Si has estado alguna vez completamente enamorada, sabrás por experiencia que el amor es una de las sensaciones más maravillosas a las que puede llegar el ser humano. También el desamor es una de las peores sensaciones posibles.
Comprender los procesos que hacen que nos enamoremos y que nos desenamoremos puede ayudarnos a establecer relaciones de pareja más sanas.
Se le llama “patrón del umbral” al proceso por el que pasan los miembros de una pareja desde que se sienten atraídos mutuamente hasta que ponen fin a la relación.
Se le llama “equivalencias conductuales complejas” a los significados que las personas damos a determinadas conductas particulares a las que atribuimos cualidades emocionales específicas.
Las equivalencias conductuales complejas son las pequeñas conductas a través de las cuales deducimos que alguien nos ama o está interesado en nosotros.
Pueden ser la forma en que nos tocan, cómo pronuncian nuestro nombre, cómo nos dirigen la mirada, detalles que tienen con nosotros, etc. Estas conductas, en determinados contextos, adquieren un significado específico y nos indican que la otra persona siente algo hacia nosotros. No dudamos de este significado y respondemos de forma automática con nuevas conductas hacia la otra persona, quien, a su vez, puede entender en nosotros equivalencias conductuales complejas.
Todas las personas tenemos equivalencias conductuales complejas diferentes y les damos distintos significados. Cuando las equivalencias conductuales complejas de dos personas se ponen en sintonía, ambas personas pueden iniciar una relación afectiva. Si sólo una de ellas interpreta esas equivalencias, la pareja no se formará. Es más, las mismas conductas por parte de una persona, por ejemplo bajar los ojos al hablar y esbozar una ligera sonrisa, pueden ser interpretados de forma contraria por dos personas, una con criterios de “interés” y la otra, quizás, con criterios de “estupidez”. La primera puede iniciar un acercamiento emocional y la segunda tratará de alejarse.
En toda relación de pareja pueden existir siete fases:
1. Atracción: Es el momento en que interpretamos las equivalencias conductuales complejas y percibimos a la otra persona como especial, atractiva, digna de ser amada.
2. Apreciación: Si la atracción es mutua, se inicia un romance, una relación de pareja. Los dos miembros de la pareja ponen filtros a la percepción que tienen del otro, eliminando cualquier criterio que pueda crear tensión.
Sólo ven los aspectos positivos del otro. Sólo prestan atención a todos los signos que les corroboran que son amados por el otro. Es muy interesante saber cuáles son los signos que hacen que nos sintamos amados. ¿Qué hace el otro para saber que eres amado? ¿Cómo haces para expresar tu amor? ¿Cómo sabe tu pareja que la amas? Si para ti es importante en una relación que tu pareja tenga sentido del humor, ¿en qué consiste exactamente eso?, ¿cómo sabes cuándo tiene sentido del humor y cuándo no lo tiene?, ¿cuál es la diferencia entre tener sentido del humor y no tenerlo?
3. Acostumbramiento: Cada miembro de la pareja empieza a habituarse al otro. No hay cosas nuevas, no hay descubrimiento de nuevos aspectos del otro. En esta fase nos adaptamos al otro, convertimos la relación en un hábito. Lo que antes originaba respuestas de gozo, ahora pasa desapercibido.
4. Expectativa: Empiezan las quejas. Las cosas no son como se esperaban Se empiezan a poner filtros del signo contrario a la fase de apreciación. El Príncipe y la Princesa dejan de serlo. Cada uno empieza a ver defectos en el otro. Empieza a haber equivalencias conductuales complejas relacionadas con la falta de amor.
5. Desencanto/desilusión: Las equivalencias conductuales complejas empiezan a dar paso a agravios, falta de comprensión, ofensas. Lo que antes pasaba desapercibido empieza a interpretarse como índice inequívoco de que el amor ha desaparecido. Viven del pasado y todavía recuerdan lo maravilloso que todo era antes.
6. Llegada al umbral: En esta fase, uno o los dos miembros de la pareja consideran que el amor se ha acabado definitivamente. Ya no hay recuerdos maravillosos del pasado, la amnesia se apodera de la relación y sólo están presentes los recuerdos dolorosos. Sobrepasar el umbral puede producirse en los dos miembros de la pareja a la vez, o puede sobrepasar el umbral sólo uno de ellos.
7. Fin de la relación: Las equivalencias conductuales complejas son tan continuas, que ya no hay nada que se considere placentero. La pareja rompe la relación (aunque muchas siguen viviendo juntas durante muchos años).
Lo interesante es aprender de la pareja y aprender de uno mismo para poder rescatar a la relación antes de llegar a la séptima fase, no creen? claro que no es fácil, quien dice que es fácil? NI QUE FUERAN ENCHILADAS !!! JAJAJAA.
