Llevaba casada, quizás también cansada, muchos años y de pronto como si de un juego se tratara entró en Internet y le dio por chatear, por tontear con algunos y encontró divertido aquel proceso, siempre a espaldas de su esposo, a horas intempestivas cuando el estaba ausente. Hasta que las cosas se fueron complicando y acabó por quedar con un chico que le hizo tilín y quedó enamorada y así continuó durante un tiempo hasta que su esposo notó que estaba como ausente y se alejaba muchos momentos, cuando hasta entonces nada extraño había ocurrido entre los dos. Se encontró entre dos aguas. Una era su esposo al que seguía queriendo con el alma y en parte con su cuerpo y el otro chico por el que bebía todos los vientos. Todo se complicó porque si estaba con su esposo su mente estaba con el amante y si estaba con el amante sentía que la culpa le horadaba las entrañas.
Como este caso hay bastantes. Personas que aburridas entran en la aventura de probar sensaciones ya hace tiempo olvidadas y cuando se dan cuenta se encuentran atrapadas, sin salida, con la complicación que tienen que nadar y tratar de guardar la ropa al mismo tiempo. No se puede jugar con fuego seguras de que uno no va a quemarse ni jugar a dos bandas simultáneas porque pronto se puede descubrir y además las demandas de cada una de las partes hacen incompatible una partida limpia. Nadie está condenado a vivir siempre atado a una persona pero atarse a dos palos no se puede sin dejarse de paso la carne desgarrada. ¿Es Internet culpable de estos casos y de estas decisiones?. Para nada. Puede facilitarlo, solamente. La culpa es de la mano y nunca de la espada.
Por eso antes de complicarse nos conviene pensar en donde nos metemos y si nos metemos en líos o metemos la pata lo mejor es sacarla quedándose en un lado solamente.
Como este caso hay bastantes. Personas que aburridas entran en la aventura de probar sensaciones ya hace tiempo olvidadas y cuando se dan cuenta se encuentran atrapadas, sin salida, con la complicación que tienen que nadar y tratar de guardar la ropa al mismo tiempo. No se puede jugar con fuego seguras de que uno no va a quemarse ni jugar a dos bandas simultáneas porque pronto se puede descubrir y además las demandas de cada una de las partes hacen incompatible una partida limpia. Nadie está condenado a vivir siempre atado a una persona pero atarse a dos palos no se puede sin dejarse de paso la carne desgarrada. ¿Es Internet culpable de estos casos y de estas decisiones?. Para nada. Puede facilitarlo, solamente. La culpa es de la mano y nunca de la espada.
Por eso antes de complicarse nos conviene pensar en donde nos metemos y si nos metemos en líos o metemos la pata lo mejor es sacarla quedándose en un lado solamente.