Come esta muy largo aqui va la segunda parte.....
¿Por qué me siento mal?
Todo lo anterior se puede explicar de varias maneras. En primer lugar, si tu hígado trabaja con dificultad, cantidades excesivas de agentes tóxicos se abrirán paso hacía la corriente sanguínea pudiendo afectar al funcionamiento de tu cerebro.
Además, un hígado irritado puede causar fluctuaciones inesperadas en el nivel de azúcar en la sangre, siendo un bajo nivel de glucosa el causante de que te sientas fatigado, con mareos, ligeros dolores de cabeza y necesidad de consumir azúcar.
Ahora bien, si alimentas a tu hígado con demasiadas grasas saturadas o en mal estado, éste intentará expulsarlas de tu organismo a través de la bilis que fluye dentro de la vesícula y después al intestino delgado. Esto elevará el contenido de colesterol en la bilis y puede resultar en piedras en la vesícula (hechas de colesterol endurecido) e inflamación de la vesícula.
Si todo el tiempo te sientes cansado y no encuentras la razón por la que te encuentras así, tienes que saber que en el 99% de estos casos se ha encontrado que se ingieren demasiadas grasas saturadas o en mal estado y una cantidad insuficiente de verdura y fruta.
Por otro lado, cuando se eliminan por más de cuatro semanas las grasas de la dieta, esto lo hacen sobre todo personas obsesionadas con mantenerse delgadas, las funciones del hígado y del metabolismo se lentificarán y conducirán a un fácil aumento de peso.
Para que estés bien enterado, los síntomas de deficiencia de ácidos grasos son: piel seca e irritada, eczema, pérdida de cabello, dolor articular, fertilidad reducida, incremento de la distracción, pérdida de memoria, lento índice metabólico con aumento de peso, reducción de las funciones inmunológicas, desequilibrio hormonal, degeneración del hígado, fatiga, problemas circulatorios, enfermedades degenerativas, adelanto del envejecimiento y alto porcentaje de triglicéridos.
¡Cuídalo!
En resumen, podríamos decir que un hígado saludable es aquel que bombea la grasa fuera del cuerpo manteniéndote delgado. El tipo de grasa que ingieres diariamente es importante para tu salud y tendrá más influencia que ninguna otra cosa sobre el funcionamiento del hígado y el peso.
A continuación te damos algunas medidas que coadyuvarán para mejorar el funcionamiento de tu hígado y con ello puedas eliminar esos kilos de más:
Primero que otra cosa, tienes que escuchar a tu cuerpo. Esto quiere decir que no comas si no tienes hambre. En cambio, puedes ingerir algún jugo, una fruta, una ensalada o un vaso de agua. Asimismo, no pases hambre si es que tienes apetito. Es importante que establezcas tus horarios de comida de acuerdo con tu apetito, ya que si comes en horarios regulares aunque no tengas hambre, tu hígado trabajará en exceso.
Bebe de 8 a 12 vasos de agua, pues esto ayudará a limpiar tu hígado, los riñones y a perder peso. Sin embargo, no ingieras demasiados líquidos durante las comidas.
Evita consumir grandes cantidades de azúcar, especialmente la refinada, ya que el hígado la convierte en grasa y colesterol.
No consumas edulcorantes artificiales, ya que son tóxicos para el hígado y causan hipoglucemia y fatiga. Si necesitas comer algo dulce, los mejor es que recurras a una fruta fresca o escarchada, miel o melazas.
Organismos dañinos, como la salmonela o ciertas bacterias, pueden afectar seriamente al hígado. Por ello, come alimentos frescos y evita el recalentamiento regular de los mismos, ya que un buen caldo de cultivo para las bacterias está en los alimentos cocinados, especialmente la carne. No calientes más de una vez tu comida, y lávate las manos antes de comer.
No comas si te sientes tenso o ansioso ya que durante estos estados la corriente sanguínea es desviada de los intestinos e hígado a otras zonas del cuerpo.
Compra productos que estén hechos con ingredientes naturales y evita los alimentos procesados que contengan sustancias químicas artificiales, tales como conservantes, colorantes, aromatizantes y edulcorantes.
Evita el estreñimiento comiendo grandes cantidades de fruta fresca y verduras, y bebiendo agua a lo largo del día.
Evita las grasas saturadas o en mal estado. Estas grasas insalubres pueden dañar tu hígado con los cambios característicos de un "hígado graso" similar a aquel de los consumidores de alcohol. El hígado es el principal órgano encargado de consumir las grasas del cuerpo y si tú lo agredes con grasas en mal estado será incapaz de realizar sus funciones metabólicas y tu metabolismo general se lentificará. En consecuencia, ganarás peso fácilmente, especialmente alrededor de la zona abdominal.
Recuerda que una buena nutrición, es decir, una dieta equilibrada con calorías adecuadas, proteínas, grasas, y carbohidratos, puede ayudar a tu hígado dañado a regenerar células. De hecho, en algunas enfermedades de este órgano, la nutrición se vuelve una forma esencial de tratamiento.
