Templo. El matrimonio tiene lugar dentro de la Casa de Dios.
Sacerdote. Representa oficialmente a Cristo e Iglesia en la realización del matrimonio católico. Es ministro ordinario del Sacramento del Matrimonio.
Altar. Manifiesta la necesidad del sacrificio, servicialidad y abnegación propios del matrimonio.
Entrega de la novia. Antiguamente, las hijas se consideraban propiedad de sus padres. Por eso, cuando llegaba la hora de desposar a la hija, cuando el padre lo aprobaba, en persona transfería la posesión de su hija al novio. Hoy en día el acto de entregar la novia al novio en el altar, simboliza la bendición de sus padres al matrimonio.
La colocación: los novios y padrinos se colocarán en el altar o en un sitio destacado normalmente de espalda a los invitados, aunque se está arraigando la costumbre de una situación lateral. La colocación de los mismos mirándoles de espalada sería la siguiente padrino-novia-novio-madrina. En algunos sitios se coloca la madrina al lado de la novia, esto suele ser un error aunque de esta manera puede ayudar a la novia a colocar se con el vestido.
La novia se sitúa a la izquierda del novio: Esta costumbre se debe a que, cuando la novia era secuestrada, se temía que los familiares de ésta vinieran a rescatarla, con lo que el novio debía tener la mano derecha libre por si tenía que empuñar la espada.
Unión de las manos. Es la expresión del consentimiento.
Vestido Nupcial. Traje propio del novio y de la novia, para figurar las Bodas de Cristo con su Iglesia y para participar en el Banquete de la Vida Eterna o en el Reino de Dios, establecido desde esta tierra.
El vestido: Cada cultura interpreta los colores con un significado particular, en las culturas occidentales se considera el color blanco como símbolo de pureza, mientras que para el islamismo es el negro.
El color blanco del vestido de novia occidental representa la virginidad y la pureza, es una señal de su virginidad física y espiritual con la promesa de fidelidad. La religión católica permite que una mujer se case de blanco aún después de ser madre o estar embarazada, siempre y cuando el novio sea el padre de los hijos.
La ceremonia es un rito de paso que dan dos personas uniéndose y que supondrá un profundo cambio en la vida de ambos. Las religiones antiguas, consideraban que en esta clase de momentos es cuando las fuerzas del mal están más presentes, puesto que los que van a unirse pasan por un momento delicado y de supuesta debilidad.
La novia no debe dejarse ver vestida por el novio antes de la ceremonia así como no debe mirarse a un espejo una vez se haya acabado de arreglar. Este tabú responde al miedo de proyectar una imagen aún no consolidada de la novia a los otros y así misma, puesto que los dioses podrían poner en entredicho su derecho. Lo único que se puede hacer para mirarse al espejo es dejar a un lado una prenda accesoria (los guantes, por ejemplo), así, incompleta, imperfecta, no correrá el riesgo de atraer los celos de los dioses.
El velo: Representa en pudor matrimonial, por lo que representa la virginidad, la pureza, la modestia y la inocencia de la novia, de ahí su color.
En la antigüedad, los velos eran de color rojo (desafío), amarillo o azul (constancia), aunque en algunos lugares se utiliza el azul como símbolo de la Virgen María. A lo largo de los años este simbolismo se ha perdido, pero el velo se lleva todavía.
En algunas culturas orientales se utiliza para tapar la cara a la mujer cuyo esposo no conoce hasta ese momento; sólo después de la ceremonia éste podía levantar el velo a su ya esposa.
Originalmente esta prenda, era útil para ocultarse de los espíritus celosos. En algunas culturas asiáticas y del Medio Oriente el velo se llevaba para ocultar completamente la cara de la novia a un novio que jamás la había visto, solamente después de la ceremonia se le permitía al novio levantar el velo para ver el rostro de su nueva esposa (¡ vaya sorpresa para algunos!). En la religión islámica la mujer debe cubrir su cabeza con un velo negro como símbolo de respeto a Mahoma.
