La obesidad infantil es un problema médico y social
La obesidad infantil ha aumentado de una manera alarmante en los últimos veinte años. Según las estadísticas del departamento de Salud de los Estados Unidos un quince por ciento de los niños americanos tienen sobrepeso.
Irónicamente, el sobrepeso o la obesidad infantil es uno de los problemas más fáciles de reconocer pero más difícil de tratar.
La obesidad infantil puede convertirse en un problema que afectará al niño en su edad adulta si no cuida sus hábitos alimenticios y practica ejercicio físico para combatir el problema.
Algunas veces el problema de la obesidad infantil es algo genético, si el padre ó la madre son personas obesas, hay un cincuenta por ciento de probabilidades que sus hijos también lo sean. Si ambos padres son obesos, los hijos tiene un ochenta por ciento de probabilidades de serlo también.
La presión de la demanda social
Los niños obesos perciben la consecuencia de su problema por medio de la discriminación social que les afecta su auto estima seriamente.
Estudios realizados desde el punto de vista psicológico, indicaron que las burlas de los compañeros en la escuela y las de los amigos en el vecindario, la dificultad para hacer deportes, el cansancio y otras incapacidades relacionadas con la obesidad, conllevan a estos niños a adquirir complejos de inferioridad y a estados depresivos crónicos.
Otros aspectos que afectan psicológicamente al niño son la presión de la sociedad y las culturas mundiales al igual que los medios de comunicación que envían mensajes subliminales por medio de comerciales sobre los pesos ideales de los niños y los adolescentes.
Las niñas son las más afectadas por estos mensajes sobre “la figura ideal”, y esta presión las impulsa y conduce a hacer dietas estrictas y a hacer exceso de ejercicio.
Algunas veces, los deseos de la aceptación en los círculos sociales de personas sin sobrepeso conduce a desórdenes alimenticios como la anorexia o la bulimia.
En el caso de los niños los comerciales hacen énfasis en un cuerpo musculoso y para conseguir la meta los adolescentes tienden a usar suplementos dietarios y esteroides que son altamente nocivos para la salud.
La incapacidad de mantener el peso deseado en los adolescentes los conduce algunas veces a sentimientos negativos sobre otros adolescentes que hacen burla de ellos y a desarrollar sentimientos de odio y rechazo hacia otros y hacia su persona. Estos sentimientos son altamente dañinos para la salud mental del jóven y pueden conducir en algunos casos al suicidio.
La intervención de los padres
La intervención de los padres para ayudar a los niños y jóvenes obesos es esencial.
Primero, estos niños deben ser sometidos a una serie de exámenes que el pediatra ordenará para determinar la causa de la obesidad.
Si se determina que no hay una causa física o genética para que el niño sufra de obesidad, es necesario que los padres reduzcan el número de calorías, incrementando el consumo de frutas y eliminando de la alimentación sodas y alimentos altos en niveles de azúcar.
Otro factor muy importante es aumentar el nivel de ejercicio físico, envolviendo a los niños en algún deporte tal como la natación o de cualquier otro tipo.
La familia puede establecer una rutina de caminatas alrededor del vecindario ó ir al parque diariamente a montar en bicicleta o simplemente a jugar con un “frisbee”.
En apoyo moral que los niños con sobrepeso reciban de sus padres y familia es muy importante. Debe confirmárseles que son amados y valorados por sus familiares sin importar su peso.
Estos niños necesitan apoyo, aceptación y ciertos incentivos que los motiven a perder peso.
Esta motivación en la mayoría de los casos viene por parte de los padres. El apoyo puede ser por medio del ejemplo que les dan a sus hijos en sus hábitos alimenticios. Si ellos ven que los padres disfrutan de comidas saludables y modifican sus hábitos nutritivos, los niños se sentirán apoyados y motivados a cambiar su manera de comer.
El observar que sus padres practican alguna actividad deportiva, aunque ésta sea informal motivará a los niños a copiar el comportamiento y a cambiar sus juegos de video por practicar algún deporte con los miembros de su familia o con sus amigos.
Fuente: Psicologicamente hablando.