Amigas les comparto esta carta real que un jovencito escribio a su padre, es una realidad que duele y duele mucho, en carne propia lo senti pues tuve un padre ausente que jamas me dio la oportunidad de conocerlo, y ahora mis propios hijos sufren por un padre ausente e irresponsable pero que hacer, una paternidad responsable a fuerza no es paternidad asi que yo me apego a eso de no hablarles mal de el porque no necesito hacerlo el tiempo me dara la razon y a ellos la verdad de su padre ausente.
Espero les guste y pues se vale llorar
“Que honda papá, como está, mucho gusto poder saludarlo, espero que este muy bien. El motivo de la presente es para decirle que lo quiero mucho y decirle que me hace mucha falta, que le agradezco por preocuparse, por darme lo mejor, lo que usted no tuvo, porque nunca me ha hecho falta nada, lo que he querido lo he tenido materialmente hablando y por eso muchas gracias, por ser ese papá ejemplar y responsable, que cualquiera desearía tener. Y le doy gracias a Dios por habérmelo dado a mí. También quisiera decirle que lo que más deseo en la vida, no es todo lo que me ha dado, pues existe dentro de mí un vacío que me grita, cuanto yo lo necesito, que algún día podamos estar juntos, contarle lo que me pasa, mis inquietudes, mis problemas, mis alegrías y mis tristezas, en fin son tantas cosas que quisiera poder compartir con usted, poder reponer tantos años de ausencia, de tantas veces que lo necesité, de tantas veces que renegué ¿Porque usted no estaba conmigo?, no sabe cuantas veces necesité del abrazo de mi padre, de un te quiero, de un consejo, una palabra de aliento, una mano que me levantara al caer. Pero nunca estuvo allí, ni siquiera por el maldito teléfono, no sabe cuanto me duele que nunca se haya acordado de hacerme sí quiera una simple llamada, pero nunca se acordó, no sabe de las veces que he sido abanderado y ni una sola vez me ha felicitado. ¿Porqué papá?, no sabe cuanto me ha dolido su actitud, darme cuenta que he tenido un padre solo de nombre, porque nunca ha estado cuando más lo he necesitado.
Gracias por preocuparse, por darme lo mejor, por estar al pendiente que no me faltara nada, pero quisiera que se diera cuenta y entendiera que lo material no lo es todo en la vida, que hay algo que no se compra ni se vende y a pesar de eso tiene un gran valor, un valor inmenso, incomparable, que es el amor, cariño y confianza y que es algo que usted nunca pudo llegar a darme. Yo se que me quiere, porque no cualquier padre, arriesga la vida, yéndose, quien sabe porque caminos, cruzando desiertos, pasando hambre, con tal de darle lo mejor a sus hijos y eso yo nunca voy a poder pagárselo, porque si no fuera por eso yo no estuviera donde estoy, no fuera un profesional, pero a pesar de tener todo eso, hay un gran vacío existencial, una gran soledad y tristeza. Si supiera cuantas veces quise gritarle que lo que necesitaba era amor, cariño y comprensión, no dinero, ni cosas. Usted algunas veces me preguntaba sí necesitaba algo y siempre ha habido algo que he necesitado muchísimo y ha sido de usted, de un padre que esté allí en los buenos momentos y en los momentos de tristeza, amargura y a veces de derrota. De alguien que esté allí para apoyarme, un hombro para llorar, no que tantas veces que tuve que tragarme mis palabras y mis lágrimas, tantas veces que necesité de un abrazo, de un te quiero, de palabras de aliento que me impulsaran a seguir adelante, pero no ha habido nadie que me apoye y que esté conmigo. Pero a pesar de todo lo quiero mucho, lo amo y siempre voy a estar orgulloso de usted, de tener un gran padre, que se sacrifica por sus hijos, muchas gracias papá lo quiero y extraño mucho, espero que vuelva muy pronto, cuando ya no sea demasiado tarde. Gracias por ser mi papá adiós, se cuida mucho. Sinceramente un hijo necesitado.
Esta Carta es de un jovencito llamado Juan de tan sólo 17 años edad que vive y sufre los efectos de su padre ausente. Tenemos que reconocer que vivimos tiempos de ausencia paterna; pero no sólo de esa ausencia física y literal, sino de aquella en la que el papá esta presente, pero su presencia, su amor, su sabiduría, no se hacen notar. Se dice que la sociedad de estos días esta enferma, y la enfermedad que sufre es la de pretender instaurar una sociedad sin padres. Esto debido a la sobre exaltación del papel de la mujer y de la falta de responsabilidad de los hombres hacia sus hijos. Pero lo cierto es que la figura del padre ausente es algo que pesa, y pesa mucho, pues se sabe que las repercusiones de esto son importantes.