El velo no es sólo un elemento que imprime elegancia a la novia, sino que obedece a una viejísima tradición que evita el mal de ojo, los celos de otras mujeres o las fuerzas del mal en general. Y no sólo protege a la novia, también a toda la ceremonia y sus asistentes de buen corazón.
Anillos. Los anillos o alianzas, son el símbolo por excelencia del matrimonio, representan de la unión, lo eterno y además hacen referencia a la fidelidad.
Sobre su origen, hay múltiples teorías, aunque una de las más aceptadas es la conexión que une el dedo anular al corazón por medio de una vena que los comunica. Esta vena es conocida desde tiempo de los griegos como la vena del amor. Por eso se "luce" la alianza en el dedo anular derecho. Otros sitúan el origen en la época del antiguo Egipto perpetuando el amor con una forma circular. Otras fuentes consideran que los romanos, adoptando el método trinitario, introducían el anillo por el primer dedo hasta llegar al anular.
El método trinitario consistía en meter el anillo en cada dedo diciendo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, hasta dejarlo en el anular. Colocar el anillo a la novia tenía connotaciones sexuales (era una "representación de la penetración de la mujer virgen). Hoy en día se mantiene la tradición pero sin este tipo de connotaciones. El diseño debe ser sencillo y elegante. Mejor alianzas lisas o un poco talladas. Hay diseños más innovadores en los que se permiten incrustar pequeños diamantes o algún tipo de piedra preciosa.
Muchas son las simbologías que se dan a estos círculos de metal que se intercambia la pareja. En primer lugar hay que pensar que en la antigüedad el matrimonio se preparaba a veces desde la cuna y la pureza con la que se llegaba a él era más que obligatoria, sobre todo por parte de la mujer. Por ello el anillo era primero un símbolo previo al desvirgamiento de la novia espiritual y físico, una culminación a la unión. También es símbolo de fidelidad, confianza y marca de atadura.
Era un regalo de un metal precioso ante Dios que se encargaría de velar por el matrimonio ante las tentaciones de Satán. Esta es una de las tradiciones más antiguas y ya griegos, romanos y egipcios usaban anillos. Se coloca en el dedo corazón por la antigua (y falsa) creencia de que éste está conectado directamente con el corazón.
Arras. La entrega de las arras simboliza el intercambio de los bienes que ambos cónyuges van a compartir. Pero también, hay otras teorías. Una de ellas, dice que las arras las entrega el novio como "premio" a la virginidad de su prometida. Otras, lo relacionan con la dote que se aportaba al matrimonio (por el alto valor de las arras). Las arras son 13. Una costumbre muy extendida, en vez de comprarlas, es que las regale la madrina o sean prestadas o pasadas de padres a hijos por tradición familiar.
Las Arras simbolizan la unión material: "lo mío es tuyo y lo tuyo es mío".
Esta costumbre viene de épocas muy lejanas, la tradición de las arras nace en Oriente y es recogida por el Derecho Romano. Se establecen en España con el Derecho Germánico-Visigodo y con el apoyo de la Iglesia. Es juntamente con el intercambio de anillos, lo más importante de la ceremonia religiosa de una boda.
Es una antigua costumbre hebrea basada en usar 13 monedas, que simbolizan la promesa de cuidar los bienes familiares futuros. En la actualidad ambos cónyuges las intercambian ante el altar, comprometiéndose a compartir responsabilidades.
Las Arras representan los bienes repartidos en los doce meses del año y una mas para compartir con los pobres, el numero 13 es de buena suerte y de buena fortuna.
La iglesia católica adoptó esta costumbre y utiliza 13 monedas para simbolizar los bienes que la nueva pareja va a compartir.
Las Arras que entregan los padrinos a los novios significan, en el marco del rito religioso, la prosperidad así como el compromiso contraído para hacer fructificar los bienes venideros
Las 13 moneditas que representan más que el llamado a la buena fortuna, es el compromiso de la pareja ante Dios, de esforzarse para hacer más fructíferos sus bienes materiales, aprovecharlos lo mejor posible, y de luchar para que nada falte en el hogar que están comenzando a formar . Los novios las intercambian como símbolo de que los bienes materiales de ambos serán compartidos y de que no faltarán en casa.
