los años 20.
Una de las primeras compañías en producirlas fue Kimberly-Clark, que en 1920 lanzó al mercado la marca Kotex, que se deriva de las palabras en inglés cotton texture, que significan “textura de algodón”.
Debido a que la menstruación era un tema que no se mencionaba en público, los comerciantes se negaban a exhibir el producto en sus anaqueles y, por supuesto, ni hablar de sus aparadores. Los pocos que vendían las toallas las escondían detrás del mostrador o de plano en la trastienda. Muchas revistas y periódicos rehusaban publicar sus anuncios. La compañía presionó y, eventualmente, la publicidad fue aceptada. El resto es historia.
Hasta los años 70, las toallas desechables se mantenían en su sitio mediante un cinturón sanitario elástico, al cual se amarraban sus puntas. En esa década aparecieron las toallas autoadheribles y en los 90 las ultradelgadas.
Hoy en día los fabricantes proporcionan a las consumidoras una gama muy amplia de toallas femeninas elaboradas con diversos diseños y materiales, a efecto de cubrir sus necesidades en cuanto a protección y comodidad; las hay con malla plástica o tipo tela, así como para flujos menstruales ligeros, regulares o abundantes.
En el mercado mexicano podemos encontrar 70 productos distintos, que nos permiten elegir las toallas que mejor se adapten a nuestras necesidades y, hay que decirlo, a nuestro presupuesto, ya que las diferencias de precio llegan a ser abismales.
Por otro lado, los antiguos egipcios inventaron los primeros tampones desechables, hechos con papiro suavizado. Los griegos los hacían con hebras enrolladas alrededor de un pedacito de madera, según lo describió Hipócrates, hace 25 siglos. Las mujeres romanas usaban lana y las japonesas, papel; en Indonesia, utilizaban fibras vegetales y en África Ecuatorial, rollos de hierbas. Otros materiales usados para los primeros tampones incluían esponjas y, más tarde, algodón.
El tampón moderno fue inventado en 1929 por el Doctor Earle Hass, de los Estados Unidos. La idea se la dio una amiga suya, quien le comentó que usaba una esponja para absorber el flujo vaginal; Haas desarrolló un pequeño tapón de algodón comprimido, que se insertaba mediante dos tubos de cartón para que las mujeres no tocaran y pudieran contaminar el algodón. El material usado, además, permitía desechar el tampón fácilmente en el excusado. Más tarde, Hass registró la marca Tampax para su producto.
La patente y la marca fueron vendidas a Gertrude Tendrich, una ambiciosa inmigrante alemana que empezó a fabricar los primeros Tampax en su casa, usando una máquina de coser y la máquina compresora de algodón del Dr. Hass. Ella fue una gran visionaria, que supo hacer crecer a la compañía, consiguiendo inversionistas y desarrollando novedosas estrategias de mercadotecnia para el nuevo producto, en una época en la que era difícil anunciarlo abiertamente.
Tendrich contrató a enfermeras para que dieran pláticas sobre la menstruación y los tampones, además de organizar a un grupo de vendedoras que iban de puerta en puerta informando a las mujeres acerca de lo que era un tampón, un producto que cambió los hábitos personales de millones de mujeres en el mundo.
El tampón ha sido considerado entre las 50 pequeñas maravillas que revolucionaron la vida de la gente en el siglo XX.
Y USTEDES QUE PREFIEREN, TOALLAS O TAMPONES?