Maximiliano... gracias mi niño hermoso por esos momentos que me diste, por permanecer conmigo casi 6 meses de tu vida, gracias cariño, por hacerme madre, porque exististe, porque fuiste un guerrero desde tu concepción y luchaste siempre por venir a este mundo...
Hoy, hace un mes de tu nacimiento y tu partida. Veniste no solo a marcar mi vida, sino también la de mucha gente mi amor... eres un angelito muy, muy especial...Te extraño bebé, te extraño mucho, pero sé que tenías que irte y aun sabiéndolo me duele, no puedo evitarlo... te amo mi niño hermoso... te amamos y siempre, siempre, estarás en nuestros corazones y en nuestro pensamiento.
Hoy, hace un mes de tu nacimiento y tu partida. Veniste no solo a marcar mi vida, sino también la de mucha gente mi amor... eres un angelito muy, muy especial...Te extraño bebé, te extraño mucho, pero sé que tenías que irte y aun sabiéndolo me duele, no puedo evitarlo... te amo mi niño hermoso... te amamos y siempre, siempre, estarás en nuestros corazones y en nuestro pensamiento.
La muerte de un bebé es quizá la peor tragedia que cualquier familia pueda imaginarse. Usted no piensa que su bebé puede morirse. Los bebés significan el comienzo de la vida, no el final. Esta contradicción es lo que hace que la muerte de un bebé sea tan incomprensible, tan difícil de creer y aceptar.
Cuando un bebé muere, también muere un poco nuestra esperanza, parte de nuestros sueños se hacen pedazos, se borra parte de nuestro futuro incluso antes de haberse escrito. Además de la pérdida física, hay una pérdida emocional y una pérdida de todo lo que promete una vida nueva. Esto es así, ya sea que el bebé muera de recién nacido o antes de nacer como consecuencia de un aborto espontáneo, un nacimiento sin vida u otras causas. La sociedad ha tardado en reconocer que el impacto sobre los padres puede ser el mismo independientemente de cuándo se produce la pérdida. El dolor de los padres después de un aborto espontáneo es tan válido y real como la pérdida de un bebé nacido a término.