¿Por qué me siento mal?
Todo lo anterior se puede explicar de varias maneras. En primer lugar, si tu hígado trabaja con dificultad, cantidades excesivas de agentes tóxicos se abrirán paso hacía la corriente sanguínea pudiendo afectar al funcionamiento de tu cerebro.
Además, un hígado irritado puede causar fluctuaciones inesperadas en el nivel de azúcar en la sangre, siendo un bajo nivel de glucosa el causante de que te sientas fatigado, con mareos, ligeros dolores de cabeza y necesidad de consumir azúcar.
Ahora bien, si alimentas a tu hígado con demasiadas grasas saturadas o en mal estado, éste intentará expulsarlas de tu organismo a través de la bilis que fluye dentro de la vesícula y después al intestino delgado. Esto elevará el contenido de colesterol en la bilis y puede resultar en piedras en la vesícula (hechas de colesterol endurecido) e inflamación de la vesícula.
Si todo el tiempo te sientes cansado y no encuentras la razón por la que te encuentras así, tienes que saber que en el 99% de estos casos se ha encontrado que se ingieren demasiadas grasas saturadas o en mal estado y una cantidad insuficiente de verdura y fruta.
Por otro lado, cuando se eliminan por más de cuatro semanas las grasas de la dieta, esto lo hacen sobre todo personas obsesionadas con mantenerse delgadas, las funciones del hígado y del metabolismo se lentificarán y conducirán a un fácil aumento de peso.
Para que estés bien enterado, los síntomas de deficiencia de ácidos grasos son: piel seca e irritada, eczema, pérdida de cabello, dolor articular, fertilidad reducida, incremento de la distracción, pérdida de memoria, lento índice metabólico con aumento de peso, reducción de las funciones inmunológicas, desequilibrio hormonal, degeneración del hígado, fatiga, problemas circulatorios, enfermedades degenerativas, adelanto del envejecimiento y alto porcentaje de triglicéridos.
¡Cuídalo!
En resumen, podríamos decir que un hígado saludable es aquel que bombea la grasa fuera del cuerpo manteniéndote delgado. El tipo de grasa que ingieres diariamente es importante para tu salud y tendrá más influencia que ninguna otra cosa sobre el funcionamiento del hígado y el peso.
A continuación te damos algunas medidas que coadyuvarán para mejorar el funcionamiento de tu hígado y con ello puedas eliminar esos kilos de más:
Primero que otra cosa, tienes que escuchar a tu cuerpo. Esto quiere decir que no comas si no tienes hambre. En cambio, puedes ingerir algún jugo, una fruta, una ensalada o un vaso de agua. Asimismo, no pases hambre si es que tienes apetito. Es importante que establezcas tus horarios de comida de acuerdo con tu apetito, ya que si comes en horarios regulares aunque no tengas hambre, tu hígado trabajará en exceso.
Bebe de 8 a 12 vasos de agua, pues esto ayudará a limpiar tu hígado, los riñones y a perder peso. Sin embargo, no ingieras demasiados líquidos durante las comidas.
Evita consumir grandes cantidades de azúcar, especialmente la refinada, ya que el hígado la convierte en grasa y colesterol.
No consumas edulcorantes artificiales, ya que son tóxicos para el hígado y causan hipoglucemia y fatiga. Si necesitas comer algo dulce, los mejor es que recurras a una fruta fresca o escarchada, miel o melazas.
Organismos dañinos, como la salmonela o ciertas bacterias, pueden afectar seriamente al hígado. Por ello, come alimentos frescos y evita el recalentamiento regular de los mismos, ya que un buen caldo de cultivo para las bacterias está en los alimentos cocinados, especialmente la carne. No calientes más de una vez tu comida, y lávate las manos antes de comer.
No comas si te sientes tenso o ansioso ya que durante estos estados la corriente sanguínea es desviada de los intestinos e hígado a otras zonas del cuerpo.
Compra productos que estén hechos con ingredientes naturales y evita los alimentos procesados que contengan sustancias químicas artificiales, tales como conservantes, colorantes, aromatizantes y edulcorantes.
Evita el estreñimiento comiendo grandes cantidades de fruta fresca y verduras, y bebiendo agua a lo largo del día.
Evita las grasas saturadas o en mal estado. Estas grasas insalubres pueden dañar tu hígado con los cambios característicos de un "hígado graso" similar a aquel de los consumidores de alcohol. El hígado es el principal órgano encargado de consumir las grasas del cuerpo y si tú lo agredes con grasas en mal estado será incapaz de realizar sus funciones metabólicas y tu metabolismo general se lentificará. En consecuencia, ganarás peso fácilmente, especialmente alrededor de la zona abdominal.
Recuerda que una buena nutrición, es decir, una dieta equilibrada con calorías adecuadas, proteínas, grasas, y carbohidratos, puede ayudar a tu hígado dañado a regenerar células. De hecho, en algunas enfermedades de este órgano, la nutrición se vuelve una forma esencial de tratamiento.