Estamos todas conectadas de una manera u otra.
Aunque en ciertos momentos de la vida te sientas en soledad y creas que no cuentas con nadie, con solo mirar a tu alrededor te darás cuenta de que estás relacionada, de algún modo, con el resto de la gente.
Tenemos puntos en común que nos hermanan. Desde los más básicos: que todos habitamos el mismo suelo (ciudad, nación, continente, planeta), hasta los más específicos: vecinos, compañeros de trabajo, ex-alumnos de la misma escuela o universidad, miembros de un club…
Hay ciertas fechas en las que sí sentimos fácilmente una conexión generalizada, por ejemplo, durante las festividades religiosas o en los días de votación. En momentos en que nos hemos unido para ayudar a personas que han estado en situaciones de desastres como terremotos por ejemplo. Se siente “algo” en el aire que nos indica que hay muchísima gente en nuestra situación.
Hace algunos años se hablaba mucho acerca de los “seis grados de separación”: esta teoría expone que una persona en el planeta está relacionada con cualquiera otra a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cuatro intermediarios. La teoría fue inicialmente propuesta en 1929 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy. El concepto está basado en la idea que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena y sólo un pequeño número de estos enlaces son necesarios para que el conjunto de conocidos se convierta en la población humana entera.
Creo que con el auge de las redes sociales (Facebook, Twitter), esto ha quedado bastante demostrado. Y yendo a lo cotidiano, ¿cuántas veces te sucedió estar hablando con alguien que conoce a otra persona que es amiga/familiar/está o estuvo relacionada contigo?
Esto significa dos cosas: una es que nunca estamos del todo solos, que permanentemente hay seres con los que podemos hablar, conectarnos, intercambiar opiniones, compartir momentos, desahogarnos, en los cuales apoyarnos… si no los detectas a simple vista, amplía un poquito tu panorama y los hallarás.
Simplemente el más claro y cercano ejemplo es este foro de Mujer Actual, donde estamos muchas mujeres conectadas ( emocionalmente) en situaciones que alguna de nosotras está pasando.
La segunda es que tenemos cierta responsabilidad general por todas nuestras acciones (u omisiones). Algunas veces creemos que, como nadie ve lo que estamos haciendo, podemos realizar cualquier acción “rápida” en vez de la correcta, sin consecuencia alguna. Pero esto no es así. Por ejemplo, si tiras un papel en la calleo desde tu auto, o no dejas en buenas condiciones un baño público después de usarlo, en realidad estás afectando a mucha más gente de la que crees – incluidos todos aquellos a los que no conoces pero con los que estás conectado -¡este es un buen momento para tomar conciencia de nuestros actos y asegurarnos de que todos sean en pos del bien común!
¿Sueles sentir esta conexión con los demás?
Con cariño,
Mel.