Índice
QUÉ ENTENDEMOS POR FELICIDAD
Cuando hablo de felicidad, hablo del sentimiento de equilibrio y plenitud que llena tu vida, un estado de paz o serena autoconfianza que se mantiene constante. La felicidad no está asociada a las circunstancias concretas que estés experimentando, por tanto está presente independientemente de éstas: tanto si eres rico o pobre, alegre o triste, desenfadado o taciturno.
La felicidad no contrarresta el sufrimiento o la tristeza, sufrimiento y tristeza son circunstancias variables de tu vida, la felicidad entendida como la hemos descrito está presente en cualquier momento. Puedes sentirte triste y en paz contigo mismo a la vez, o lo que es lo mismo, triste pero feliz.
Felicidad tampoco es sinónimo de dinero, mujeres, éxito o fama. De nuevo, todas esas cosas son relativas a tu experiencia actual, pueden ser unas u otras, pero el contar o no con ellas no afecta a tu felicidad. Por supuesto, puedes tener equilibrio y obtener todos los bienes materiales del mundo, pero ambas cosas discurren de forma disociada. La felicidad es algo primario y constante, mientras que las condiciones concretas en las que se desarrolla tu vida, algo secundario y variable.
La felicidad es equilibrio y paz mental en cualquier circunstancia, porque ninguna circunstancia la provee, es algo que te pertenece legítimamente, y tu estado natural. Algunos pueden llamarlo libertad, otros incluso lo llaman iluminación. La palabra usada es irrelevante, es sólo una etiqueta.
¿Qué otra cosa puede ser la felicidad? ¿Hay acaso un número de riquezas o fama que garantice acceso a la felicidad?
EL ORIGEN DE LA INFELICIDAD
La infelicidad puede ser definida de diferentes maneras. Quizá una es definirla justamente como la "ausencia de felicidad", es decir, no sientes estabilidad y por tanto crees carecer de algo, por lo que no te sientes completo y realizado. Algo en tu interior te dice que tienes que alcanzar algo que aún no posees para poder sentirte feliz, y que cuando lo alcances, dejarás atrás la infelicidad.
Así que te pasas la vida buscando cosas. Te dices a ti mismo que habrá un punto en el camino en el que serás feliz. Quizá es cuando encuentres a la persona ideal, o cuando tengas un sueldo elevado, o cuando lideres tu propia empresa. O quizá buscas librarte de cosas, y serás feliz cuando superes tu divorcio, o lo serás cuando te sobrepongas a la pérdida de un ser querido, o a una crisis económica. Sin embargo, si llevas algún tiempo en ese sendero, te habrás dado cuenta que cuando alcanzas la cima de una duna, otra nueva aparece detrás, y así sucesivamente, sin hallar el oasis que buscas.
Los que llevamos tiempo caminando hemos vivido recortes económicos y subidas salariales, ascensos y despidos, nos hemos enamorado y desenamorado, y en nuestro interior no hemos sentido completarse nada, siempre tenemos la sensación de carencia, algo falta, y la felicidad sigue estando en algún punto aún por alcanzar.
Este es el origen de la infelicidad, la trampa perfecta. Es como en lógica formal: has asumido que la premisa de la infelicidad es el punto de partida, y por tanto avanzas buscando la combinación que te permita cambiar eso, pero el proceso se eterniza y siempre estás buscando algo más.
DALE LA VUELTA AL MUNDO
¿Y si la premisa original no es correcta? En esta serie de artículos, uno de los ejercicios que practicaremos más a menudo es el de invertir nuestro modo de ver las cosas para ver cómo son cuando les das la vuelta. Así que le daremos la vuelta a la premisa original. ¿Es la infelicidad el punto de partida? ¿Qué es exactamente lo que te falta para ser feliz?
Sitúa tu premisa de forma diferente: tu estado natural es la felicidad, nada hay que te falte. ¿Qué te impide ser feliz en este momento? ¡Ouch! Puedo oír como tu cabeza enumera todos los problemas que te acosan y te impiden ser feliz. Como aprenderemos en el artículo destinado a los problemas, éstos no existen. ¿Qué te impide sentirte feliz y en paz contigo mismo?
La premisa en la que basaremos este artículo es que existe un punto de equilibrio, la felicidad, y ese punto se sitúa momento a momento. La felicidad reside ahora y aquí.
