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Amar o Depender

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Angela
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51Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 12:47

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15. “Mi amor y comprensión lo curarán”



Cuando no convertimos en redentores, consejeros o psicólogos de la persona

amada, distorsionamos la esencia del amor. He conocido gente (sobretodo

mujeres) cuyo objetivo afectivo es redimir al pecador o curar al enfermo. Por

desgracia, y sin pecar de pesimista, la experiencia ha demostrado que el

supuesto poder de curación del amor de pareja deja bastante que desear. Por

el contrario, el amor mal dosificado (a veces llamado incondicional) puede

producir ganancias secundarias y reforzar el comportamiento que,

precisamente, se pretende cambiar. Por ejemplo, querer curar a una persona

infiel crónica dándole amor a granel y siendo tolerante con sus engaños, es una

inocentada con rasgos de complicidad. De manera similar, pretender que un

alcohólico controle su adicción exclusivamente mediante afecto indiscriminado,

es casi imposible. Los que están en Alcohólicos Anónimos saben mejor que

nadie que el amor por sí solo no es suficiente para modificar una conducta

adictiva.



Algunas personas con vocación de mártires deciden “adoptar” a la pareja y

echarse al hombro la reparación de todos sus males. Sin más armas que un

amor brioso y desbordante de optimismo, emprenden la rehabilitación del ser

amado: “Mi amor lo hará cambiar”, “Cuando se sienta amado, se dará cuenta

de sus errores” o “El amor todo lo puede” (algo así como el Club de “Sanadores

Afectivos”).



Aunque los románticos entren en crisis y el idealismo amoroso se vuelva

añicos, el realismo afectivo es imprescindible para poder desapegarse. Nadie

niega que el amor sea el principal motor de la relación de pareja; lo que estoy

afirmando es que de ninguna manera es suficiente per se para que una

relación prospere. El sentimiento afectivo en estado puro no alcanza a colmar

las expectativas de una buena convivencia y tampoco basta para que la

persona amada se cure o recapacite. El amor no es tan poderoso.



No resignarse a la pérdida (3):



Alejarse, pero no del todo



En los dilemas afectivos, las personas apegadas no quieren perder ningún

beneficio. No importa qué tan enfermiza sea la relación, lo fundamental es

conservar a la persona amada, así sea de a pedazos. El miedo a quedarse sin

afecto los lleva a establecer metas incompletas, postergaciones amañadas y

remedios insuficientes.

52Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 12:48

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16. “Voy a dejarlo de a poquito”



A no ser que se trate de un paciente internado y bajo control médico directo,

alejarse paulatinamente de la fuente de adicción no es la estrategia más

recomendada. “Voy a consumir cada día menos crack”, puede resultar risible

para los que saben del tema. La adicción no se rompe lentamente. Puede

haber retrocesos, avances y recaídas, pero la lucha es a muerte. Para una

persona con predisposición a la adicción, no hay medias tintas. Un sorbo, una

fumada o el mínimo consumo puede ser definitivo para que la oscura puerta del

vicio vuelva a abrirse. “Voy a dejar a la persona que amo porque no me

conviene, pero poco a poco”, es como decir que me inyectaré menos. Es un

típico autoengaño. En realidad, lo que queremos es prolongar la permanencia

del estimulante afectivo.



Una de mis pacientes llevaba una total doble vida. Tenía novio des hacía

cuatro años, que le brindaba tranquilidad, estabilidad y fidelidad, y un amigo

desde hacía tres, que le ofrecía emoción, lujuria y energía en proporciones

abrumantes. Su razón marcaba un camino: alejarse del amigo porque se iba a

casar con el novio. Su emotividad señalaba otro camino: terminar con el

aburrido novio y entrar en un delicioso cortocircuito abierto y sin tapujos con el

amigo. Ambos tiraban para su lado y la presionaban: “Casémonos” y “déjalo”.

Lo que ella verdaderamente pretendía era rescatar lo mejor de cada uno, sin

perder a ninguno.



La situación se había vuelto insostenible. Llevar una vida por partida doble,

no solamente era agotador sino que la fibra de la moralidad empezaba a

resquebrajarse. La culpa no le daba tregua y la ansiedad la estaba matando.

