Existen varios males en la sociedad moderna dentro del ámbito de la violencia, pero hay que aclarar que lamentablemente uno de los grandes males para la sociedad y la psicología femenina son los novios y esposos violentos.
Hay relaciones y familias en las que lamentablemente se producen estas agresiones físicas y verbales. Algunos especialistas aseguran que la violencia familiar es una serpiente que se muerde la cola, es decir, sus mecanismos de reproducción terminan creando un círculo cada vez más estrecho y peligroso. Del cuál es muy difícil escapar.
Nadie nace violento, esta actitud se aprende en la infancia incorporado a los mecanismos de conducta que regularmente se expresan a nivel doméstico en los que una figura, generalmente masculina, lleva el control de las situaciones y toma las decisiones más importantes del hogar. Un niño que es víctima de violencia o presenció la violencia en el hogar, tiene altas probabilidades de ser violento de adulto ya sea con su pareja, con sus hijos o con sus ancianos que integran su grupo familiar.
Algunas de las características de un hombre violento son:
• Si tu novio te controla con tan sólo una mirada, un gesto, una frase amenazante o un chantaje no dudes que pronto te levantará la mano.
• Probablemente sepas que tu pareja cuenta con un mal carácter, pero pareciera que alguien más se apodera de su cuerpo cuando ingiere bebidas alcohólicas. Mucho cuidado un golpe de un hombre la mayoría de veces tiene mucha más fuerza que el de una mujer.
• Sí tú pareja aún cree que un matrimonio consiste en que el trabajo es para los hombres, y el cuidado de los hijos y del hogar es para las mujeres. Piénsalo muy bien, es muy difícil que cambien su opinión.
• Muchos de estos casos vienen de frustraciones pasadas, estados de ánimo, vivencias de la infancia o conductas mal encauzadas.
• La mayoría de veces los hombres que son violentos vienen de una familia desintegrada, o de una familia donde la autoridad menospreciaba a las demás personas principalmente a las mujeres, por lo regular en un patriarcado que les exige ser exitosos y además agresivos, y competitivos.
La solución a este gran problema es buscando ayuda y tratar de hablar con tu pareja, haciéndole ver que lo que esta afectándoles es un gran problema. Pero si tu eres tú el del problema lo mejor es empezar dándote un tiempo y preguntarte ¿Qué quieres de la vida?. La persona que no se ama así mismo nunca podrá dar a los demás a los demás ese amor que quisiera. Por otro lado sabemos que puede ser muy difícil todo lo que lagunas han vivido en su infancia o adolescencia.
Pero si quieres vivir una vida tranquila y feliz con tu pareja y con tu nueva familia. Debes hacerte a la idea que ni tú ni ellos tienen la culpa de lo que ya pasó. Lo mejor es olvidar y darle un borrón y cuenta nueva a tu vida. Todos merecen una segunda oportunidad de ser feliz y de volver a empezar. Si sientes que tú sólo no puedes, busca ayuda y ten por seguro que dejando todos los rencores atrás y enfocándote a tu felicidad y la de tú familia, así tu vida cambiará.