En un avión,
iniciado el vuelo, una señora oprime insistentemente el timbre para llamar a la azafata:
-¿Cuál es el
problema, señora.? - Pregunta la azafata.
-¿Es que no lo ve? - Responde la dama.
- Me colocaron junto a un sucio indígena.
No soporto estar al lado de uno de estos seres repugnantes. ¿No
tiene otro asiento?
-Por favor, cálmese… -dice la azafata- Casi
todos los asientos están ocupados. Pero, voy a ver si hay un lugar
disponible.
La azafata
se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde:
-Señora, como yo pensaba, ya no hay ningún
lugar libre en la clase económica. Hablé con el comandante y me
confirmó que no hay más sitios disponibles en la clase económica. No
obstante, tenemos aún un lugar en primera clase.
Antes de que la dama pudiera hacer el menor
comentario, la azafata sigue:
-Es del todo
inusual permitir a una persona de la clase económica sentarse en
primera clase. Pero, dadas las circunstancias, el comandante encuentra
que sería escandaloso obligar a alguien a sentarse junto a una persona
tan repugnante.
Todos los pasajeros alrededor, observaban
la escena, indignados.
Entonces, la azafata, dirigiéndose al indígena, le dice:
-Si el señor lo desea, tome su equipaje de mano, ya
que un asiento en primera clase le espera.
Y los
pasajeros, que sorprendidos presenciaban la escena, se levantaron y
aplaudieron..
iniciado el vuelo, una señora oprime insistentemente el timbre para llamar a la azafata:
-¿Cuál es el
problema, señora.? - Pregunta la azafata.
-¿Es que no lo ve? - Responde la dama.
- Me colocaron junto a un sucio indígena.
No soporto estar al lado de uno de estos seres repugnantes. ¿No
tiene otro asiento?
-Por favor, cálmese… -dice la azafata- Casi
todos los asientos están ocupados. Pero, voy a ver si hay un lugar
disponible.
La azafata
se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde:
-Señora, como yo pensaba, ya no hay ningún
lugar libre en la clase económica. Hablé con el comandante y me
confirmó que no hay más sitios disponibles en la clase económica. No
obstante, tenemos aún un lugar en primera clase.
Antes de que la dama pudiera hacer el menor
comentario, la azafata sigue:
-Es del todo
inusual permitir a una persona de la clase económica sentarse en
primera clase. Pero, dadas las circunstancias, el comandante encuentra
que sería escandaloso obligar a alguien a sentarse junto a una persona
tan repugnante.
Todos los pasajeros alrededor, observaban
la escena, indignados.
Entonces, la azafata, dirigiéndose al indígena, le dice:
-Si el señor lo desea, tome su equipaje de mano, ya
que un asiento en primera clase le espera.
Y los
pasajeros, que sorprendidos presenciaban la escena, se levantaron y
aplaudieron..