Luego de analizar sesudamente las opciones, decidió dejar al amigo, bajar las

revoluciones y quedarse con la seguridad que el novio le ofrecía. Sin embargo,

su elección todavía no estaba afianzada: “Pongamos una meta de dos meses,

doctor… Yo creo que es más fácil si lo hago despacio…” Introducir el desamor

paso a paso, es como colocar lentamente una jeringa para que duela menos.

Como es obvio, ella no fue capaz, cada “mini” distanciamiento le empujaba a

acercarse más. Cada reunión era una despedida a medio terminar, un acto

inconcluso que había que volver a retomar, una excusa para seguir. Al cabo de

dos meses de penosos intentos, me comunicó que había estado pensando

mejor la cosa y que al que iba a dejar ahora era al novio. Su propuesta no me

sorprendió demasiado: “Pongámonos una meta de dos meses doctor… Yo creo

que es mejor… No quiero que él sufra…” En el momento de escribir este relato,

ya han pasado cuatro meses de estar dejando al novio, y a veces, cuando la

nostalgia de lo que podría haber sido hace mella, reconoce que el amigo, pese

a todo, no llena totalmente sus expectativas. Atrapada sin salida.

53Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 12:49

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17. “Solo seremos amigos”



Cuando una relación se rompe, es prácticamente imposible ser amigo o

amiga de la persona que todavía se ama. Los que defienden lo contrario no

sabe de qué están hablando. Una jovencita que llevaba varias semanas con

depresión porque su novio la había dejado, todavía quería estar vinculada de

alguna manera al muchacho: “Yo sé que ya no me quiere y que tiene una

nueva chica… Pero sólo seremos amigos, amigos y nada más… Aunque tenga

otra persona y no me quiera, no importa… Quiero seguir ahí de alguna

manera… No soporto la idea de que ya no esté en mi vida…” Como es común

en los casos de testarudez afectiva, el nuevo vínculo de “amistad” se volvió una

tortura china. Al convertirse en una buena amiga, comenzó a jugar el papel de

confidente y escucha activa. No sólo tenía que aguantarse verlo con otra, sino

que también debía oírle las intimidades afectivas y apoyarlo en decisiones que

lo alejaban cada día más de una posible reconciliación. Con el transcurso de

las semanas, la angustia se hizo cada vez más insoportable. Estar con la droga

y no poder consumirla era penoso. Verlo, hablar con él y desearlo en silencio la

llevaron, en un momento de desesperación e incapacidad, a atentar contra su

vida, afortunadamente sin éxito. Luego de permanecer unos días en una clínica

psiquiátrica, me dijo antes de salir: “Voy a pelar contra esto… Me cansé de

sufrir… No quiero volver a saber de él… No se justifica una vida así… Cuando

hay amor, la amistad queda incluida, pero si no puede haber más que amistad,

el amor se vuelve un problema… No quiero tenerlo como amigo… No soy

capaz…”



Para sobrevivir a la pérdida, algunos adictos afectivos se inventan un

engendro amoroso que no es ni una cosa ni la otra: el “amigovio”, una mezcla

de amigo adelantado y novio venido a menos, con toqueteo incorporado. No

tardarán en aparecer variaciones sobre el mismo tema. Es posible que

comencemos a ver “esposovios” (esposos que parecen novios), “amantosas”

(una mezcla de amante, esposa y ventosa” y otros experimentos afectivos que

permitan mantener la ilusión de un encanto que ya no existe.

54Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 12:50

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18. “

Sólo seremos amantes”



Un amante enamorado es un amante desubicado. Los juegos de placer, los

ratos descansados, la pasión fluida y alegre que deben caracterizar a los

buenos amantes, se convierten con la adicción en una maraña afectiva, un

nudo gordiano donde cada intento por deshacerlo lo hace más fuerte. Un

amante bien concebido es como una casita en un bosque de pinos: con

ciervos, flores, aguas claras y rayos de sol atravesando las enormes copas de

los árboles. Es un cuento de hadas donde hay sexo, afinidad y descomplique.

Pero la cabaña de troncos no tiene losa. No permite otro piso ni construcciones

aledañas. Más aún, si se intentara sobrecargarla, se caería por su propio peso.



