Índice
LISTO SONRISA AUNQUE NO SE SI MEJORO ONO LO SEPARE UN POCO, PERO SOY ABRIL 
LOS LIMITES EN LAS NEGOCIACIONES CON LOS HIJOS
Con ciertos niños, todo se convierte en negociación desde que se levantan en la mañana hasta la hora de ir a dormir. Si usted es de aquellos padres que negocia con su hijo, probablemente sentirá que vive con abogados en miniatura que "objetan" toda regl ...a y pedido y que le dejan exhausto con sus preguntas interminables y sus retos.
Muchos padres que negocian demasiado con sus hijos erróneamente creen que así mejoran el sentido de aprecio de los niños. "Quizás todo esto sea importante pero existe una forma de que su hijo alcance un sentido de la autoestima sin necesidad de negociar límites con usted. En lugar de "negocio", se debería usar la palabra "pendencia", pues eso es lo que los padres están realmente haciendo: permitiendo que sus hijos mantengan una actitud pendenciera con ellos", señala el doctor James Lehman, reconocido terapeuta infantil creador del Programa de transformación total.
Un padre negocia en exceso dice: "Es hora de que vayas a dormir, son las ocho", y el hijo contesta: "Por favor, este programa es importante, ¿puedo quedarme viendo para ver el final?". Papá contesta: "Debes ir a dormir este instante". Y el niño continúa con el ruego: "Por favor, tú nunca me dejas hacer nada, solo 10 minutos más". El padre acepta: "Está bien si prometes portarte bien". Y el niño dice "Gracias, eres el mejor papá del mundo". Como se puede ver, el padre ejerce un tira y afloja sin dejar espacio para la negociación. "Déjenme ser muy claro en esto, mientras más se acepte una negociación con los hijos, más estaremos entrenando a los niños a aceptar sus límites", dice el especialista.
Él pide que se contraste la actitud de otros padres en la misma situación quienes responden a los pedidos del hijo con un "No, es hora de ir a la cama, tú sabes que durante la semana tienes que dormir temprano y descansar para que puedas ir a la escuela". Y la respuesta del hijo: "Por favor déjame mirar, me levantaré temprano para ir a la escuela no habrá problema". Y el papá responde: "No, lo siento, debes ir a la cama, apagaré la tele y te irás".
El padre pone un límite, no sin antes dar una razón para ello. El niño trata de negociar en sus propios términos, pero papá se mantiene firme. Este es un estilo de paternidad bueno y sólido. Hay que tener en cuenta de que muchas veces no hay nada que negociar y tener en claro cuál es la estructura dentro de la cual se manejan las cosas en el hogar.
"Nos acostamos a las 9 porque así podemos estar listos para ir a la escuela y eso significa mucho para nosotros, más que la tele. Si te va bien en la escuela eso no significa que puedas quedarte despierto hasta más tarde". Esto es algo que los padres necesitan comprender: si al hijo le va bien en la escuela no pueden dejar de hacer las cosas que promueven su buen comportamiento como una buena noche de sueño.
Y no debe negociar con base en su éxito o fracaso estudiantil", señala el autor y añade que existe lo que se denomina "síndrome de la medicación de rechazo". Esto es cuando un paciente está tomando un medicamento que le ayuda, pero una vez que se siente mejor, decide pararlo. Al poco tiempo se enferma nuevamente porque no está tomando la medicina. De manera similar, la gente hace algunas cosas con éxito, por ejemplo dormir lo suficiente para tener la energía y estar alerta en la escuela y por ende triunfan en ello, pero creen que no necesitan hacerlo siempre. Se puede predecir que con el tiempo estos niños dejarán de tener el éxito que tenían.
Los niños nos ponen a prueba Nuestros hijos intentarán poner a prueba nuestros límites y esa es su labor. Lo que los padres olvidamos a veces es que no es su labor mantener la firmeza. "Los padres confunden la negociación con el empoderamiento que se quiere dar al niño.
Créanme cuando les digo que dejar a los hijos negociar no los va a empoderar. Lo que les empoderará es comprender los límites", señala el autor.
Teniendo en cuenta todas estas preguntas que los padres tienen sobre los hijos que intentan ir más allá de los límites, no olvidemos que somos los adultos los que tenemos el poder para cambiar esos límites. Si vemos que un niño intenta pasarse de la raya, a menudo esto significa que se le ha permitido varias veces hacerlo y por eso está acostumbrado a ello. Y los niños no pueden ver la diferencia. Hay padres que dicen cosas como "Por qué me haces esto. Yo trato de ser buena persona y mira lo que sucede". Ellos dicen estas cosas debido a la frustración, pero la verdad es que una vez que se cambian los límites, los hijos ven eso como que no existieran tales límites.
Recordemos que para los niños las cosas son negras o blancas y si los padres se rinden y permiten áreas grises no podrán culparles por tratar de ganar cada vez más terreno. Esa es la naturaleza infantil y ese es su nivel de desarrollo.
