Índice
Chicas...este es un libro que vale la pena sentarse un momento a leer. Espero que lo disfruten tanto como lo he disfrutado yo.
Robert Fisher, a través de su obra “El caballero de la Armadura Oxidada” nos invita a reflexionar sobre todas esas veces en las que, a diario, enmascaramos nuestra verdadera personalidad e identidad, con el afán de mostrar a los demás lo que ellos quieren ver en nosotros, o -por qué no- para poder acomodarnos al modelo social que eventualmente se encuentra de moda...
Y de ahí la pregunta... ¿Cuánto esfuerzo y tiempo malgastamos en probar lo que no hace falta probar?... ¿Cuanta vida dejamos al margen de nuestro camino, a cambio de una mirada triste y vacía de nosotros mismos, reflejada en un espejo... un día cualquiera?
Es cierto que el camino que nos lleva a nosotros mismos no es fácil de recorrer... pero, ¿qué es fácil? y ¿por qué nos duele tanto la verdad?
Si nos detenemos tan solo un instante a pensar en la forma que corremos contra el tiempo, día tras día; en la cantidad de actividades en las que nos involucramos;en la cantidad de cosas que "necesitamos" sin necesitar en realidad, podremos inferir que todo no es más que, una elegante manera de escapar de nosotros mismos, a lo mejor, porque nos da miedo conocernos. Pero, la paralización que nos produce ese miedo, solo nos llevará a retrasar el momento que nos permita descubrir lo simple que es la vida y el ser feliz, con nada y con todo a la vez, porque nos tenemos a nosotros mismos...
Dicen que la vida sabe amarga al principio... pero que a medida que la vamos degustando la vamos encontrando más y más apetecible... y esto pasa, indefectiblemente, cuando comenzamos a aceptarla tal como es...
El día en el que descubramos quienes somos, no necesitaremos huir más, porque estaremos en casa, dentro nuestro y con un mundo para compartir.Pero ese llegar a casa implicará transitar un camino, en el cual:
-Deberemos comenzar a responder nuestras propias preguntas, tomando plena consciencia que nada nos hará más daño que el permitir que lo hagan los demás por nosotros...
-Deberemos volvernos lo suficientemente sencibles como para sentir las vibraciones de los demás, y de todo cuanto nos rodea en el universo... por el principio de UNIDAD que nos rige...
-Deberemos amarnos, respetarnos y cuidarnos primero a nosotros mismos, para poder luego amar, respetar y cuidar a los demás...
-Deberemos aceptar los dones que innatamente tenemos, por ser humanos e hijos de Dios, y por ende, aceptar que todos tenemos las mismas armas para triunfar y encausar nuestra vida por el rumbo que trazemos; y que el lograrlo solo depende de nosotros...
-Deberemos ser pacientes y entender que solo si luchamos podremos caer, pero también triunfar...
-Deberemos recuperar nuestra capacidad de asombro... aprendiendo a “mirar y admirar” como niños...
Pero necesitaremos emprender este camino sólo por nosotros.. por nadie más, para obtener resultados concretos y sostenibles en el tiempo...
"el tiempo se hace eterno cuando esperamos que otras personas lo llenen"
Uno de los pasajes del libro que más me gustó fue el siguiente...
"tendremos menos decepciones el día que aprendamos a aceptar en lugar de esperar"
Y de acá la pregunta... ¿Cuantas veces nos sentimos felices por vivir? ¿por ser lo que somos? ¿por tener lo que tenemos y a quien tenemos? Y ¿cuantas veces fue mayor nuestra desilución por no poder alcanzar objetivos, no lograr reconocimientos, o recibir lo que esperamos? ¡¡claro!! ese es nuestro mayor problema, ¡esperamos más de lo que aceptamos!
También entorpecen nuestro crecimiento muchos problemas más... como por ejemplo:
-El no animarnos a estar solos para dejar caer nuestras barreras;
-El perder demasiado tiempo hablando de lo que hicimos o vamos a hacer, cuando en realidad no somos dueños ni del pasado ni del futuro, ya que lo único que poseemos es el presente y lo malgastamos;
-El no escuchar a nada y a nadie, o peor aún, el poner barreras en nuestra comunicación diaria;
-El confundir necesidad con amor, necesitando más de lo que amamos, cuando la única manera que tenemos de amar a alguien es liberándonos de esa sensación de necesidad...
-El tener demasiadas ambiciones que bloquean nuestra posibilidad de ser felices... Y es acá donde deberemos diferenciar las ambiciones de la mente, de las ambiciones del corazón... El autor dice que, las primeras nos llevan a querer ser mejores de lo que somos y mejores que los demás... y que a pesar de que nos pueden ayudar a lograr cosas, no nos permiten separar la necesidad que produce la codicia. Solo las ambiciones del corazón nos proporcionan felicidad, porque nos llevan a desarrollar nuestro potencial en beneficio de los demás, llevándonos en algún punto de nuestra vida a mirarnos hacia dentro.