Saludos
Mel.
Comprender los procesos que hacen que nos enamoremos y que nos desenamoremos puede ayudarnos a establecer relaciones de pareja más sanas.
Se le llama “patrón del umbral” al proceso por el que pasan los miembros de una pareja desde que se sienten atraídos mutuamente hasta que ponen fin a la relación.
Se le llama “equivalencias conductuales complejas” a los significados que las personas damos a determinadas conductas particulares a las que atribuimos cualidades emocionales específicas.
Las equivalencias conductuales complejas son las pequeñas conductas a través de las cuales deducimos que alguien nos ama o está interesado en nosotros.
Pueden ser la forma en que nos tocan, cómo pronuncian nuestro nombre, cómo nos dirigen la mirada, detalles que tienen con nosotros, etc. Estas conductas, en determinados contextos, adquieren un significado específico y nos indican que la otra persona siente algo hacia nosotros. No dudamos de este significado y respondemos de forma automática con nuevas conductas hacia la otra persona, quien, a su vez, puede entender en nosotros equivalencias conductuales complejas.
Todas las personas tenemos equivalencias conductuales complejas diferentes y les damos distintos significados. Cuando las equivalencias conductuales complejas de dos personas se ponen en sintonía, ambas personas pueden iniciar una relación afectiva. Si sólo una de ellas interpreta esas equivalencias, la pareja no se formará. Es más, las mismas conductas por parte de una persona, por ejemplo bajar los ojos al hablar y esbozar una ligera sonrisa, pueden ser interpretados de forma contraria por dos personas, una con criterios de “interés” y la otra, quizás, con criterios de “estupidez”. La primera puede iniciar un acercamiento emocional y la segunda tratará de alejarse.
En toda relación de pareja pueden existir siete fases:
1. Atracción: Es el momento en que interpretamos las equivalencias conductuales complejas y percibimos a la otra persona como especial, atractiva, digna de ser amada.
2. Apreciación: Si la atracción es mutua, se inicia un romance, una relación de pareja. Los dos miembros de la pareja ponen filtros a la percepción que tienen del otro, eliminando cualquier criterio que pueda crear tensión.
Sólo ven los aspectos positivos del otro. Sólo prestan atención a todos los signos que les corroboran que son amados por el otro. Es muy interesante saber cuáles son los signos que hacen que nos sintamos amados. ¿Qué hace el otro para saber que eres amado? ¿Cómo haces para expresar tu amor? ¿Cómo sabe tu pareja que la amas? Si para ti es importante en una relación que tu pareja tenga sentido del humor, ¿en qué consiste exactamente eso?, ¿cómo sabes cuándo tiene sentido del humor y cuándo no lo tiene?, ¿cuál es la diferencia entre tener sentido del humor y no tenerlo?
3. Acostumbramiento: Cada miembro de la pareja empieza a habituarse al otro. No hay cosas nuevas, no hay descubrimiento de nuevos aspectos del otro. En esta fase nos adaptamos al otro, convertimos la relación en un hábito. Lo que antes originaba respuestas de gozo, ahora pasa desapercibido.
4. Expectativa: Empiezan las quejas. Las cosas no son como se esperaban Se empiezan a poner filtros del signo contrario a la fase de apreciación. El Príncipe y la Princesa dejan de serlo. Cada uno empieza a ver defectos en el otro. Empieza a haber equivalencias conductuales complejas relacionadas con la falta de amor.
5. Desencanto/desilusión: Las equivalencias conductuales complejas empiezan a dar paso a agravios, falta de comprensión, ofensas. Lo que antes pasaba desapercibido empieza a interpretarse como índice inequívoco de que el amor ha desaparecido. Viven del pasado y todavía recuerdan lo maravilloso que todo era antes.
6. Llegada al umbral: En esta fase, uno o los dos miembros de la pareja consideran que el amor se ha acabado definitivamente. Ya no hay recuerdos maravillosos del pasado, la amnesia se apodera de la relación y sólo están presentes los recuerdos dolorosos. Sobrepasar el umbral puede producirse en los dos miembros de la pareja a la vez, o puede sobrepasar el umbral sólo uno de ellos.
7. Fin de la relación: Las equivalencias conductuales complejas son tan continuas, que ya no hay nada que se considere placentero. La pareja rompe la relación (aunque muchas siguen viviendo juntas durante muchos años).
Lo interesante es aprender de la pareja y aprender de uno mismo para poder rescatar a la relación antes de llegar a la séptima fase, no creen? claro que no es fácil, quien dice que es fácil? NI QUE FUERAN ENCHILADAS !!! JAJAJAA.
Saludos
Mel.