Convertirnos en amantes de la persona amada, con la excusa de no

alejarnos del todo, es la peor de las decisiones. No solamente impedimos la

elaboración del duelo, sino que perpetuamos el sufrimiento por tiempo

indeterminado. Y si la relación era muy mala o poco conveniente, peor, porque

desperdiciamos una buena oportunidad para terminar de una vez por todas con

la tortura de estar mal emparejado.



A manera de conclusión



Como habrás podido ver, la mente apegada utiliza infinidad de subterfugios

y engaños para intentar salvar el amor extraviado. No importa qué tan

inconveniente o dañino sea, la adicción afectiva no mide consecuencias. Es

ciega por naturaleza.



Si estás en una relación enfermiza y tienes miedo de salirte, o has perdido a

la persona que amas y no eres capaz de aceptarlo, es probable que utilices

alguno de los dieciocho pensamientos perturbadores señalados. Todos

obedecen a la misma necesidad: retener la fuente de apego mediante el

autoengaño.



El principio del realismo no pide demasiado, porque no hay mucho que

aprender sino desaprender. Quedarte quieto y mirar la realidad afectiva en la

cual estás inmerso, es lo único que debes intentar. Si logras observar las cosas

como realmente son, dejando los sesgos y las mentiras a un lado, tus

esquemas irracionales comenzarán a tambalear. Aunque te duela el alma y tu

organismo entre en crisis de abstinencia, no hay otro camino. La liberación

afectiva y la ruptura de los viejos patrones de adicción no toleran la anestesia,

porque las grandes revoluciones siempre exigen atención despierta. Además,

tal como decía Kalil Gibrán: “Si no se rompe, ¿cómo logrará abrirse tu

corazón?”





55Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 12:50

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EL PRINCIPIO DEL AUTORRESPETO Y



LA DIGNIDAD PERSONAL



Decir que el “apego corrompe” significa bajo la abrumante urgencia afectiva

somos capaces de atentar contra la propia dignidad personal. En esos

momentos apremiantes, ni la moral ni los valores más apreciados parecerían

ser suficientes para contener el alud. Todo vuela por los aires. Vendemos lo

que no está en venta, negociamos con el respeto y nos arrastramos más allá

de lo imaginable con tal de conseguir la dosis afectiva que necesitamos.



Umberto Eco decía ética comienza cuando los demás entran en escena.

Eso es verdad. Pero la ética siempre incluye autoestima. La moral implica no

hacerle a los otros lo que no me gustaría que me hicieran, o desear a los otros

lo que anhelo para mí. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, lo dice todo. Es

decir, de una u otra manera, siempre estoy incluido. Si no me quiero a mí

mismo, no puedo amar ni respetar a los otros.



Como afirma Maturana: “En la infancia, el niño vive el mundo con la

posibilidad de convertirse en un ser capaz de aceptar y respetar al otro desde

la aceptación y el respeto de sí mismo”. Y más adelante concluye: “Y si el niño

no puede aceptarse y respetarse a sí mismo, no puede aceptar ni respetar a

otro. Temerá, envidiará o despreciará al otro, pero no lo aceptará ni respetará;

y sin aceptación ni respeto por el otro como legítimo otro en la convivencia, no

hay fenómeno social”.



El principio del autorrespeto y la dignidad intenta definir los límites de la

soberanía personal. El reducto último, donde los principios y los valores me

definen como humano. Lo que no es negociable. Cuando esos puntos están

claros, nos volvemos invencibles porque sabemos cuándo pelear y cuándo no.

56Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 12:56

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La reciprocidad del amor



La idea de un amor universal, indiscriminado e impersonal, que trasciende

fronteras y se apodera de las parejas, me parece una mala importación

oriental. Una traslación demasiado mecánica y ajena a lo que verdaderamente

somos: humanos alborotados, coléricos hasta la médula, intensos y febriles.

Krishnamurti decía que es más fácil querer a Dios que a un ser humano.

Parecería que así es: con Dios vivimos pero no convivimos. La persona que

queremos tiene nombre y apellido, seguro social y cédula de ciudadanía;

además come, duerme, protesta, habla, demanda, abraza, llora, en fin, no es

cuerpo glorioso: está viva.



