Cuando hablamos de amor aparecen multitud de cosas como comprensión, cariño, confianza, seguridad, protección….pero también aparecen los celos y estos, en pequeñas dosis pueden ser hasta beneficiosos pero cuando aumentan y llegan de forma excesiva y descontrolada es cuando comienza una espiral de dolor.
Frecuentemente cuando hablamos de personas celosas nos encontramos un perfil definido por la pasión, la ansiedad, el neuroticismo e incluso algo de sadomasoquismo. Estas personas tienen un profundo sentimiento de abandono, que la otra persona se ha reído de ellos y sus sentimientos, que los han utilizado…todo esto les puede llevar del amor al odio en cuestión de segundos y el objeto de su amor pasa a ser el objeto de su actual odio. Cuando se llega a esta situación es cuando se pueden producir las agresiones físicas y psicológicas.
Las personas celosas son inseguras y suelen tener la autoestima muy baja, de ahí que no sean capaces de concebir que otro pueda estar interesado en él y que le quieran. Esta inseguridad les lleva a desconfiar totalmente de su pareja, o del ser querido. Se va cuestionando cosas y poco a poco desconfían absolutamente de todo lo que dice y hace, esto les lleva a la necesidad de un control total sobre la otra persona, comienzan a realizarle miles de preguntas calculadas exhaustivamente para seguir intentando “pillarla” en algún error, aunque teniendo en cuenta el tercer grado al que someten es fácil cometer algún error pero no por mentir sino porque el estrés que genera esa situación hace que ya no se sepa ni que es lo que se dice. Es aquí cuando se puede pasar fácilmente a una obsesión sobre el otro.
En este momento la persona celosa está dejándose llevas por su imaginación e incluso puede acusar a su pareja de cosas que no son ciertas y que ni siquiera puede demostrar, simplemente comienza a crear pensamientos, normalmente negativos y referentes a un engaño, y llega a hacerlos ciertos y nadie podrá convencerle de lo contrario porque ya los tiene demasiado interiorizados.
Una de las cosas que se puede hacer para poder terminar con estos pensamientos obsesivos es analizar la situación profundamente y ver si existen realmente razones para sentir esos celos, pero no basarse en ideas y conjeturas personales, si no ver con bases y actuaciones tangibles y reales, es decir deshacerse de las ideas creadas personalmente y vivir en la realidad.
SALUDOS
MEL.