(Tomado de la web MUNDOHOGAR )
Que los niños aprendan a dormir solos es un tema que debemos manejar con mucha cautela. Es importante que este proceso de dejar la cama de los padres para pasar a dormir en su habitación, en su espacio, en su intimidad, sea paulatino y natural.
Si bien los niños pueden resistirse a iniciarse en este cambio, es algo a lo que deben acostumbrarse para su correcto desarrollo, y como ya dijimos para que recuperen tanto ellos como los padres su espacio íntimo.
Lo ideal es que los niños desde bebés se acostumbren a dormir en su cama, de esa forma, no habrá necesidad de cambiar su rutina de sueño o de dormir con los padres. El hecho de que el niño duerma en la misma cama con sus padres, trae polémicas y muchas teorías al respecto. Si el bebé llora y los padres solucionan este problema llevándolo a su lecho, ésto puede ser decodificado por el pequeño como una forma de dominio mediante el llanto.
Además los extremos nunca son buenos, si el niño está enfermo o sufre de pesadillas, no es negativo que compartan ese momento con los padres, durmiendo en la misma cama. Lo que hay que evitar es convertir esta situación en una rutina que produzca incapacitar al niño para dormir solo.
Es fundamental que el pequeño entienda a este proceso de dormir solo es una actividad más de todos los días. Para ello se lo debe acostar al mismo horario y evitar juegos de mucha actividad antes de ir a la cama. Por el contrario, debe estar de lo más relajado para conciliar el sueño facilmente.
El recompensarlo con alguna golosina o juguete las primeras veces que logre dormir solo, hará que el niño disfrute de a poco el dormir sin la compañía de sus padres. Asimismo se le puede dar un peluche para otorgale la sensación de que no están solos.
En fin, hay que ser firmes y al mismo tiempo comprensivos. No ser ni del todo permisivos, ni del todo estrictos.
Que los niños aprendan a dormir solos es un tema que debemos manejar con mucha cautela. Es importante que este proceso de dejar la cama de los padres para pasar a dormir en su habitación, en su espacio, en su intimidad, sea paulatino y natural.
Si bien los niños pueden resistirse a iniciarse en este cambio, es algo a lo que deben acostumbrarse para su correcto desarrollo, y como ya dijimos para que recuperen tanto ellos como los padres su espacio íntimo.
Lo ideal es que los niños desde bebés se acostumbren a dormir en su cama, de esa forma, no habrá necesidad de cambiar su rutina de sueño o de dormir con los padres. El hecho de que el niño duerma en la misma cama con sus padres, trae polémicas y muchas teorías al respecto. Si el bebé llora y los padres solucionan este problema llevándolo a su lecho, ésto puede ser decodificado por el pequeño como una forma de dominio mediante el llanto.
Además los extremos nunca son buenos, si el niño está enfermo o sufre de pesadillas, no es negativo que compartan ese momento con los padres, durmiendo en la misma cama. Lo que hay que evitar es convertir esta situación en una rutina que produzca incapacitar al niño para dormir solo.
Es fundamental que el pequeño entienda a este proceso de dormir solo es una actividad más de todos los días. Para ello se lo debe acostar al mismo horario y evitar juegos de mucha actividad antes de ir a la cama. Por el contrario, debe estar de lo más relajado para conciliar el sueño facilmente.
El recompensarlo con alguna golosina o juguete las primeras veces que logre dormir solo, hará que el niño disfrute de a poco el dormir sin la compañía de sus padres. Asimismo se le puede dar un peluche para otorgale la sensación de que no están solos.
En fin, hay que ser firmes y al mismo tiempo comprensivos. No ser ni del todo permisivos, ni del todo estrictos.