Seguramente, en el pasado, te han sucedido hechos que te hirieron. El recuerdo aún es vívido, de algún modo lo recreas con bastante frecuencia. Y tienes miedo de embarcarte en otra situación que a tu manera de ver es parecida, y volver a “fracasar”. Ya sea en el terreno amoroso, laboral, de amistades o el que fuese, la sola mención de la posibilidad de cualquier cosa que se relacione con la experiencia vivida (y sufrida) te remueve malos recuerdos y te hace pensar, seriamente, en dejar de lado tu posibilidad de acceder a algo que, en definitiva, deseas.
Si miras hacia atrás, de nada sirve lamentarse: lo mejor es aprender de las experiencias ya transitadas, dejarlas en su lugar, el pasado, y encarar el futuro con nuevos bríos y esperanzas renovadas. Porque lo que vivimos en el pasado, no se repetirá de igual modo. Aunque te parezca que la historia puede volver a repetirse, cambiarán las circunstancias, el momento de tu vida, tu edad, tu manera de reaccionar, las personas involucradas, el lugar, los acontecimientos.
Dentro de ti, cuentas con todos los recursos que precisas para salir airosa de lo nuevo que se te presente, tenga algún punto de contacto con lo que te pasó, o no. ¡Aprendiste del pasado, aunque en este momento, conscientemente, no te des cuenta de tu cambio!
Tus miedos se están interponiendo entre tú y la concreción de tu deseo. Te propongo que durante un día solamente, mañana por ejemplo, desde que te levantes hasta que te acuestes, dejes los miedos de lado. Sólo por veinticuatro horas. Y toma decisiones dejando los miedos congelados o apartados, durante el día que hayas elegido.
Para mí, el verdadero fracaso es no intentarlo…
Saludos
Mel.
Si miras hacia atrás, de nada sirve lamentarse: lo mejor es aprender de las experiencias ya transitadas, dejarlas en su lugar, el pasado, y encarar el futuro con nuevos bríos y esperanzas renovadas. Porque lo que vivimos en el pasado, no se repetirá de igual modo. Aunque te parezca que la historia puede volver a repetirse, cambiarán las circunstancias, el momento de tu vida, tu edad, tu manera de reaccionar, las personas involucradas, el lugar, los acontecimientos.
Dentro de ti, cuentas con todos los recursos que precisas para salir airosa de lo nuevo que se te presente, tenga algún punto de contacto con lo que te pasó, o no. ¡Aprendiste del pasado, aunque en este momento, conscientemente, no te des cuenta de tu cambio!
Tus miedos se están interponiendo entre tú y la concreción de tu deseo. Te propongo que durante un día solamente, mañana por ejemplo, desde que te levantes hasta que te acuestes, dejes los miedos de lado. Sólo por veinticuatro horas. Y toma decisiones dejando los miedos congelados o apartados, durante el día que hayas elegido.
Para mí, el verdadero fracaso es no intentarlo…
Saludos
Mel.