LA FELICIDAD ESTÁ MÁS CERCA DE LO QUE CREES
La felicidad es tu estado natural, esa es la verdad. No la ves porque no está fuera, no es algo que puedas divisar, ni llegar a ello, porque ya te encuentras allí. Es como el ojo intentando verse a sí mismo sin la ayuda de un espejo, el simple intento de verlo implica el fracaso. ¿Cómo encontrar fuera lo que forma parte de ti de forma intrínseca y natural?
Algo te persuadió de que eras infeliz y debías buscar la felicidad, que estabas atado y debías liberarte, cuando lo cierto es que no había atadura alguna, la felicidad es lo que emana naturalmente de ti una vez desenmascaramos la falsedad de la condena, la ilusión de la infelicidad.
Si aún dudas de ello, respóndeme: ¿qué es lo que te falta? ¿Conoces a alguien que obteniendo esto o aquello sea genuinamente feliz? ¿Crees que es una casualidad que no conozcas a nadie?
LA INFELICIDAD: DESVELANDO LA ILUSIÓN
Insisto, la clave es darse cuenta de que la infelicidad o ausencia de equilibrio contigo mismo es en realidad una presunción sin fundamento. No obstante, mientras "creemos" en ello, la ilusión es tan real y tangible como cualquier cosa, así que es posible que te sea complicado verlo.
Aunque suena sencillo, la mayoría de la gente invierte mucho tiempo en lidiar con este tema. Intelectualmente es difícil de aprehender, porque se trata de un tema que no juega a nivel de razonamiento sino existencial. Así que en un principio las preguntas que te pueden asaltar es: pero... ¿olvido mis problemas? ¡mis deudas son muy reales y me agobian! ¡mi divorcio es un tema doloroso! ¡La pérdida de un ser querido me hunde!
Personalmente, me ha costado grandes esfuerzos darme cuenta de que no hay nada que deba hacerse, y por tanto es posible vivir momento a momento. Dos de los síntomas clásicos que postergan la felicidad se basan en el tiempo. O bien esperar un evento en un futuro que deba ser alcanzado, o bien revivir elementos del pasado que del mismo modo impiden sentirte en paz y que crees que si pudieras superar, te brindarán el merecido reposo de la felicidad.
Me recuerdo a mí mismo en cada momento: "lo que haces ahora debes hacerlo y disfrutarlo, es ahora cuando debes estar tranquilo, cuando eres feliz. No se puede ser feliz mañana" Por efecto curioso, ese conocimiento se difumina y tengo que ir recordándolo constantemente.
En el momento en el que tu felicidad vuelva a basarse en algún suceso futuro, o estar impedida por uno pasado, recuperas la creencia en que algo falta, y por tanto crees que sólo tienes infelicidad. De nuevo, lo único que te puede separar de la felicidad son excusas, porque no necesitas nada, no tienes nada que demostrar, ni hay nada que debas hacer. (Esto no significa que tengas que quedarte en casa, significa que puedes hacer lo que quieras, ya eres libre).
¿CÓMO SE HACE? ABANDONANDO LA BÚSQUEDA
No necesitas buscar nada, porque nada falta. Lo único que necesitas es identificar la infelicidad como una ilusión, como las nubes que ocultan el sol. Una vez despejas la creencia de que eres infeliz desde un principio, las nubes se apartan y el sol brilla de forma natural, sin esfuerzo alguno por tu parte.
La única búsqueda que debes emprender es la de conocerte a tí mismo. Contémplate, observa lo que piensas y lo que sientes. Eso te dará toda la información que precisas. No me necesitas a mi ni a otro artículo, web o libro para indicarte el camino, sólo te necesitas a ti mismo.
Ser feliz es un sentimiento de equilibrio, seguridad, ¿qué te impide sentirlo? ¿Tienes deudas que pagar? ¿Acaso te privan de sentir de una forma u otra? ¿Es el problema lo que genera la infelicidad, o la infelicidad lo que genera el problema? ¿Qué sucede si cambias la infelicidad por felicidad? ¿Qué pasa si sustituyes el sentimiento de privación por el de libertad?
