Tú, mi esposa y yo
Las historias se repiten a diario, algunas mujeres creen que al entregarse a un hombre se están asegurando un futuro al lado de ese hombre, se imponen ese objetivo a si mismas como si fuese un deber, especialmente cuando creen amar o cuando se creen amadas.
Pero muchas veces, ante el afán de lograr la felicidad, hay mujeres que no se percatan de un pequeño detalle: aman a un hombre casado con otra mujer que tuvo esos mismos sueños, y ese sueño roto ahora es “un amor de tres”.
Muchas veces la mujer que tiene una relación con un hombre casado, que no quiere llevar esa vida, termina conformándose con lo poco o nada que recibe del hombre casado, prefiere creer las mentiras y las falsas promesas que muy en el fondo sabe que nunca le serán cumplidas. La amante pues, busca diferentes excusas para justificar sus acciones, negándose a si misma a una vida amplia y sin sobresaltos.
“Todo estaba muy bien, nunca le exigí nada, pero un día nos descubrió la esposa y mi vida se convirtió en un infierno.”
Él por su parte, se afana en asegurarse de que la amante no lo deje, jurando que todo va a cambiar, convenciéndola de lo mucho que sufre en su matrimonio actual y que sólo pensar en perderla le destrozaría… Logrando así, convencer a su amante, que siga con él.
El infiel hombre logra que su amante siga con él:
Las historias se repiten a diario, algunas mujeres creen que al entregarse a un hombre se están asegurando un futuro al lado de ese hombre, se imponen ese objetivo a si mismas como si fuese un deber, especialmente cuando creen amar o cuando se creen amadas.
Pero muchas veces, ante el afán de lograr la felicidad, hay mujeres que no se percatan de un pequeño detalle: aman a un hombre casado con otra mujer que tuvo esos mismos sueños, y ese sueño roto ahora es “un amor de tres”.
Muchas veces la mujer que tiene una relación con un hombre casado, que no quiere llevar esa vida, termina conformándose con lo poco o nada que recibe del hombre casado, prefiere creer las mentiras y las falsas promesas que muy en el fondo sabe que nunca le serán cumplidas. La amante pues, busca diferentes excusas para justificar sus acciones, negándose a si misma a una vida amplia y sin sobresaltos.
“Todo estaba muy bien, nunca le exigí nada, pero un día nos descubrió la esposa y mi vida se convirtió en un infierno.”
Él por su parte, se afana en asegurarse de que la amante no lo deje, jurando que todo va a cambiar, convenciéndola de lo mucho que sufre en su matrimonio actual y que sólo pensar en perderla le destrozaría… Logrando así, convencer a su amante, que siga con él.
El infiel hombre logra que su amante siga con él:
- Mintiendo.
- Llorando.
- Haciendo el papel del pobrecito que se quedara en el “desamparo” emocional que la amante le brinda.
- Le recuerda que ella es “lo que siempre busco”.
- “Te juro que no dormimos juntos”.
- “Estoy con ella por mis hijos.”
- “No es el momento de separarme, dame tiempo”…
Al mismo tiempo que le pide perdón a la amante, también se lo pide a la esposa, pone en juego su astucia y lamentablemente lo hace muy bien: por otra parte la amante no se puede resignar con “perderlo”. Pero, ¿perder qué o a quién? Porque mientras siga viviendo en las sombras, sus “derechos” no van mas allá de una cama, no van mas allá de un calamar las hormonas alborotadas de él, que pide a gritos algo diferente a lo que tiene en su casa y ella a su vez se inventa un mundo inexistente de felicidad al lado de el, y sigue pensando lo que quiere pensar, y sigue excusándose a si misma:
- Mi vida es maravillosa, porque él la quiere compartir conmigo.
- Él me ama porque me busca y está pendiente de mí.
- No tengo la culpa de que él haya dejado de amar a su esposa.
- En mí encontró lo que le hacía falta.
- Si fuera feliz con su esposa no me hubiera buscado a mí.
- Tenemos derecho de ser felices.
- Ella lo trata muy mal.
- No lo atiende como él merece.
Y podríamos seguir con una enorme gama de excusas, mentiras y pretextos… pero la pregunta del millón es ¿Quién sufre más, la esposa o la amante?
Analizando las cosas con valentía y sinceridad, el único beneficiado es él mientras engaña a la esposa con la amante y a la amante con la esposa. Lamentablemente el fenómeno de la infidelidad va en aumento y cada día hay más mujeres sufriendo un amor frustrado, por no saber decir “NO”, por haberle permitido que se infiltrara en su vida y por pretender infiltrase en una vida, en un matrimonio ya establecido.
Al final y por haber hecho la selección incorrecta, la mujer amante puede llegar a desgraciar su vida, y tal vez también la de hijos que puedan darse fruto de la relación que es a todas luces ilícita, que sólo le esta dejando dolor, vergüenza, humillación y lo que es peor… años perdidos de juventud.
Pensemos entonces mujeres amantes, ¿de qué sirven las vivencias si después de todo esa “gota de amor” va a terminar en torrente de lágrimas? Lágrimas que se pueden evitar rectificando, corrigiendo el error de convertirnos en “LA OTRA”.
Es necesario entonces, detenernos en nuestro camino y no sólo pensar, “no quiero vivir esa vida” sino cortar con la infidelidad del macho que se acomoda. Hay diferentes modos de ver, escuchar, tocar y sentir el amor, pero siendo la amante no es el modo de alcanzar el amor.
Recuerda, él miente a su esposa, pero dice que te ama y tú lo crees. Si no detienes esta situación y no te das el valor que mereces, él siempre será el bueno de la película. Cuando esté contigo culpará a su esposa, y cuando esté con ella será al revés. Piénsalo.
Analizando las cosas con valentía y sinceridad, el único beneficiado es él mientras engaña a la esposa con la amante y a la amante con la esposa. Lamentablemente el fenómeno de la infidelidad va en aumento y cada día hay más mujeres sufriendo un amor frustrado, por no saber decir “NO”, por haberle permitido que se infiltrara en su vida y por pretender infiltrase en una vida, en un matrimonio ya establecido.
Al final y por haber hecho la selección incorrecta, la mujer amante puede llegar a desgraciar su vida, y tal vez también la de hijos que puedan darse fruto de la relación que es a todas luces ilícita, que sólo le esta dejando dolor, vergüenza, humillación y lo que es peor… años perdidos de juventud.
Pensemos entonces mujeres amantes, ¿de qué sirven las vivencias si después de todo esa “gota de amor” va a terminar en torrente de lágrimas? Lágrimas que se pueden evitar rectificando, corrigiendo el error de convertirnos en “LA OTRA”.
Es necesario entonces, detenernos en nuestro camino y no sólo pensar, “no quiero vivir esa vida” sino cortar con la infidelidad del macho que se acomoda. Hay diferentes modos de ver, escuchar, tocar y sentir el amor, pero siendo la amante no es el modo de alcanzar el amor.
Recuerda, él miente a su esposa, pero dice que te ama y tú lo crees. Si no detienes esta situación y no te das el valor que mereces, él siempre será el bueno de la película. Cuando esté contigo culpará a su esposa, y cuando esté con ella será al revés. Piénsalo.