Muchas veces no logramos saber que tan fuertes y valientes somos, hasta que la vida nos presenta situaciones, desafíos, momentos en los cuales implica tropezar y caer en el camino, experimentar nuestro corazón abandonado, quebrantado y herido, pero jamás vencido!
Y aparece la enfermedad que se roba la esperanza, la traición que nos llena de desconfianza, la pérdida de la persona que más se ama, la soledad del alma que causa la ausencia y el vacío por los que nos han fallado o por los que se nos han ido… y con todo esto nos preguntamos: ¿Por qué yo? ¿Qué tanto he hecho para haberlo merecido? …
Y en la medida que el tiempo pasa, se nos regala un día más, podríamos pensar que vamos siendo vencedores, nada ni nadie nos ha robado la paz, no nos rendimos aunque haya días en que sintamos no poder más y lloremos a montones; pero los golpes nos han ido transformando, las heridas al sanarlas nos hacen más fuertes y sensibles ante el dolor humano, y a pesar de todo lo que nos ha ido pasando, nada nos ha vencido porque de la mano de Dios no nos hemos soltado…
Hay cosas, situaciones y hechos que quizás no tienen una razonable explicación, parecería como si el mundo conspirará contra nosotros o como si todo fuera un castigo de Dios; muchas son consecuencias de acciones propias o de otros y no podemos cambiar el transcurso de todo, porque cada momento que enfrentamos si lo asumimos con fe y fortaleza, no nos derrotará jamás por muy fuerte que esta le parezca…
Es humano preguntarse ¿por qué yo?, tenemos derecho a expresarlo desde lo más profundo de nuestro corazón… con seguridad tarde que temprano encontraremos la respuesta, porque todo lo que pasa no sucede así no más, algo de todo eso se aprende, se saca, se avanza y hace que nuestro ser interior madure mucho más y crezca…
¿Por qué yo? Suele ser el lamento de nuestro corazón que muchas veces le clama a Dios y le expresa con dolor: "Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado?", a lo que El nos dirá: "En estos momentos es cuando más he estado contigo, no te sientas solo, te llevo en mis brazos, no me he apartado de tu lado"…
Cada día perdemos cosas, relaciones, proyectos y vivimos muchos momentos difíciles y dolorosos, a lo que siempre preguntamos. ¿Por qué yo?... pero mientras tengamos un día más de Vida, todo tiene solución, se nos está regalando una nueva oportunidad y podemos volver a intentarlo y empezar de nuevo una y otra vez, sin renunciar... así no preguntaremos más el porqué, porque habremos entendido y asumido el para qué…
Kary Rojas
Y aparece la enfermedad que se roba la esperanza, la traición que nos llena de desconfianza, la pérdida de la persona que más se ama, la soledad del alma que causa la ausencia y el vacío por los que nos han fallado o por los que se nos han ido… y con todo esto nos preguntamos: ¿Por qué yo? ¿Qué tanto he hecho para haberlo merecido? …
Y en la medida que el tiempo pasa, se nos regala un día más, podríamos pensar que vamos siendo vencedores, nada ni nadie nos ha robado la paz, no nos rendimos aunque haya días en que sintamos no poder más y lloremos a montones; pero los golpes nos han ido transformando, las heridas al sanarlas nos hacen más fuertes y sensibles ante el dolor humano, y a pesar de todo lo que nos ha ido pasando, nada nos ha vencido porque de la mano de Dios no nos hemos soltado…
Hay cosas, situaciones y hechos que quizás no tienen una razonable explicación, parecería como si el mundo conspirará contra nosotros o como si todo fuera un castigo de Dios; muchas son consecuencias de acciones propias o de otros y no podemos cambiar el transcurso de todo, porque cada momento que enfrentamos si lo asumimos con fe y fortaleza, no nos derrotará jamás por muy fuerte que esta le parezca…
Es humano preguntarse ¿por qué yo?, tenemos derecho a expresarlo desde lo más profundo de nuestro corazón… con seguridad tarde que temprano encontraremos la respuesta, porque todo lo que pasa no sucede así no más, algo de todo eso se aprende, se saca, se avanza y hace que nuestro ser interior madure mucho más y crezca…
¿Por qué yo? Suele ser el lamento de nuestro corazón que muchas veces le clama a Dios y le expresa con dolor: "Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado?", a lo que El nos dirá: "En estos momentos es cuando más he estado contigo, no te sientas solo, te llevo en mis brazos, no me he apartado de tu lado"…
Cada día perdemos cosas, relaciones, proyectos y vivimos muchos momentos difíciles y dolorosos, a lo que siempre preguntamos. ¿Por qué yo?... pero mientras tengamos un día más de Vida, todo tiene solución, se nos está regalando una nueva oportunidad y podemos volver a intentarlo y empezar de nuevo una y otra vez, sin renunciar... así no preguntaremos más el porqué, porque habremos entendido y asumido el para qué…
Kary Rojas