Aprender a amar
En una reciente entrevista, la psicologa Maria Mercè Conangle expresaba
en pocas líneas la base para “aprender a amar”:
“…El primer paso para aprender a amar es revisar algunas de las
creencias que tenemos sobre el amor y las relaciones, y que son la
causa de muchos quebraderos de cabeza.
La idea de que debes encontrar a tu media naranja. Para ser
feliz no necesitas encontrar a tu otra mitad, sencillamente porque tú solo/a ya
eres una persona completa. Además, corres el riesgo estar toda tu vida buscando
a tu alma gemela, mientras pasas de largo ante otro chico o chica de carne y
hueso que podría ser tu tipo ideal. No existe un alma gemela que encaje a la
perfección con nosotros/as, sino miles de posibilidades repartidas en el mundo
que podrían convertirse en una pareja genial.
La idea de querer cambiar a nuestro chico/a para que se
parezca a nuestro modelo ideal trae consigo consecuencias catastróficas, como
discusiones eternas o rupturas. Lo cierto es que a nosotros/as tampoco nos
gustaría dejar de ser como somos, por eso es injusto pedirle a nuestra pareja
que se convierta en alguien que no es.
Una de las trampas más comunes en una relación amorosa es pensar que
por “amor” debemos estar dispuestos/as a soportarlo todo. Que estés
colado/a por tu chica/o, no significa que tengas que convertirte en santo/a y mártir
para demostrarle tus sentimientos. Amar es aprender, divertirse y pasarlo bien.
Si tu chico/a no te trata bien, por mucho que te guste, deberías deshacerte de
él/ella.
Idealizamos el amor y pensamos que es para siempre. Nos
juramos amor eterno y estar juntos hasta la muerte, pero no somos ni Romeo ni
Julieta y el amor necesita mantenimiento día a día. Si te dejas llevar por la
rutina o crees que ya lo tienes en el bote, se marchitará. Mima a tu chica/o,
cuida los pequeños detalles, ¡y no dejes de sorprenderle/la”
En una reciente entrevista, la psicologa Maria Mercè Conangle expresaba
en pocas líneas la base para “aprender a amar”:
“…El primer paso para aprender a amar es revisar algunas de las
creencias que tenemos sobre el amor y las relaciones, y que son la
causa de muchos quebraderos de cabeza.
La idea de que debes encontrar a tu media naranja. Para ser
feliz no necesitas encontrar a tu otra mitad, sencillamente porque tú solo/a ya
eres una persona completa. Además, corres el riesgo estar toda tu vida buscando
a tu alma gemela, mientras pasas de largo ante otro chico o chica de carne y
hueso que podría ser tu tipo ideal. No existe un alma gemela que encaje a la
perfección con nosotros/as, sino miles de posibilidades repartidas en el mundo
que podrían convertirse en una pareja genial.
La idea de querer cambiar a nuestro chico/a para que se
parezca a nuestro modelo ideal trae consigo consecuencias catastróficas, como
discusiones eternas o rupturas. Lo cierto es que a nosotros/as tampoco nos
gustaría dejar de ser como somos, por eso es injusto pedirle a nuestra pareja
que se convierta en alguien que no es.
Una de las trampas más comunes en una relación amorosa es pensar que
por “amor” debemos estar dispuestos/as a soportarlo todo. Que estés
colado/a por tu chica/o, no significa que tengas que convertirte en santo/a y mártir
para demostrarle tus sentimientos. Amar es aprender, divertirse y pasarlo bien.
Si tu chico/a no te trata bien, por mucho que te guste, deberías deshacerte de
él/ella.
Idealizamos el amor y pensamos que es para siempre. Nos
juramos amor eterno y estar juntos hasta la muerte, pero no somos ni Romeo ni
Julieta y el amor necesita mantenimiento día a día. Si te dejas llevar por la
rutina o crees que ya lo tienes en el bote, se marchitará. Mima a tu chica/o,
cuida los pequeños detalles, ¡y no dejes de sorprenderle/la”