Una particular investigación da cuenta de que el hecho de que una mujer esté en pareja estable, casada o no, está directamente asociado con una mejor calidad de sueño. Así lo revela un estudio presentado durante DORMIR 2009, la 23 Reunión Anual de la Asociación de Profesionales del sueño de EE.UU.
Los resultados de este trabajo mostraron que las mujeres en pareja que informaban dormir mejor que las mujeres que eran solteras o que habían perdido a su compañero en el transcurso del estudio de seguimiento.
Según la autora del estudio -Wendy Troxel, Profesora Asistente en la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, “las mujeres que se habían casado o estaban en pareja estable mostraban la más alta calidad del sueño, tanto en mediciones objetivas como a la hora de evaluarlo subjetivamente”.
Y esos resultados persisten incluso después de controlar otros factores de riesgo conocidos para los trastornos del sueño, incluida la edad, origen étnico, nivel socioeconómico, y los síntomas depresivos.
Los datos
El estudio reunió datos de 360 mujeres con una edad promedio de 51 años. Los participantes informaron de su actual estado de la relación durante las visitas anuales de control.
Y se les realizaron estudios polisomnográficos (PSG) durante tres noches sucesivas a lo largo del tiempo del estudio.
Troxel presentó las conclusiones en la reunión científica DORMIR 2008, bajo el título “la felicidad conyugal puede disminuir el riesgo de problemas de sueño”.
“Los actuales resultados coinciden con nuestro anterior trabajo, lo que sugiere que la estabilidad de la relación, así como la calidad de la misma pueden ser importantes factores de protección del buen sueño de las mujeres”, concluyó Troxel.
Los resultados de este trabajo mostraron que las mujeres en pareja que informaban dormir mejor que las mujeres que eran solteras o que habían perdido a su compañero en el transcurso del estudio de seguimiento.
Según la autora del estudio -Wendy Troxel, Profesora Asistente en la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, “las mujeres que se habían casado o estaban en pareja estable mostraban la más alta calidad del sueño, tanto en mediciones objetivas como a la hora de evaluarlo subjetivamente”.
Y esos resultados persisten incluso después de controlar otros factores de riesgo conocidos para los trastornos del sueño, incluida la edad, origen étnico, nivel socioeconómico, y los síntomas depresivos.
Los datos
El estudio reunió datos de 360 mujeres con una edad promedio de 51 años. Los participantes informaron de su actual estado de la relación durante las visitas anuales de control.
Y se les realizaron estudios polisomnográficos (PSG) durante tres noches sucesivas a lo largo del tiempo del estudio.
Troxel presentó las conclusiones en la reunión científica DORMIR 2008, bajo el título “la felicidad conyugal puede disminuir el riesgo de problemas de sueño”.
“Los actuales resultados coinciden con nuestro anterior trabajo, lo que sugiere que la estabilidad de la relación, así como la calidad de la misma pueden ser importantes factores de protección del buen sueño de las mujeres”, concluyó Troxel.