Mi única intención es señalar aquello que es tan obvio que es difícil creer que no lo hayas visto ya. ¿Crees que después de tanto tiempo caminando, aún no has sido capaz de encontrar la felicidad? ¿Eres de los que han perdido incluso la esperanza, relegándose a disfrutar frugales momentos de hedonismo? ¿Crees que eres tan torpe que no has sido capaz de encontrarlo?
La explicación más sencilla es que la búsqueda en sí es el engaño, creíste que estabas atado y necesitabas encontrar la libertad, cuando no existía atadura, lo único que había es libertad.
EJERCICIO PRÁCTICO
No hay nada que se deba hacer para ser feliz, porque ya eres feliz. Lo único que puedes hacer es recordar la verdad: la infelicidad es infundada, no existe. No hay nada que te prive de sentirte feliz y completo, salvo la creencia de que debes sentirte infeliz o que hay algo que debas hacer o conseguir para alcanzar la plenitud, y como toda creencia, puede ser modificada por otra creencia.
Invierte esa creencia, recuerda en cada momento que puedes estar en paz estés dónde estés. Experimenta cada momento de tu vida de ese modo, y hagas lo que hagas, suceda lo que suceda, la felicidad será tu estado habitual.
Te propongo un ejercicio práctico. La felicidad, como hemos dicho, no significa el destierro de sentimientos como la tristeza o el aburrimiento. Lo que significa es que la tristeza o el aburrimiento no serán sentimientos a superar, serán estados transitorios con una sensación de tranquilidad, paz y sosiego por encima de todo.
1) Cuando se presente un momento aburrido (por ejemplo, estar en la oficina archivando papeles) permite que los sentimientos fluyan. Si te aburre, te aburre.
2) No añadas ni restes a ese sentimiento, contémplalo desde la barrera. Es lo que es.
3) Recuérdate a ti mismo con regularidad: "esto es lo que siento, pero a la vez puedo estar tranquilo y en paz. La felicidad es mi estado natural, por tanto, estoy feliz en el aburrimiento".
Este ejercicio puedes practicarlo con sucesos trágicos, aunque será más sencillo si lo practicas previamente con sucesos más triviales como las horas de trabajo, las esperas en atascos, o realizar la declaración de hacienda.
En la "tragedia", permite a la tristeza o a cualquier otro sentimiento existir, pero no te asocies con él, míralo desde cierta distancia. Intenta buscar el sentimiento de tranquilidad y sosiego que es inherente a tu felicidad.
La técnica, recuerda, no es intentar recuperar la felicidad, porque la felicidad está permanentemente contigo. La tranquilidad, el sosiego, la calma, o en resumidas cuentas, la felicidad, ya está ya contigo y te pertenece. La técnica es recordar esto, no obtenerlo.
Esto no tiene nada de místico o mágico, es la vida real en sí misma, simplemente un elemento perceptivo, examina tu percepción.
NO BUSQUES LA FELICIDAD EN LO QUE HACES
Hablo de que no tienes que conseguir más dinero, más fama, más mujeres, más éxito para ser feliz. Pero también puedes conseguir todo eso, y ser feliz. Lo importante aquí es ver la disociación entre ser feliz y cualquier cosa que pase en tu vida. Siempre eres feliz, otra cosa es que no te des cuenta de ello.
Si quieres ganar dinero, gana dinero. Pero no lo hagas para ser feliz.
Si quieres ser famoso, sé famoso. Pero no lo hagas para ser feliz.
Creo que se entiende la idea. ¡Eres feliz independientemente de ello, lo tengas o no!
¿REALMENTE QUIERES FELICIDAD O NO TE INTERESA TANTO?
Creo que fue Fernando Savater quién afirmaba que muchas personas no querían admitir que eran libres, porque significaba que toda responsabilidad sobre sus actos recaía sobre ellos mismos, y no podían echarle la culpa al mundo sobre lo que les sucedía. Es posible que sea cierto.
Si las deudas son la causa de mi desdicha, eludo la responsabilidad y la derivo. Es extraño que ante la posibilidad de libre albedrío, el ser humano escoja ser prisionero. En cualquier caso, forma parte de la experiencia de la vida, si quieres jugar a ser prisionero, puedes hacerlo, forma parte del juego.
La pregunta que tienes que hacerte es: ¿realmente te interesa la felicidad? ¿O te conviene más seguir viviendo en la creencia de que el mundo te oprime y es origen de toda calamidad que suceda en tu vida?
Autor: Daniel Mesa