Los vínculos afectivos que establecemos con otros humanos siempre son

personalizados. No queremos a los “juanes” desconocidos del universo

conocido, sino a ese Juan o esa Juana en especial. No hay dos “juanes” o dos

“juanas” iguales. Nos enamoramos de lo idiosincrásico, de la existencia

particularizada de ese ser único, no clonable e irreproducible. Me enamoro de

una singularidad, no de un montón de átomos. Si el contacto entre dos

individuos que se aman es a escala cuántica, estelar o intergaláctica, no

importa demasiado: la fusión afectiva no es nuclear sino de piel, de “esa” piel

con “esta” piel. Quizá Molière tenía razón cuando decía: “Amar a todo el mundo

es amar nada”. El amor cotidiano es de ida y vuelta. Cierta vez escuché a un

consejero de corte bioenergético decirle a una joven casada con un golpeador

crónico, que la solución era brindar “amor impersonal” en cantidad. Una y otra

vez, con cierto aire de orgullo mesiánico, esgrimía la inexorable consigna:

“Entréguele amor impersonal y verá que cambia”. Al mes de aplicar la

estrategia, el marido casi acaba con ella y tuvo que recurrir a una comisaría de

familia.



En el amor universal, no hay buzón de quejas, porque no hay con quién ni

con qué. La mayoría de los grandes maestros espirituales trascendidos, por no

decir todos, son solteros y castos, no trabajan en ninguna empresa y casi

siempre son beneficiarios de algún mecenas. A más de uno de ellos se le

apagaría el bombillo de la iluminación si tuviera que criar hijos y manejar

sobregiros bancarios.



Los lazos afectivos siempre pueden mejorarse y perfeccionarse, pero

partiendo de lo que realmente somos, del amor habitual, contaminado y

terrenal que se vive en el día a día. Achicar el “superamos” cósmico/universal y

meterlo a presión en las relaciones de carne y hueso es ingenuo, además de

dañino. Las buenas parejas no vienen determinadas de fábrica. Hay que

pulularlas en el trajín diario de esta vida, a fuerza de sudor, esfuerzo y muchas

veces, de lágrimas.

Mientras el amor universal no requiere de nada a cambio, el amor

interpersonal necesita de correspondencia. Para que una relación afectiva sea

gratificante, debe haber reciprocidad, es decir, intercambio equilibrado. El amor

recíproco es aquel donde el bienestar no es privilegio de una de las partes, sino

de ambas.



Fernando Savater considera la reciprocidad como uno de los universales

éticos. En sus palabras: “Todo valor ético establece una obligación y

demanda –sin imposición, por lo general– una correspondencia. No es

forzosa la simetría pero sí la correlación entre deberes y derechos”.

57Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 12:57

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Es imposible convivir sanamente sin un equilibrio entre el “dar” y el “recibir”.

Si una de las partes es mal dador, pero le gusta recibir afecto, es probable que

estemos ante un avaro afectivo o un narcisista en potencia. Por el contrario,

cuando la persona es una dadora de tiempo completo y no cree merecer

afecto, la sumisión está presente. Para que la relación amorosa funcione, no

debe haber desequilibrios muy marcados.



Si somos sinceros, en el cuerpo a cuerpo, en la intimidad afectiva, bajo las

sábanas, en las peleas, en los logros personales y en cada espacio de

convivencia compartida siempre esperamos alguna equivalencia afectiva. No

digo que haya que ser milimétrico y llevar contabilidades momento a momento.

Lo que sostengo es que la desigualdad del intercambio acaba por destruir

cualquier vínculo. Si doy diez, me conformo con un ocho. Más aún, si el amor

me lo permitiera, hasta un siete estaría bien. Jamás podría contentarme con

una relación que no llenara, al menos en parte, mis expectativas afectivas.

Repito: la idea no es pegarse de ridiculeces que son superfluas e

intrascendentes, sino discriminar cuándo se justifica y cuándo no. Es decir,

elegir lo verdaderamente importante.



Estando en plena reconciliación después de una separación, la esposa de

uno de mis pacientes se negó a prepararle el desayuno al marido porque el

pacto que tenían era “un día cada uno”, y ese día no le tocaba a ella. Cuando él

le pidió el favor porque no había podido dormir bien, la mujer refunfuñó,

esgrimió consignas feministas y criticó duramente la falta de seriedad de su

cansado esposo ante los acuerdos pautados. Un nazi en faldas, rígido e

intransigente. Esto no es reciprocidad sino quisquillosidad obsesiva y

malquerencia.