Solo conociéndonos podremos matar el miedo y la duda, pero para eso necesitaremos voluntad y osadía, además de una gran apertura mental para entender que estos enemigos (el miedo y la duda) son solo ilusiones, que se vuelven pequeños cuando nos priorizamos y nos animamos a enfrentarlos...
A modo de cierre, el autor plantea lo siguiente:
"aunque este universo poseo
nada poseo,
pues no puedo conocer lo desconocido,
si me aferro a lo conocido"
¿Y a qué nos aferramos?
-A nuestra identidad: ¿qué creemos que somos y qué no somos?
-A nuestras creencias, de lo que consideramos verdadero o falso;
-A nuestros juicios, que nos llevan a valorar lo bueno o lo malo;
-A la roca a la que nos aferramos para seguir con vida, cuando en realidad necesitamos soltarnos y saltar hacia lo desconocido... confiando en Dios, en la vida, en la fuerza del universo...
El día en el que nos "soltemos", recordaremos los distintos pasajes de nuestra vida, desprendiendo los juicios que hicimos de cada cosa, situación y persona que conocimos...
El día que nuestra mente descienda hacia nuestro corazón, podremos ver nuestra vida con claridad, sin juzgar, ni excusarnos, aceptando la responsabilidad que tenemos sobre nosotros, dejando de culpar por nuestros errores y desgracias a los demás... ¡PORQUE COMPRENDEREMOS QUE SOMOS LA CAUSA Y NO EL EFECTO!... Esto nos dará una nueva sensación de poder y dejaremos de tener miedo...
Es entonces cuando nos inundaremos de una profunda calma y “caeremos hacia arriba”, surgiendo del abismo, pero manteniendo la conexión con lo más profundo de nuestro ser, para mantener una perfecta comunión (común-unión) con Dios...
Deberemos soltar todo aquello que tenemos y todo lo que hemos sabido y poseído... para descubrir que la libertad de abarcar lo desconocido nos liberará y que el universo será nuestro, para que lo experimentemos y disfrutemos...
Aprenderemos a ver y oir, y sentiremos el universo que nos rodea, para bañarnos de un profundo bienestar y poder sentir un placer indescriptible...
Solo entonces nuestro corazón podrá rebosar de amor por la vida y por TODO lo que existe en este maravilloso mundo...
¡EL DIA QUE SEAMOS UNO CON EL UNIVERSO... SEREMOS AMOR!
Es este tipo de lectura el que nos aporta una mirada diferente a la vida y el que nos ayuda a encontrar, de alguna manera, nuestro camino hacia la felicidad...
Robert Fisher, a través de su obra “El caballero de la Armadura Oxidada” nos invita a reflexionar sobre todas esas veces en las que, a diario, enmascaramos nuestra verdadera personalidad e identidad, con el afán de mostrar a los demás lo que ellos quieren ver en nosotros, o -por qué no- para poder acomodarnos al modelo social que eventualmente se encuentra de moda...
Y de ahí la pregunta... ¿Cuánto esfuerzo y tiempo malgastamos en probar lo que no hace falta probar?... ¿Cuanta vida dejamos al margen de nuestro camino, a cambio de una mirada triste y vacía de nosotros mismos, reflejada en un espejo... un día cualquiera?
Es cierto que el camino que nos lleva a nosotros mismos no es fácil de recorrer... pero, ¿qué es fácil? y ¿por qué nos duele tanto la verdad?
Si nos detenemos tan solo un instante a pensar en la forma que corremos contra el tiempo, día tras día; en la cantidad de actividades en las que nos involucramos;en la cantidad de cosas que "necesitamos" sin necesitar en realidad, podremos inferir que todo no es más que, una elegante manera de escapar de nosotros mismos, a lo mejor, porque nos da miedo conocernos. Pero, la paralización que nos produce ese miedo, solo nos llevará a retrasar el momento que nos permita descubrir lo simple que es la vida y el ser feliz, con nada y con todo a la vez, porque nos tenemos a nosotros mismos...
Dicen que la vida sabe amarga al principio... pero que a medida que la vamos degustando la vamos encontrando más y más apetecible... y esto pasa, indefectiblemente, cuando comenzamos a aceptarla tal como es...
El día en el que descubramos quienes somos, no necesitaremos huir más, porque estaremos en casa, dentro nuestro y con un mundo para compartir.Pero ese llegar a casa implicará transitar un camino, en el cual:
-Deberemos comenzar a responder nuestras propias preguntas, tomando plena consciencia que nada nos hará más daño que el permitir que lo hagan los demás por nosotros...
-Deberemos volvernos lo suficientemente sencibles como para sentir las vibraciones de los demás, y de todo cuanto nos rodea en el universo... por el principio de UNIDAD que nos rige...
-Deberemos amarnos, respetarnos y cuidarnos primero a nosotros mismos, para poder luego amar, respetar y cuidar a los demás...
