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¿Cuántas veces hemos escuchado en las canciones románticas, baladas o salsa, frases como: “Eres el amor de mi vida, sin ti no sabría qué hacer“; “Eres lo único motivo de mi vivir“? ¿Cuántas veces hemos sido bombardeados por este tipo de frases hasta que se han vuelto nuestra realidad?
¿Cuántas veces también hemos visto películas, cuántas veces hemos leído cuentos, novelas e historias de alguien que necesita de otra persona para sobrellevar lo duro que es la vida?
¡¿Cuántas veces?!
Si eres como yo, seguramente, todos los días estás siendo atacado constantemente por este tipo de creencias. Seguramente si no escucharas este tipo de canciones, como hace muchos siglos atrás, probablemente tendrías mejores relaciones. ¿O es que acaso no hace más de 100 años atrás había menos divorcios, menos separaciones, menos sufrimiento en el amor?
Pero no echemos la culpa a los medios que nos están lavando el cerebro con sus premisas y sean ellos los principales beneficiados, aprendamos a cultivar nuestra fortaleza interior, aquella que nos volverá inmune ante el sufrimiento innecesario en el amor.
Este artículo reflexivo profundizará en el porqué dependemos de la pareja para ser “feliz” y cómo podemos romper las cadenas que nos atan a ellas. En otras palabras, cómo amar sin dependencias:
Te amo pero también soy feliz sin tiEsta es quizás la premisa más difícil de aceptar. Hemos vivido toda una vida creyendo que sólo el amor nos hará feliz o, también, nos hemos ido olvidando de todo aquello que nos podría haber proporcionado esa felicidad pero hemos hecho espacio para ese amor que estamos esperando con muchas ansias.
Ahora tanto se habla del amor y de la felicidad que pareciese que ambas palabras ya han perdido su verdadero significado, por lo que ahora emplearé otro lenguaje. Un poco más sencillo pero más real y aceptado.
Se dice que sólo el amor te hará feliz. Yo prefiero decir, a partir de ahora, que todos creemos que el amor nos alegrará la vida, nos dará la ilusión de querer continuar con nuestros proyectos de vida, nos llenará de optimismo.
Pues básicamente la felicidad se podría resumir en las tres palabras que te acabo de mencionar:
Alegría: No es lo mismo decir felicidad que alegría. La felicidad mayormente se da cuando algo externo alimenta tu espíritu, mientras que la alegría es aquello que nace desde lo más profundo de tu ser, es la estrella que siempre brillará dentro de ti. Para ser feliz, antes hay que albergar dentro de nosotros la alegría.
La alegría es la energía de la vida. Lo mismo que los niños sienten en sus primeros años de infancia. Cuando sonríen al descubrir que ellos pueden hacer volar una cometa, cuando aprenden a montar la bicicleta por primera vez, cuando suben a los juegos mecánicos, etc…
Lo que muchas personas pierden a lo largo del tiempo es la alegría de vivir, por lo que creen que el amor les devolverá aquella alegría. En parte tienen razón, el amor te alegra los días; pero veremos más adelante la otra cara de la moneda.
Ilusión: Del mismo modo que a medida que vamos creciendo las cosas se vuelven muy rutinarias y aburridas, siempre deseamos volver a ser aquellos niños que tenían esa gran ilusión por lo que vendría después.
Tener una ilusión por lo que vendrá después es uno de los grandes beneficios que te proporciona el amor, sin embargo, allí no sólo está la única fuente.
Como te lo mencionaba anteriormente, mucha gente ve el amor como la única salvación para su horrible y rutinaria vida. Quieren encontrar a esa persona especial para que recién allí empiecen a hacer planes para su vida futura.
Optimismo: Una persona que es feliz siempre anda optimista, también con un poco de realismo para no desbordarse.
El amor, o mejor dicho, la etapa inicial que es el enamoramiento, siempre nos inyecta de energía positiva y pensamos de manera optimista. Eso es algo que todos nosotros hemos experimentado por lo que muchas personas quieren el amor como una droga que les levanta el ánimo. Otra vez, allí se vuelve a cometer el error de depender del amor.
Ahora bien, habiendo explicado la base de lo que nosotros podríamos considerar la felicidad, quiero entrar a un poco de psicología convencional. Y es que prácticamente esto nos han enseñado a todos en la secundaria. Y se trata de…
La pirámide de MaslowMaslow propuso una pirámide con todas las necesidades básicas del ser humano para vivir plenamente.
Según la pirámide, el amor y el afecto apenas está en la tercera posición de 5. Y, sin embargo, lo que muchas personas creen (especialmente mujeres) es que ya cumpliste tu deber en la vida si encontraste al “amor de tu vida”, olvidándose de la cuarta y quinta posición.
Es más, la gente que “necesita el amor” cree que mediante una relación de pareja conseguirá las necesidad de reconocimiento y auto-realización. He allí el quid de todo el problema.
Presta bastante atención porque más sencillo no te lo puedo explicar: Las personas que necesitan el amor para ser felices creen erróneamente que con ella llegarán a tener todo lo demás por lo que evidentemente se van a aferrar al amor más que a nada en el mundo. También sufrirán muchísimo si la pierden.
Ahora bien, seguramente ahora te estarás preguntando:
¿Cómo llegar a decir: “Te amo pero NO te necesito”?Ahora sí entraremos a la parte práctica. Seguramente pensarás que la propuesta que te estoy dando puede parecerte demasiado simplista. Y no ignoro que lo sea pero quiero que nos pongamos a pensar en las verdaderas necesidades.
Puede que de verdad necesites a tu pareja para que juntos terminéis de pagar la casa que ambos adquiristeis mediante un banco local, puede que necesites a tu pareja para que ambos criéis y alimentéis a vuestros hijos, entre otras cosas más. Eso es normal, cuando son cosas que necesiten de dos personas, entonces perfecto, estás empleando bien el significado de la palabra necesitar.
Mientras que si el amor lo conviertes en tu oxígeno, lo idealizas y crees que mediante ella llegarás a ser feliz, aquí ya estamos entrando a un área que sí me preocupa.
Estás distorsionando el amor. El amor no es lo único importante en la vida. También lo es la relación que tienes contigo mismo, también lo son tus sueños, también lo es tu carrera, tu trabajo, tu familia, tus amigos, tu tiempo libre, etc…
Como decía Albert Einstein: “Si quieres vivir (conservar) una vida feliz, átala a una meta, no a una persona o cosa“.
Si necesitas una persona para ser feliz siempre vas a sufrir porque una persona es temporal, nunca sabes si estará contigo cuando más lo necesites, pero sí puede estar contigo tu autoestima, tus valores, tus creencias, tu optimismo, la ilusión de vivir, la alegría de saber que existes… Tus habilidades personales y tus creencias siempre permanecerán contigo a pesar de todo.
Pienso que un buen punto de partida sería empezar a cambiar todas tus creencias en base al amor y quedarte solamente con aquellas que verdaderamente influyen en tu progreso personal y no con aquellas que sean un gran obstáculo.Y créeme que con hacer ésto ya tienes bastante trabajo por hacer!
En conclusión: No esperes que llenen tu vaso de agua. Más bien, sé tú quien llene primero su propio vaso y cuando ya estés rebozando en cantidad, compártelo hacia los demás. Sólo así jamás necesitarás de amor para ser feliz. El amor sólo sería algo que te haga un poco más feliz de lo que ya eres, no la única fuente de tu felicidad.
Autor: Rolando Goicochea