Por el contrario, hay casos en que el intercambio sí necesita nivelarse.

Recuerdo el caso de un señor insatisfecho sexualmente, casado con una mujer

inorgásmica y absolutamente fría. Ella nunca pudo aceptar el problema. Se

negaba a pedir ayuda profesional y menospreciaba las necesidades sexuales

de su esposo por considerarlas “exabruptos masculinos” (vale la pena señalar

que en los últimos seis meses solamente habían tenido cuatro relaciones). Su

argumento rayaba en la terquedad: “Puedo vivir sin sexo… No me hace falta…

Para mi hay cosas más importantes que hacer el amor… ¿Por qué tengo que

ceder yo?... ¿Por qué no puede él acoplarse a mí?” Ante la negativa

persistente de ella, el hombre decidió separarse: “Necesito sentir que la mujer

que está a mi lado me desea… Quiero verla feliz entre mis brazos y que se

entregue a mí, no sólo en espíritu sino en cuerpo… Si doy sexo y no lo recibo,

me queda la desagradable sensación de no hacerla sexualmente feliz… Yo

disfruto si ella disfruta… No soy capaz, no puedo negociar sobre esto”.

58Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 12:57

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Cuando se trata de aspectos esenciales, recibir se convierte en una

cuestión de derechos y no en un culto al ego. Hay cosas primordiales a las

cuales no podemos renunciar porque son imprescindibles para la supervivencia

psicológica; y aunque no las hagamos explícitas, damos por sentado que

deben existir para que la relación afectiva siga su curso. Si soy fiel, espero

fidelidad; si soy honesto, espero honestidad; si soy cariñoso, espero ternura.



De no ser así, no me interesa.



No te merece quien te lastima



Merecer significa “hacerse digno de”. Expresiones como: “Te entiendo”, “Lo

acepto”, “Lo disfruto”, “Me alegro” o “Tu amor es un regalo”, son

manifestaciones de aceptación y buena recepción. Si una persona no aprecia

lo que le doy, no lo comprende o no lo traduce, el amor se deshace en el

camino, no da en el blanco y desaparece. Un amor que no llega es un

despilfarro energético de grandes proporciones. Podríamos entenderlo del

siguiente modo: “No puedo amar a quien no quiere estar conmigo. Si no me

aman, no me respetan o me subestiman, no me merecen como pareja”.



Cuentan que una bella princesa estaba buscando consorte. Aristócratas y

adinerados señores habían llegado de todas partes para ofrecer sus

maravillosos regalos. Joyas, tierras, ejércitos y tronos conformaban los

obsequios para conquistar a tan especial criatura. Entre los candidatos se

encontraba un joven plebeyo, que no tenía más riquezas que amor y

perseverancia. Cuando llegó el momento de hablar, dijo: “Princesa, te he

amado con toda mi vida. Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para

darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de amor… Estaré cien días sentado

bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que

llevo puestas… Esa es mi dote…” La princesa, conmovida por semejante gesto

de amor, decidió aceptar: “Tendrás tu oportunidad: si pasas la prueba, me

desposarás”. Así pasaron las horas y los días. El pretendiente estuvo sentado,

soportando los vientos, la nieve y las noches heladas. Sin pestañar, con la vista

fija en el balcón de su amada, el valiente vasallo siguió firme en su empeño, sin

desfallecer un momento. De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba

traslucir la esbelta figura de la princesa, la cual, con un noble gesto y una

sonrisa, aprobaba la faena. Todo iba a las mil maravillas. Incluso algunos

optimistas habían comenzado a planear los festejos. Al llegar el día noventa y

nueve, los pobladores de la zona habían salido a animar al próximo monarca.

