La relación se debilita cuando uno de los dos, por lo general el hombre, disfruta de principio a fin su orgasmo y, luego, pierde el interés por estimular a su amada. En estos casos la mujer suele callar, incluso fingir que también llegó al éxtasis para evitar el sinsabor entre ambos. No permitas que esto ocurra. Vale la pena hablar con tu pareja, pero no cuando aún estén en la cama, para que de esta manera comprenda que ambos deben gozar del momento. Si necesitas más tiempo para ser estimulada, tu cónyuge deberá trabajar en ello, con mayor razón si él es precoz. Cuando ambos se satisfacen, el amor está latente y no hay pretextos para encontrarse en la alcoba.
Siempre la misma posición
Muchas parejas creen que cometerán un pecado si hacen el amor en una pose que no sea la del misionero -mujer abajo y hombre arriba, ambos estirados-, y al final terminan haciendo de la intimidad una experiencia aburrida, porque no hay sorpresas ni creatividad. ¡Ojo! Es necesario que dialoguen al respecto para salir de lo tradicional y se sientan libres de experimentar.
Exceso de confianza
Por mucha intimidad que hayas compartido con tu pareja, es importante que al estar juntos evites comentarios acerca de romances pasados, porque eso cambiará el tono en la relación. Incluso, en el momento de un orgasmo ten mucho cuidado en no pronunciar nombres ajenos. De igual manera evita decir palabras obscenas, porque eso puede romper el encanto si tu compañero no tiene costumbre de expresarse con dichos términos; tal vez a ti te excite, pero a él le parecerá chocante. Si tú estás en esta situación, ya sea porque pronuncias o escuchas con desagrado las palabras fuertes, conviene que lo converses con tu pareja.
Durante la intimidad puede ser que también se practiquen algunos juegos atrevidos como dar nalgadas, mordiscos o apretujones; procura no abusar de ello, porque estos detalles pueden resultar desagradables en el momento en el cual se está por llegar al clímax.
El televisor sigue encendido
Durante la convivencia íntima ambos deben desconectarse de cualquier distractor como el televisor. Si están listos para devorarse el uno al otro no es conveniente que vean programas que tiendan a provocar una discusión, ya sea porque no comparten su punto de vista o por sobredimensionar los atractivos de algún actor o actriz. Esto último puede lastimar los sentimientos de cualquiera de los dos, llegando a creer que la pareja ya no se siente atraída, en especial si se sufre de celos. Hablar de la desconfianza o inseguridad que se siente respecto a que el cónyuge conserve la admiración por una, no sólo permite conocerse mejor, sino también se refleja al estar entre las sábanas.
Me duele la cabeza, el estómago, la muela...
Otro aspecto que debe cuidarse para que el romance perdure es la buena salud y, por ende, la higiene. No hay nada tan incómodo como interrumpir el coito por mal aliento, un hedor o el quejido debido a una enfermedad que pudo prevenirse. Es prudente que ambos cuiden su estado de salud y aprendan a controlar o reducir cualquier padecimiento, por supuesto bajo la asesoría de un médico especializado. De esta manera, ambos estarán en óptimas condiciones para disfrutar de la relación íntima, así como de la convivencia cotidiana. Preocuparse por la salud, estableciendo el equilibrio mental y emocional, en especial en épocas difíciles o de estrés, es indicio de buena autoestima.
Y A TI.... QUE ES LO QUE TE MATA LA PASIÓN?