-Deberemos aceptar los dones que innatamente tenemos, por ser humanos e hijos de Dios, y por ende, aceptar que todos tenemos las mismas armas para triunfar y encausar nuestra vida por el rumbo que trazemos; y que el lograrlo solo depende de nosotros...
-Deberemos ser pacientes y entender que solo si luchamos podremos caer, pero también triunfar...
-Deberemos recuperar nuestra capacidad de asombro... aprendiendo a “mirar y admirar” como niños...
Pero necesitaremos emprender este camino sólo por nosotros.. por nadie más, para obtener resultados concretos y sostenibles en el tiempo...
"el tiempo se hace eterno cuando esperamos que otras personas lo llenen"
Uno de los pasajes del libro que más me gustó fue el siguiente...
"tendremos menos decepciones el día que aprendamos a aceptar en lugar de esperar"
Y de acá la pregunta... ¿Cuantas veces nos sentimos felices por vivir? ¿por ser lo que somos? ¿por tener lo que tenemos y a quien tenemos? Y ¿cuantas veces fue mayor nuestra desilución por no poder alcanzar objetivos, no lograr reconocimientos, o recibir lo que esperamos? ¡¡claro!! ese es nuestro mayor problema, ¡esperamos más de lo que aceptamos!
También entorpecen nuestro crecimiento muchos problemas más... como por ejemplo:
-El no animarnos a estar solos para dejar caer nuestras barreras;
-El perder demasiado tiempo hablando de lo que hicimos o vamos a hacer, cuando en realidad no somos dueños ni del pasado ni del futuro, ya que lo único que poseemos es el presente y lo malgastamos;
-El no escuchar a nada y a nadie, o peor aún, el poner barreras en nuestra comunicación diaria;
-El confundir necesidad con amor, necesitando más de lo que amamos, cuando la única manera que tenemos de amar a alguien es liberándonos de esa sensación de necesidad...
-El tener demasiadas ambiciones que bloquean nuestra posibilidad de ser felices... Y es acá donde deberemos diferenciar las ambiciones de la mente, de las ambiciones del corazón... El autor dice que, las primeras nos llevan a querer ser mejores de lo que somos y mejores que los demás... y que a pesar de que nos pueden ayudar a lograr cosas, no nos permiten separar la necesidad que produce la codicia. Solo las ambiciones del corazón nos proporcionan felicidad, porque nos llevan a desarrollar nuestro potencial en beneficio de los demás, llevándonos en algún punto de nuestra vida a mirarnos hacia dentro.
Solo conociéndonos podremos matar el miedo y la duda, pero para eso necesitaremos voluntad y osadía, además de una gran apertura mental para entender que estos enemigos (el miedo y la duda) son solo ilusiones, que se vuelven pequeños cuando nos priorizamos y nos animamos a enfrentarlos...
A modo de cierre, el autor plantea lo siguiente:
"aunque este universo poseo
nada poseo,
pues no puedo conocer lo desconocido,
si me aferro a lo conocido"
¿Y a qué nos aferramos?
-A nuestra identidad: ¿qué creemos que somos y qué no somos?
-A nuestras creencias, de lo que consideramos verdadero o falso;
-A nuestros juicios, que nos llevan a valorar lo bueno o lo malo;
-A la roca a la que nos aferramos para seguir con vida, cuando en realidad necesitamos soltarnos y saltar hacia lo desconocido... confiando en Dios, en la vida, en la fuerza del universo...
El día en el que nos "soltemos", recordaremos los distintos pasajes de nuestra vida, desprendiendo los juicios que hicimos de cada cosa, situación y persona que conocimos...
El día que nuestra mente descienda hacia nuestro corazón, podremos ver nuestra vida con claridad, sin juzgar, ni excusarnos, aceptando la responsabilidad que tenemos sobre nosotros, dejando de culpar por nuestros errores y desgracias a los demás... ¡PORQUE COMPRENDEREMOS QUE SOMOS LA CAUSA Y NO EL EFECTO!... Esto nos dará una nueva sensación de poder y dejaremos de tener miedo...
Es entonces cuando nos inundaremos de una profunda calma y “caeremos hacia arriba”, surgiendo del abismo, pero manteniendo la conexión con lo más profundo de nuestro ser, para mantener una perfecta comunión (común-unión) con Dios...
Deberemos soltar todo aquello que tenemos y todo lo que hemos sabido y poseído... para descubrir que la libertad de abarcar lo desconocido nos liberará y que el universo será nuestro, para que lo experimentemos y disfrutemos...
Aprenderemos a ver y oir, y sentiremos el universo que nos rodea, para bañarnos de un profundo bienestar y poder sentir un placer indescriptible...
Solo entonces nuestro corazón podrá rebosar de amor por la vida y por TODO lo que existe en este maravilloso mundo...
¡EL DIA QUE SEAMOS UNO CON EL UNIVERSO... SEREMOS AMOR!
Es este tipo de lectura el que nos aporta una mirada diferente a la vida y el que nos ayuda a encontrar, de alguna manera, nuestro camino hacia la felicidad...