Todo era alegría y jolgorio, hasta que de pronto, cuando faltaba una hora para

cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la

infanta, el joven se levantó y sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del

lugar. Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino,

un niño de la comarca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa: “¿Qué fue lo que

te ocurrió?... Estabas a un paso de la meta… ¿Por qué perdiste esa

oportunidad?... ¿Por qué te retiraste?...” Con profunda consternación y algunas

lágrimas mal disimuladas, contestó en voz baja: “No me ahorró ni un día de

sufrimiento… Ni siquiera una hora… No merecía mi amor…”

59Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 12:59

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El merecimiento no siempre es egolatría, sino dignidad. Cuando damos lo

mejor de nosotros mismos a otra persona, cuando decidimos compartir la vida,

cuando abrimos nuestro corazón de par en par y desnudamos el alma hasta el

último rincón, cuando perdemos la vergüenza, cuando los secretos dejan de

serlo, al menos merecemos comprensión. Que se menosprecie, ignore o

desconozca fríamente el amor que regalamos a manos llenas es

desconsideración o, en el mejor de los casos, ligereza. Cuando amamos a

alguien que además de no correspondernos desprecia nuestro amor y nos

hiere, estamos en el lugar equivocado. Esa persona no se hace merecedora

del afecto que le prodigamos. La cosa es clara: si no me siento bien recibido en

algún lugar, empaco y me voy. Nadie se quedaría tratando de agradar y

disculpándose por no ser como les gustaría que fuera.



No hay vuelta de hoja. En cualquier relación de pareja que tengas, no te

merece quien no te ame, y menos aún, quien te lastime. Y si alguien te hiere

reiteradamente sin “mala intención”, puede que te merezca pero no conviene.



Jamás humillarse



Someterse por amor puede generar dividendos a corto plazo, pero a la larga

la persona que se rebaja produce fastidio. Es muy difícil amar a un ser que se

doblega para obtener afecto. Un amor indigno es una forma de esclavitud. Y los

dueños nunca aman a sus esclavos; los explotan o se compadecen de ellos.



Si la relación comienza a cabecear, la humillación es la estrategia más

utilizada por los adictos afectivos. Las tácticas varían de acuerdo con el grado

de deterioro personal, pero por lo general cuanto mayor sea el apego, más

intenso será el despliegue de comportamientos humillantes.

60Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 12:59

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Una primera categoría la constituyen los reclamos indecorosos o las

preguntas indebidas. Lo que básicamente se hace aquí es reclamar afecto y

atención sin pudor alguno: “Quiéreme”, “Recuerda mi cumpleaños”, “No te

olvides que tienes que hacer el amor conmigo”, “Tienes que acariciarme de vez



en cuando”, y así. En la vida de la relación, hay cosas que no se piden y que

deben surgir natural y espontáneamente. Si no ocurren, estamos en alerta roja.

Por más música y buenas intenciones que le pongamos, exigir afecto siempre

deja una sensación de malestar en la boca del estómago, que después se

convierte en indignación y muchas veces en depresión. No es lo mismo ejercer

el derecho a la reciprocidad que implorar amor. Uno nos enriquece, el otro nos

avergüenza.



61Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 13:00

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Una segunda forma de humillación son los comportamientos degradantes y manipulativos. Los más comunes son suplicar, arrodillarse, llorar, gritar, la automutilación y los intentos de suicidio.

Obviamente, estos comportamientos suelen ser muy impactantes a los ojos de cualquier observador. Una señora no había podido separarse de su marido porque cada vez que intentaba hablarle del tema el señor entraba en crisis. El estallido histérico tomaba dos rumbos: o hacía un escándalo de padre y señor nuestro en el edificio, o al otro día se aparecía en el trabajo de ella, y delante de clientes y compañeros suplicaba de rodillas que no lo fuera a dejar.

El impacto era tal que incluso algunas de las mejores amigas de la mujer se compadecían y apoyaban al desajustado señor.

En otro caso de trágico desenlace, una niña de veintidós años, extremada-mente celosa, amenazaba en forma constante a su novio con quitarse la vida si éste intentaba abandonarla. Cierta vez intentó tirarse de un automóvil en marcha, y en varias situaciones había buscado arrojarse por la ventana. Por desgracia un día, cegada por los celos calculó mal y se fue al vacío.

Cuando este tipo de conductas ocurre, el sujeto ya está fuera de control y no es capaz de medir las consecuencias.

62Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 13:01

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La tercera tiene que ver con dejarse explotar. Si la persona acepta que se aprovechen de ella sin chistar, como una forma de asegurar su fuente de apego, ha entrado a los fangosos terrenos de la prostitución. En este tipo de relaciones, el usufructo no siempre debe estar relacionado con lo económico.

