No he vivido la vida que desearía haber tenido, no tomé las elecciones correctas, no supe respetarme y valorarme, acepté un mal amor y pensé que nunca podría tener nada mejor…
Pero hoy sé que ningún hombre que no sepa respetarme y valorarme podrá merecerme. Hoy sé que soy valiosa y no tengo porqué conformarme. Hoy decido ser la mujer que yo quiero ser.
No fui la niña que de pequeña me hubiese gustado ser. Hubo un momento en el que lo logré, un momento en el que me levanté triunfadora ante todos los que me rodeaban, como cuando siendo un bebé logré por primera vez ponerme de pie, o cuando pude dar mis primeros pasos… En esos momentos estuve orgullosa de mí misma, y todos los demás me apreciaban y celebraban…
Pero una vez aprendí a caminar me quedé sin guía, me quedé sola, sin una mano que me acompañara y enseñara el camino. Me soltaron cuando apenas comenzaba a dar mis primeros pasos… y así crecí, no como la niña que desearía haber sido, sino como la niña que a fuerza de errores y lágrimas derramadas tuvo que aprender… y a día de hoy sigo aprendiendo.
No fui la joven mujer que desearía haber sido, me ilusioné con quien no debí hacerlo, y pese a todo ese es un error que he vuelto a cometer una y otra vez. Aún he de acabar de aprender que quien te hace llorar no es digno de tu amor.
No he vivido el amor que desearía haber vivido, pues en esta cárcel que es mi vida no hay amor, sólo frío y un encierro que parece eterno.
No fui la feliz esposa que desearía haber sido, pues vivo en un encierro de tan oscura soledad que no se disipa ni con la presencia de este hombre que dice amarme.
No fui la mujer y madre que soñé llegar a ser, él me amó a su manera, con engaños, con la presencia de otras mujeres, con el horrible olor de un licor que hace daño y el aterrador silencio a tres seres que necesitan de él.
Aquella mujer que no fui…
desde hoy lo seré.
Aprenderé a caminar nuevamente, será como salir de una oscuridad en la que mucho tiempo se ha vivido, al principio me dará miedo abrir los ojos ante el sol, que por momentos me sentiré cegada y desorientada, pero que con valor e insistencia alcanzaré a vislumbrar un nuevo horizonte lleno de paisajes y mucha luz.
Seré la mujer que no fui.
Nunca más agacharé mi cara ni daré amor a quien no lo merezca, pues todo lo vivido me dio valor y hoy por fin sé que valgo demasiado. Sólo me amará quien me sepa apreciar, valorar y respetar; esa persona podrá estrenar mi nuevo alma recién liberada de sus cadenas y una condena que termina hoy.
De hoy en adelante seré quien no fui....
Pero hoy sé que ningún hombre que no sepa respetarme y valorarme podrá merecerme. Hoy sé que soy valiosa y no tengo porqué conformarme. Hoy decido ser la mujer que yo quiero ser.
No fui la niña que de pequeña me hubiese gustado ser. Hubo un momento en el que lo logré, un momento en el que me levanté triunfadora ante todos los que me rodeaban, como cuando siendo un bebé logré por primera vez ponerme de pie, o cuando pude dar mis primeros pasos… En esos momentos estuve orgullosa de mí misma, y todos los demás me apreciaban y celebraban…
Pero una vez aprendí a caminar me quedé sin guía, me quedé sola, sin una mano que me acompañara y enseñara el camino. Me soltaron cuando apenas comenzaba a dar mis primeros pasos… y así crecí, no como la niña que desearía haber sido, sino como la niña que a fuerza de errores y lágrimas derramadas tuvo que aprender… y a día de hoy sigo aprendiendo.
No fui la joven mujer que desearía haber sido, me ilusioné con quien no debí hacerlo, y pese a todo ese es un error que he vuelto a cometer una y otra vez. Aún he de acabar de aprender que quien te hace llorar no es digno de tu amor.
No he vivido el amor que desearía haber vivido, pues en esta cárcel que es mi vida no hay amor, sólo frío y un encierro que parece eterno.
No fui la feliz esposa que desearía haber sido, pues vivo en un encierro de tan oscura soledad que no se disipa ni con la presencia de este hombre que dice amarme.
No fui la mujer y madre que soñé llegar a ser, él me amó a su manera, con engaños, con la presencia de otras mujeres, con el horrible olor de un licor que hace daño y el aterrador silencio a tres seres que necesitan de él.
Aquella mujer que no fui…
desde hoy lo seré.
Aprenderé a caminar nuevamente, será como salir de una oscuridad en la que mucho tiempo se ha vivido, al principio me dará miedo abrir los ojos ante el sol, que por momentos me sentiré cegada y desorientada, pero que con valor e insistencia alcanzaré a vislumbrar un nuevo horizonte lleno de paisajes y mucha luz.
Seré la mujer que no fui.
Nunca más agacharé mi cara ni daré amor a quien no lo merezca, pues todo lo vivido me dio valor y hoy por fin sé que valgo demasiado. Sólo me amará quien me sepa apreciar, valorar y respetar; esa persona podrá estrenar mi nuevo alma recién liberada de sus cadenas y una condena que termina hoy.
De hoy en adelante seré quien no fui....