De:REVISTA FAMILIA -- CoSqUiLLiTaS eN La PaNzA
LOS LIMITES EN LAS NEGOCIACIONES CON LOS HIJOS
Con ciertos niños, todo se convierte en negociación desde que se levantan en la mañana hasta la hora de ir a dormir. Si usted es de aquellos padres que negocia con su hijo, probablemente sentirá que vive con abogados en miniatura que "objetan" toda regl ...a y pedido y que le dejan exhausto con sus preguntas interminables y sus retos.
Muchos padres que negocian demasiado con sus hijos erróneamente creen que así mejoran el sentido de aprecio de los niños. "Quizás todo esto sea importante pero existe una forma de que su hijo alcance un sentido de la autoestima sin necesidad de negociar límites con usted. En lugar de "negocio", se debería usar la palabra "pendencia", pues eso es lo que los padres están realmente haciendo: permitiendo que sus hijos mantengan una actitud pendenciera con ellos", señala el doctor James Lehman, reconocido terapeuta infantil creador del Programa de transformación total.
Un padre negocia en exceso dice: "Es hora de que vayas a dormir, son las ocho", y el hijo contesta: "Por favor, este programa es importante, ¿puedo quedarme viendo para ver el final?". Papá contesta: "Debes ir a dormir este instante". Y el niño continúa con el ruego: "Por favor, tú nunca me dejas hacer nada, solo 10 minutos más". El padre acepta: "Está bien si prometes portarte bien". Y el niño dice "Gracias, eres el mejor papá del mundo". Como se puede ver, el padre ejerce un tira y afloja sin dejar espacio para la negociación. "Déjenme ser muy claro en esto, mientras más se acepte una negociación con los hijos, más estaremos entrenando a los niños a aceptar sus límites", dice el especialista.
Él pide que se contraste la actitud de otros padres en la misma situación quienes responden a los pedidos del hijo con un "No, es hora de ir a la cama, tú sabes que durante la semana tienes que dormir temprano y descansar para que puedas ir a la escuela". Y la respuesta del hijo: "Por favor déjame mirar, me levantaré temprano para ir a la escuela no habrá problema". Y el papá responde: "No, lo siento, debes ir a la cama, apagaré la tele y te irás".
El padre pone un límite, no sin antes dar una razón para ello. El niño trata de negociar en sus propios términos, pero papá se mantiene firme. Este es un estilo de paternidad bueno y sólido. Hay que tener en cuenta de que muchas veces no hay nada que negociar y tener en claro cuál es la estructura dentro de la cual se manejan las cosas en el hogar.
"Nos acostamos a las 9 porque así podemos estar listos para ir a la escuela y eso significa mucho para nosotros, más que la tele. Si te va bien en la escuela eso no significa que puedas quedarte despierto hasta más tarde". Esto es algo que los padres necesitan comprender: si al hijo le va bien en la escuela no pueden dejar de hacer las cosas que promueven su buen comportamiento como una buena noche de sueño.
Y no debe negociar con base en su éxito o fracaso estudiantil", señala el autor y añade que existe lo que se denomina "síndrome de la medicación de rechazo". Esto es cuando un paciente está tomando un medicamento que le ayuda, pero una vez que se siente mejor, decide pararlo. Al poco tiempo se enferma nuevamente porque no está tomando la medicina. De manera similar, la gente hace algunas cosas con éxito, por ejemplo dormir lo suficiente para tener la energía y estar alerta en la escuela y por ende triunfan en ello, pero creen que no necesitan hacerlo siempre. Se puede predecir que con el tiempo estos niños dejarán de tener el éxito que tenían.
Los niños nos ponen a prueba Nuestros hijos intentarán poner a prueba nuestros límites y esa es su labor. Lo que los padres olvidamos a veces es que no es su labor mantener la firmeza. "Los padres confunden la negociación con el empoderamiento que se quiere dar al niño.
Créanme cuando les digo que dejar a los hijos negociar no los va a empoderar. Lo que les empoderará es comprender los límites", señala el autor.
Teniendo en cuenta todas estas preguntas que los padres tienen sobre los hijos que intentan ir más allá de los límites, no olvidemos que somos los adultos los que tenemos el poder para cambiar esos límites. Si vemos que un niño intenta pasarse de la raya, a menudo esto significa que se le ha permitido varias veces hacerlo y por eso está acostumbrado a ello. Y los niños no pueden ver la diferencia. Hay padres que dicen cosas como "Por qué me haces esto. Yo trato de ser buena persona y mira lo que sucede". Ellos dicen estas cosas debido a la frustración, pero la verdad es que una vez que se cambian los límites, los hijos ven eso como que no existieran tales límites.
Recordemos que para los niños las cosas son negras o blancas y si los padres se rinden y permiten áreas grises no podrán culparles por tratar de ganar cada vez más terreno. Esa es la naturaleza infantil y ese es su nivel de desarrollo.
De:REVISTA FAMILIA -- CoSqUiLLiTaS eN La PaNzA
Última edición por abrilmagico el Sáb 21 Mayo 2011, 18:21, editado 2 veces
