Constantemente, pensamos en la importancia de que nos respeten y, tal vez un poco menos, en respetar a los demás. ¿Sin embargo, qué pasa con el respeto que deberíamos tenernos a nosotros mismos?
Reaccionamos ante la falta de consideración ajena. No dejamos que nos maltraten ni que nos menosprecien. Nos hacemos valer ante los demás si percibimos que no nos están tratando de la manera que nos merecemos.
Asimismo, hacemos lo que consideramos necesario para respetar a nuestros semejantes. Si decimos algo de más, nos parece que nos traspasamos algún límite o usamos palabras groseras, pedimos disculpas, lo que demuestra que nos dimos cuenta de que casi cometemos un daño y estamos buscando la manera de repararlo.
Pero, en muchas ocasiones, no nos respetamos lo suficiente. Ni siquiera estamos pendientes del trato que nos damos a nosotros mismos, ya sea emocional o físico
CÓMO COMPROBARLO
A continuación, algunas preguntas que pueden ayudarte a descubrir si te guardas el debido respeto.
¿Tienes a alguien cercano, a quien le puedes contar tus problemas abiertamente?
¿Tienes tiempo libre?
¿Sabes poner límites?
¿Alimentas bien a tu cuerpo ? (Esto incluye comer sanamente y tomar poco o nada de alcohol)
¿Descansas una cantidad de horas razonable?
¿Te realizas chequeos médicos?
¿Haces ejercicio físico?
¿Cuidas las palabras que te dices a ti mismo e intentas cambiar los discursos internos desfavorables (por ejemplo, “qué tonta”, “nunca hago nada bien”, etc.)?
¿Tratas de realizar actividades que te distraigan y hagan feliz?
Todas estas preguntas te darán la pauta para responder la última: ¿Consideras que te respetas lo suficiente?
Con cariño,
Mel
Reaccionamos ante la falta de consideración ajena. No dejamos que nos maltraten ni que nos menosprecien. Nos hacemos valer ante los demás si percibimos que no nos están tratando de la manera que nos merecemos.
Asimismo, hacemos lo que consideramos necesario para respetar a nuestros semejantes. Si decimos algo de más, nos parece que nos traspasamos algún límite o usamos palabras groseras, pedimos disculpas, lo que demuestra que nos dimos cuenta de que casi cometemos un daño y estamos buscando la manera de repararlo.
Pero, en muchas ocasiones, no nos respetamos lo suficiente. Ni siquiera estamos pendientes del trato que nos damos a nosotros mismos, ya sea emocional o físico
CÓMO COMPROBARLO
A continuación, algunas preguntas que pueden ayudarte a descubrir si te guardas el debido respeto.
¿Tienes a alguien cercano, a quien le puedes contar tus problemas abiertamente?
¿Tienes tiempo libre?
¿Sabes poner límites?
¿Alimentas bien a tu cuerpo ? (Esto incluye comer sanamente y tomar poco o nada de alcohol)
¿Descansas una cantidad de horas razonable?
¿Te realizas chequeos médicos?
¿Haces ejercicio físico?
¿Cuidas las palabras que te dices a ti mismo e intentas cambiar los discursos internos desfavorables (por ejemplo, “qué tonta”, “nunca hago nada bien”, etc.)?
¿Tratas de realizar actividades que te distraigan y hagan feliz?
Todas estas preguntas te darán la pauta para responder la última: ¿Consideras que te respetas lo suficiente?
Con cariño,
Mel