[b]
[b]¿Sientes que no avanzas porque algo te lo impide? ¿has frenado tus planes por temor a volverte a equivocar?. De ser así es posible que seas esclava del pasado y de continuar con lo mismo corres el riesgo de perder tu autoestima, afectar tus relaciones, darle la espalda al éxito y sobre todo de no disfrutar de tu vida.
Por ello hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Cuando insistimos en alargarla más de lo necesario, perdemos la alegría y el sentido de las otras etapas que tenemos que vivir. Poner fin a un ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos…, no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya terminaron.
El pasado no volverá, todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar.
Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos.
Estas son algunas claves que te ayudaran a cerrar ciclos y a dejar de ser esclava de tu pasado.
No esperes a que te devuelvan lo que has dado,
no esperes que reconozcan tu esfuerzo,
no esperes que descubran tu talento,
no esperes a que entiendan tu amor.
Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra cómo has sufrido con una determinada pérdida: eso no hace sino envenenarte.
Antes de comenzar un nuevo capítulo hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que el pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad.
Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante.
Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo.
Deja de ser quien eras, y transfórmate en el que eres y deseas ser.
Con cariño,
Mel.
[/b][/b]