Sacerdote. Representa oficialmente a Cristo e Iglesia en la realización del matrimonio católico. Es ministro ordinario del Sacramento del Matrimonio.
Altar. Manifiesta la necesidad del sacrificio, servicialidad y abnegación propios del matrimonio.
Entrega de la novia. Antiguamente, las hijas se consideraban propiedad de sus padres. Por eso, cuando llegaba la hora de desposar a la hija, cuando el padre lo aprobaba, en persona transfería la posesión de su hija al novio. Hoy en día el acto de entregar la novia al novio en el altar, simboliza la bendición de sus padres al matrimonio.
La colocación: los novios y padrinos se colocarán en el altar o en un sitio destacado normalmente de espalda a los invitados, aunque se está arraigando la costumbre de una situación lateral. La colocación de los mismos mirándoles de espalada sería la siguiente padrino-novia-novio-madrina. En algunos sitios se coloca la madrina al lado de la novia, esto suele ser un error aunque de esta manera puede ayudar a la novia a colocar se con el vestido.
La novia se sitúa a la izquierda del novio: Esta costumbre se debe a que, cuando la novia era secuestrada, se temía que los familiares de ésta vinieran a rescatarla, con lo que el novio debía tener la mano derecha libre por si tenía que empuñar la espada.
Unión de las manos. Es la expresión del consentimiento.
Vestido Nupcial. Traje propio del novio y de la novia, para figurar las Bodas de Cristo con su Iglesia y para participar en el Banquete de la Vida Eterna o en el Reino de Dios, establecido desde esta tierra.
El vestido: Cada cultura interpreta los colores con un significado particular, en las culturas occidentales se considera el color blanco como símbolo de pureza, mientras que para el islamismo es el negro.
El color blanco del vestido de novia occidental representa la virginidad y la pureza, es una señal de su virginidad física y espiritual con la promesa de fidelidad. La religión católica permite que una mujer se case de blanco aún después de ser madre o estar embarazada, siempre y cuando el novio sea el padre de los hijos.
La ceremonia es un rito de paso que dan dos personas uniéndose y que supondrá un profundo cambio en la vida de ambos. Las religiones antiguas, consideraban que en esta clase de momentos es cuando las fuerzas del mal están más presentes, puesto que los que van a unirse pasan por un momento delicado y de supuesta debilidad.
La novia no debe dejarse ver vestida por el novio antes de la ceremonia así como no debe mirarse a un espejo una vez se haya acabado de arreglar. Este tabú responde al miedo de proyectar una imagen aún no consolidada de la novia a los otros y así misma, puesto que los dioses podrían poner en entredicho su derecho. Lo único que se puede hacer para mirarse al espejo es dejar a un lado una prenda accesoria (los guantes, por ejemplo), así, incompleta, imperfecta, no correrá el riesgo de atraer los celos de los dioses.
El velo: Representa en pudor matrimonial, por lo que representa la virginidad, la pureza, la modestia y la inocencia de la novia, de ahí su color.
En la antigüedad, los velos eran de color rojo (desafío), amarillo o azul (constancia), aunque en algunos lugares se utiliza el azul como símbolo de la Virgen María. A lo largo de los años este simbolismo se ha perdido, pero el velo se lleva todavía.
En algunas culturas orientales se utiliza para tapar la cara a la mujer cuyo esposo no conoce hasta ese momento; sólo después de la ceremonia éste podía levantar el velo a su ya esposa.
Originalmente esta prenda, era útil para ocultarse de los espíritus celosos. En algunas culturas asiáticas y del Medio Oriente el velo se llevaba para ocultar completamente la cara de la novia a un novio que jamás la había visto, solamente después de la ceremonia se le permitía al novio levantar el velo para ver el rostro de su nueva esposa (¡ vaya sorpresa para algunos!). En la religión islámica la mujer debe cubrir su cabeza con un velo negro como símbolo de respeto a Mahoma.