Espero les guste y pues se vale llorar
“Que honda papá, como está, mucho gusto poder saludarlo, espero que este muy bien. El motivo de la presente es para decirle que lo quiero mucho y decirle que me hace mucha falta, que le agradezco por preocuparse, por darme lo mejor, lo que usted no tuvo, porque nunca me ha hecho falta nada, lo que he querido lo he tenido materialmente hablando y por eso muchas gracias, por ser ese papá ejemplar y responsable, que cualquiera desearía tener. Y le doy gracias a Dios por habérmelo dado a mí. También quisiera decirle que lo que más deseo en la vida, no es todo lo que me ha dado, pues existe dentro de mí un vacío que me grita, cuanto yo lo necesito, que algún día podamos estar juntos, contarle lo que me pasa, mis inquietudes, mis problemas, mis alegrías y mis tristezas, en fin son tantas cosas que quisiera poder compartir con usted, poder reponer tantos años de ausencia, de tantas veces que lo necesité, de tantas veces que renegué ¿Porque usted no estaba conmigo?, no sabe cuantas veces necesité del abrazo de mi padre, de un te quiero, de un consejo, una palabra de aliento, una mano que me levantara al caer. Pero nunca estuvo allí, ni siquiera por el maldito teléfono, no sabe cuanto me duele que nunca se haya acordado de hacerme sí quiera una simple llamada, pero nunca se acordó, no sabe de las veces que he sido abanderado y ni una sola vez me ha felicitado. ¿Porqué papá?, no sabe cuanto me ha dolido su actitud, darme cuenta que he tenido un padre solo de nombre, porque nunca ha estado cuando más lo he necesitado.
Gracias por preocuparse, por darme lo mejor, por estar al pendiente que no me faltara nada, pero quisiera que se diera cuenta y entendiera que lo material no lo es todo en la vida, que hay algo que no se compra ni se vende y a pesar de eso tiene un gran valor, un valor inmenso, incomparable, que es el amor, cariño y confianza y que es algo que usted nunca pudo llegar a darme. Yo se que me quiere, porque no cualquier padre, arriesga la vida, yéndose, quien sabe porque caminos, cruzando desiertos, pasando hambre, con tal de darle lo mejor a sus hijos y eso yo nunca voy a poder pagárselo, porque si no fuera por eso yo no estuviera donde estoy, no fuera un profesional, pero a pesar de tener todo eso, hay un gran vacío existencial, una gran soledad y tristeza. Si supiera cuantas veces quise gritarle que lo que necesitaba era amor, cariño y comprensión, no dinero, ni cosas. Usted algunas veces me preguntaba sí necesitaba algo y siempre ha habido algo que he necesitado muchísimo y ha sido de usted, de un padre que esté allí en los buenos momentos y en los momentos de tristeza, amargura y a veces de derrota. De alguien que esté allí para apoyarme, un hombro para llorar, no que tantas veces que tuve que tragarme mis palabras y mis lágrimas, tantas veces que necesité de un abrazo, de un te quiero, de palabras de aliento que me impulsaran a seguir adelante, pero no ha habido nadie que me apoye y que esté conmigo. Pero a pesar de todo lo quiero mucho, lo amo y siempre voy a estar orgulloso de usted, de tener un gran padre, que se sacrifica por sus hijos, muchas gracias papá lo quiero y extraño mucho, espero que vuelva muy pronto, cuando ya no sea demasiado tarde. Gracias por ser mi papá adiós, se cuida mucho. Sinceramente un hijo necesitado.
Esta Carta es de un jovencito llamado Juan de tan sólo 17 años edad que vive y sufre los efectos de su padre ausente. Tenemos que reconocer que vivimos tiempos de ausencia paterna; pero no sólo de esa ausencia física y literal, sino de aquella en la que el papá esta presente, pero su presencia, su amor, su sabiduría, no se hacen notar. Se dice que la sociedad de estos días esta enferma, y la enfermedad que sufre es la de pretender instaurar una sociedad sin padres. Esto debido a la sobre exaltación del papel de la mujer y de la falta de responsabilidad de los hombres hacia sus hijos. Pero lo cierto es que la figura del padre ausente es algo que pesa, y pesa mucho, pues se sabe que las repercusiones de esto son importantes.