Va una elefanta por la selva y se clava en la pata con una astilla, entonces pasa por allí una hormiguita y le dice la elefanta:
-Hormiguita, hormiguita, ¿me puedes ayudar a quitarme esto?
-Ah, shingá, shingá... ¡si tú mataste a mi abuelito el jueves pasado lo recuerdo perfectamente!
-¡No fui yo, deveras... por favor ayúdame... haré lo que sea!
-¿Lo que sea?- y entonces dice: -Te quiero echar un brinquito, me dan ganas de hacerlo contigo, me gustan la carnita... y todas mis amigas dicen que la tengo bien grande!
La elefanta acepta y entonces empiezan dale que te pego dale que te pego... y la elefanta que no siente nada, así que piensa:
-Bueno habrá que dejarlo acabar... se supone que es lo correcto, a ver si ahora siento algo...
En eso un mono que había en un árbol los ve muy "compenetrados" y empieza a tirarle cocos a la elefanta y le da en toda la cabeza a la pobre. La elefanta da un tremendo alarido y grita:
-Oh, Dios mío, cómo duele!! Basta, por favor, deja de hacer eso que me lastimas!
Y la hormiguita que ni se inmuta, le dice:
-Sí..? Pues sufre, zorra, sufre! ¡Te dije que era superdotado!
-Hormiguita, hormiguita, ¿me puedes ayudar a quitarme esto?
-Ah, shingá, shingá... ¡si tú mataste a mi abuelito el jueves pasado lo recuerdo perfectamente!
-¡No fui yo, deveras... por favor ayúdame... haré lo que sea!
-¿Lo que sea?- y entonces dice: -Te quiero echar un brinquito, me dan ganas de hacerlo contigo, me gustan la carnita... y todas mis amigas dicen que la tengo bien grande!
La elefanta acepta y entonces empiezan dale que te pego dale que te pego... y la elefanta que no siente nada, así que piensa:
-Bueno habrá que dejarlo acabar... se supone que es lo correcto, a ver si ahora siento algo...
En eso un mono que había en un árbol los ve muy "compenetrados" y empieza a tirarle cocos a la elefanta y le da en toda la cabeza a la pobre. La elefanta da un tremendo alarido y grita:
-Oh, Dios mío, cómo duele!! Basta, por favor, deja de hacer eso que me lastimas!
Y la hormiguita que ni se inmuta, le dice:
-Sí..? Pues sufre, zorra, sufre! ¡Te dije que era superdotado!