El velo no es sólo un elemento que imprime elegancia a la novia, sino que obedece a una viejísima tradición que evita el mal de ojo, los celos de otras mujeres o las fuerzas del mal en general. Y no sólo protege a la novia, también a toda la ceremonia y sus asistentes de buen corazón.
Anillos. Los anillos o alianzas, son el símbolo por excelencia del matrimonio, representan de la unión, lo eterno y además hacen referencia a la fidelidad.
Sobre su origen, hay múltiples teorías, aunque una de las más aceptadas es la conexión que une el dedo anular al corazón por medio de una vena que los comunica. Esta vena es conocida desde tiempo de los griegos como la vena del amor. Por eso se "luce" la alianza en el dedo anular derecho. Otros sitúan el origen en la época del antiguo Egipto perpetuando el amor con una forma circular. Otras fuentes consideran que los romanos, adoptando el método trinitario, introducían el anillo por el primer dedo hasta llegar al anular.
El método trinitario consistía en meter el anillo en cada dedo diciendo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, hasta dejarlo en el anular. Colocar el anillo a la novia tenía connotaciones sexuales (era una "representación de la penetración de la mujer virgen). Hoy en día se mantiene la tradición pero sin este tipo de connotaciones. El diseño debe ser sencillo y elegante. Mejor alianzas lisas o un poco talladas. Hay diseños más innovadores en los que se permiten incrustar pequeños diamantes o algún tipo de piedra preciosa.
Muchas son las simbologías que se dan a estos círculos de metal que se intercambia la pareja. En primer lugar hay que pensar que en la antigüedad el matrimonio se preparaba a veces desde la cuna y la pureza con la que se llegaba a él era más que obligatoria, sobre todo por parte de la mujer. Por ello el anillo era primero un símbolo previo al desvirgamiento de la novia espiritual y físico, una culminación a la unión. También es símbolo de fidelidad, confianza y marca de atadura.
Era un regalo de un metal precioso ante Dios que se encargaría de velar por el matrimonio ante las tentaciones de Satán. Esta es una de las tradiciones más antiguas y ya griegos, romanos y egipcios usaban anillos. Se coloca en el dedo corazón por la antigua (y falsa) creencia de que éste está conectado directamente con el corazón.
Arras. La entrega de las arras simboliza el intercambio de los bienes que ambos cónyuges van a compartir. Pero también, hay otras teorías. Una de ellas, dice que las arras las entrega el novio como "premio" a la virginidad de su prometida. Otras, lo relacionan con la dote que se aportaba al matrimonio (por el alto valor de las arras). Las arras son 13. Una costumbre muy extendida, en vez de comprarlas, es que las regale la madrina o sean prestadas o pasadas de padres a hijos por tradición familiar.
Las Arras simbolizan la unión material: "lo mío es tuyo y lo tuyo es mío".
Esta costumbre viene de épocas muy lejanas, la tradición de las arras nace en Oriente y es recogida por el Derecho Romano. Se establecen en España con el Derecho Germánico-Visigodo y con el apoyo de la Iglesia. Es juntamente con el intercambio de anillos, lo más importante de la ceremonia religiosa de una boda.
Es una antigua costumbre hebrea basada en usar 13 monedas, que simbolizan la promesa de cuidar los bienes familiares futuros. En la actualidad ambos cónyuges las intercambian ante el altar, comprometiéndose a compartir responsabilidades.
Las Arras representan los bienes repartidos en los doce meses del año y una mas para compartir con los pobres, el numero 13 es de buena suerte y de buena fortuna.
La iglesia católica adoptó esta costumbre y utiliza 13 monedas para simbolizar los bienes que la nueva pareja va a compartir.
Las Arras que entregan los padrinos a los novios significan, en el marco del rito religioso, la prosperidad así como el compromiso contraído para hacer fructificar los bienes venideros
Las 13 moneditas que representan más que el llamado a la buena fortuna, es el compromiso de la pareja ante Dios, de esforzarse para hacer más fructíferos sus bienes materiales, aprovecharlos lo mejor posible, y de luchar para que nada falte en el hogar que están comenzando a formar . Los novios las intercambian como símbolo de que los bienes materiales de ambos serán compartidos y de que no faltarán en casa.