Hace algún tiempo, escuche una historia fascinante, ciertamente es simbólica pero tiene tanto de verdad que quisiera compartirla: El relato nos dice, de un corazón que estaba muy enfermo, muy triste y adolorido. Este corazón fue entonces a una Clínica de Corazones, y tuvo que ser internado de emergencia; allí se encontró con otros corazones que adolecían también de muchos males, unos parecían realmente destrozados, otros sangraban, otros lloraban.
Al paso de los días, fue pasando por diferentes salas donde se hallaban corazones heridos, y con el tiempo pudo conocer a muchos. Y para su grata sorpresa, todos se iban recuperando, cada uno era atendido de manera personal y cuidadosa. Y aunque muchos habían estado en crisis, finalmente todos se recuperaban.
La medicina era milagrosa y entonces llego el tiempo en que se habían recuperado totalmente. Y este corazón fue a buscar al director de la clínica para felicitarle y preguntarle pues él había visto corazones destrozados, como el mismo y todos se iban recuperado hasta llegar a curarse totalmente? ¿Cuál era aquella medicina que a todos salvaba? Y estas preguntas e inquietudes llegarían a tener respuesta.
El director de la clínica era un corazón fuerte y magnifico así como todos aquellos que laboraban en esa clínica. ¿Cual es la medicina que aquí se administra, la que cura los corazones heridos? Y aquel director de la clínica, aquel digno y fuerte corazón absolutamente saludable le dijo: " Aparte del empeño y la dedicación, aquí brindamos una medicina infalible, no ha habido un solo caso que hayamos perdido. Ven, vamos a nuestro laboratorio, te voy a enseñar la formula." le dijo.
Y lo puso a mirar en un microscopio, diciendole:" Mira esta es la formula, que curara a todos los corazones heridos y maltratados y aún hasta los que se encuentren próximos a la muerte." Y aquel corazón miro en aquel microscopio y leyó una frase, la clave secreta, la formula dorada, y decía: “Para curar un corazón herido, solo le hace falta volver a creer en el amor”.
Autor: Oscar Basurto Carbonell
Al paso de los días, fue pasando por diferentes salas donde se hallaban corazones heridos, y con el tiempo pudo conocer a muchos. Y para su grata sorpresa, todos se iban recuperando, cada uno era atendido de manera personal y cuidadosa. Y aunque muchos habían estado en crisis, finalmente todos se recuperaban.
La medicina era milagrosa y entonces llego el tiempo en que se habían recuperado totalmente. Y este corazón fue a buscar al director de la clínica para felicitarle y preguntarle pues él había visto corazones destrozados, como el mismo y todos se iban recuperado hasta llegar a curarse totalmente? ¿Cuál era aquella medicina que a todos salvaba? Y estas preguntas e inquietudes llegarían a tener respuesta.
El director de la clínica era un corazón fuerte y magnifico así como todos aquellos que laboraban en esa clínica. ¿Cual es la medicina que aquí se administra, la que cura los corazones heridos? Y aquel director de la clínica, aquel digno y fuerte corazón absolutamente saludable le dijo: " Aparte del empeño y la dedicación, aquí brindamos una medicina infalible, no ha habido un solo caso que hayamos perdido. Ven, vamos a nuestro laboratorio, te voy a enseñar la formula." le dijo.
Y lo puso a mirar en un microscopio, diciendole:" Mira esta es la formula, que curara a todos los corazones heridos y maltratados y aún hasta los que se encuentren próximos a la muerte." Y aquel corazón miro en aquel microscopio y leyó una frase, la clave secreta, la formula dorada, y decía: “Para curar un corazón herido, solo le hace falta volver a creer en el amor”.
Autor: Oscar Basurto Carbonell