Si has dicho frases como "mi vida no tiene sentido sin él/ella" o "vivo por y para él/ella", posiblemente estás atravesando un amor enfermizo más que un amor verdadero por una persona. Hay una línea muy delgada entre traspasar de ese amor puro y bien intencionado al amor enfermo, por lo que es importante que sepas identificar en cuál tipo de amor te sitúas.
El amor sano es la demostración de cariño, afecto, pasión y admiración por el ser amado, pero de una manera controlada, con sentido de lo propio y lo ajeno, con una distancia afectiva entre mi persona y la otra, y cómo eso nos armoniza al estar juntos, pero cada quien independiente y en control de su vida personal, planes, ideas, proyectos.
El amor enfermizo es el amor donde perdemos el norte de nuestra propia vida por estar pendientes del otro, donde respiramos el mismo aire de esa persona, queremos controlarle lo que hace, dice y piensa; casi quisiéramos meternos en su propia piel para entender todo sobre la otra persona: "no puedo estar con él pero sin él me muero".
No es inusual atravesar o tener a nuestro alrededor muchas personas que viven enfrascadas en relaciones afectivas enfermizas de las cuales no quieren o no pueden escapar; donde estar mal se convierte en una costumbre para la persona adicta a la relación y, de igual manera que con cualquier otra adicción, se es incapaz de dejarla o tenerla bajo control.
La persona que está apegada a otra nunca está preparada para la pérdida, porque no concibe la vida sin su fuente de seguridad. Las razones por las que nos llegamos a involucrar en un amor enfermizo pueden ser múltiples, aunque en su gran mayoría provienen de las experiencias traumáticas a nivel afectivo del niño; donde el comportamiento cambiante e inconsistente de sus progenitores le generó inseguridad y poca autoestima hasta su vida adulta.
Podríamos decir que detrás de un amor enfermizo hay mucho miedo. Por ejemplo, te cuestionas si eres capaz de hacerte cargo de ti mismo, aparece el temor a quedarse solo, por lo que parece más sencillo apegarse a las fuentes de seguridad disponibles, representadas en distintas personas, aun cuando este apego me haga sufrir.
El hecho de que desees mucho a tu pareja, que te encante estar con él/ella y que la extrañes cuando no está contigo no significa que sufras de apego. El placer de amar y ser amado es para disfrutarlo y sentirlo, pero si sientes un vacío incontrolable cada vez que te despides de tu pareja, si verla diariamente se vuelve indispensable para seguir viviendo al punto de perder tu paz cuando no estás a su lado, calificas en el rango de un amor enfermizo, por lo que te sugiero buscar ayuda profesional.
Regina Vides
Psicología de Pareja
Licda. Psicología Clínica
Magister en Terapia Familiar y de Pareja (España)
El amor sano es la demostración de cariño, afecto, pasión y admiración por el ser amado, pero de una manera controlada, con sentido de lo propio y lo ajeno, con una distancia afectiva entre mi persona y la otra, y cómo eso nos armoniza al estar juntos, pero cada quien independiente y en control de su vida personal, planes, ideas, proyectos.
El amor enfermizo es el amor donde perdemos el norte de nuestra propia vida por estar pendientes del otro, donde respiramos el mismo aire de esa persona, queremos controlarle lo que hace, dice y piensa; casi quisiéramos meternos en su propia piel para entender todo sobre la otra persona: "no puedo estar con él pero sin él me muero".
No es inusual atravesar o tener a nuestro alrededor muchas personas que viven enfrascadas en relaciones afectivas enfermizas de las cuales no quieren o no pueden escapar; donde estar mal se convierte en una costumbre para la persona adicta a la relación y, de igual manera que con cualquier otra adicción, se es incapaz de dejarla o tenerla bajo control.
La persona que está apegada a otra nunca está preparada para la pérdida, porque no concibe la vida sin su fuente de seguridad. Las razones por las que nos llegamos a involucrar en un amor enfermizo pueden ser múltiples, aunque en su gran mayoría provienen de las experiencias traumáticas a nivel afectivo del niño; donde el comportamiento cambiante e inconsistente de sus progenitores le generó inseguridad y poca autoestima hasta su vida adulta.
Podríamos decir que detrás de un amor enfermizo hay mucho miedo. Por ejemplo, te cuestionas si eres capaz de hacerte cargo de ti mismo, aparece el temor a quedarse solo, por lo que parece más sencillo apegarse a las fuentes de seguridad disponibles, representadas en distintas personas, aun cuando este apego me haga sufrir.
El hecho de que desees mucho a tu pareja, que te encante estar con él/ella y que la extrañes cuando no está contigo no significa que sufras de apego. El placer de amar y ser amado es para disfrutarlo y sentirlo, pero si sientes un vacío incontrolable cada vez que te despides de tu pareja, si verla diariamente se vuelve indispensable para seguir viviendo al punto de perder tu paz cuando no estás a su lado, calificas en el rango de un amor enfermizo, por lo que te sugiero buscar ayuda profesional.
Regina Vides
Psicología de Pareja
Licda. Psicología Clínica
Magister en Terapia Familiar y de Pareja (España)