Ningún hombre te invita a salir. A tus amigas les llueven propuestas tentadoras, pero a ti no. Estás harta de quedarte viendo televisión y comiendo sola en tu casa. ¿Por qué si eres bonita, simpática y divertida, no están todos ellos pugnando por un lugar en tu agenda? ¿Tienes algo que los espanta? ¿No será que estás proyectando una imagen que nada tiene que ver con tu verdadero yo?
Tómate diez minutos, el problema lo vale, y dedícate a analizar la situación por la que estás pasando. Si ya lo hiciste y no llegaste a ninguna conclusión, invita a tu amiga más sincera y pídele que te ayude a repasar esta lista, que sin duda te será de muchísima utilidad para poder hacer una autocrítica y encontrar una solución. Tampoco se trata de que te quedes "para vestir santos":
- No paras de quejarte del trabajo, de lo mal que se viaja, de tus padres, de lo mucho que tienes que estudiar… Si eres así, está claro que tienes una razón más que suficiente como para que no te inviten a una cita. ¡A quién le gusta salir con una quejosa! Intentá sonreír un poco más.
- Estás pendiente de si él se viste como te gusta, de si su proyecto laboral es interesante, de si le cae bien a tus amigas… ¿No estarás siendo muy exigente? ¿No será mucho pedirle todo de entrada? Piensa que se trata de conocerlo, no de ponerlo a prueba. Sé flexible.
- Tal vez estás atravesando un período de baja autoestima y eso se nota. Fíjate si vives pidiendo perdón por todo, si nunca te sientes a la altura de los demás. Porque si es así, lo más probable es que realmente los otros no te sientan a su nivel. Por eso, toma confianza y pisa fuerte.
- Y si eres muy crítica con tu cuerpo y vives tapándolo para "disimular", piensa que así sólo logras resaltar tus puntos débiles. ¿Qué tal si en vez de esconder tus defectos físicos, destacas tus atributos? Nadie es perfecto, ni siquiera las modelos que parecen increíbles en las fotos de las revistas. Para ellas, de hecho, se inventó el Photoshop…
Tómate diez minutos, el problema lo vale, y dedícate a analizar la situación por la que estás pasando. Si ya lo hiciste y no llegaste a ninguna conclusión, invita a tu amiga más sincera y pídele que te ayude a repasar esta lista, que sin duda te será de muchísima utilidad para poder hacer una autocrítica y encontrar una solución. Tampoco se trata de que te quedes "para vestir santos":
- No paras de quejarte del trabajo, de lo mal que se viaja, de tus padres, de lo mucho que tienes que estudiar… Si eres así, está claro que tienes una razón más que suficiente como para que no te inviten a una cita. ¡A quién le gusta salir con una quejosa! Intentá sonreír un poco más.
- Estás pendiente de si él se viste como te gusta, de si su proyecto laboral es interesante, de si le cae bien a tus amigas… ¿No estarás siendo muy exigente? ¿No será mucho pedirle todo de entrada? Piensa que se trata de conocerlo, no de ponerlo a prueba. Sé flexible.
- Tal vez estás atravesando un período de baja autoestima y eso se nota. Fíjate si vives pidiendo perdón por todo, si nunca te sientes a la altura de los demás. Porque si es así, lo más probable es que realmente los otros no te sientan a su nivel. Por eso, toma confianza y pisa fuerte.
- Y si eres muy crítica con tu cuerpo y vives tapándolo para "disimular", piensa que así sólo logras resaltar tus puntos débiles. ¿Qué tal si en vez de esconder tus defectos físicos, destacas tus atributos? Nadie es perfecto, ni siquiera las modelos que parecen increíbles en las fotos de las revistas. Para ellas, de hecho, se inventó el Photoshop…