Un señor viudo de sesenta años había adoptado el papel de Cupido motorizado con su flamante novia, los hijos de ella y su futura suegra. El papel de chofer ya casi no le dejaba tiempo para sus obligaciones, pero no era capaz de negarse.

Con el tiempo, la familia también le fue endosando tareas de mensajero, las cuales terminó asumiendo con resignada vocación de mártir. Para colmo, si llegaba tarde o fallaba en alguna diligencia, la reprimenda no se hacía esperar.

En una cita me confesó su temor: “No soporto la soledad…Ya no estoy tan joven… Yo sé que a veces se aprovechan de mí, pero no me importa… Unas cosas por otras… No sé qué haría si ella me deja”. La trampa era fatal y altamente masoquista: cuanto más lo utilizaban, más dependiente se volvía.

Una forma muy común de humillación y especialmente lastimosa, que
podría considerarse una variante de la anterior, es aceptar el maltrato con estoicismo. Los pensamientos serviles que se esconden detrás de esta
forma de sumisión suelen ser dos: “Si me castigan es porque lo merezco” o “Si no me quejo y aguanto estoicamente, nunca me abandonará”. Por lo general, estas personas han sido víctimas de un lavado cerebral sistemático por parte de su pareja. Si el adicto afectivo tiene la mala suerte de caer en manos de una persona mal intencionada, literalmente puede acabar con todo rastro de voluntad. Como si se tratara de una secta, en poco tiempo el apegado acepta cualquier cosa y se entrega como cordero al matadero. Más aún, he visto sujetos dependientes que se sienten honrados de soportar el maltrato.

Reverenciar al verdugo es la máxima expresión de obediencia rastrera. Para estos sujetos, el autoengaño sea probablemente la mejor manera de sobrevivir a un conflicto afectivo sin escape. Hay subyugados que se sienten orgullosos de serlo. Liberarlos es imposible. Parafraseando a Séneca: “No hay esclavitud más vergonzosa que la voluntaria”.

63Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 13:02

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Una quinta manera de doblegarse y caer en el desdén es desvirtuar la
propia esencia para darle gusto al otro. Complacer a la persona que se ama es uno de los placeres más agradables y excitantes. Satisfacer, consentir y colaborar con el bienestar del otro forma parte de la convivencia próspera. De hecho, sin reforzadores el amor se siente pero no se ve; es decir, no alcanza.

Sin embargo, este “dar” a borbotones debe tener un límite autoimpuesto: no debo atentar contra mí mismo para que mi pareja sea feliz. Una mujer casada hacía poco tiempo, muy apegada a su pareja, rápidamente se había adaptado a las “preferencias” sexuales del marido. Drogas estimulantes de todo tipo, tríos, cuartetos, juegos sádicos, prostitución, pornografía violenta, en fin, un repertorio que haría parecer ingenuo al propio Marqués de Sade en persona.

La joven había recibido una educación formal tradicional y a sus veintidós años no había tenido la oportunidad de experimentar demasiado. No obstante, el miedo a no dar la talla y a decepcionar al esposo hacía que se entregara a prácticas que no disfrutaba ni compartía moralmente. Ella no estaba hecha para esa vida. Cuando se le sugirió que fuera asertiva y manifestara su inconformidad, no fue capaz. Asistió a dos o tres citas y nunca más volví a saber de ella. Todavía hoy, cuando por alguna razón me enfrento al tema del abuso y la violencia sexual, su rostro tímido y asustadizo me viene, inexorablemente, a la memoria. El apego puede afectar la tendencia sexual, la posición política, la sensibilidad social y hasta la más arraigada creencia moral o religiosa.

64Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 13:03

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La sexta forma de sumisión es la más sutil y utilizada. Consiste simplemente en no expresar los gustos o necesidades. Un silencio zalamero y disimulado, que agrada y halaga a la otra parte y, de paso, la retiene. La humillación no se nota y la manipulación es encubierta: “Si me dejo llevar, nunca me dejará”. A los ojos de cualquier observador desprevenido, la pareja es modelo de perfección. Las coincidencias sorprenden y la congruencia es increíble. Pero en realidad el adicto se somete a los gustos del otro: “Lo que tu quieras, mi amor” o “Lo que te parezca a ti está bien”. El amor en pasta y bien administrado. Un sometimiento sagaz, que garantiza la permanencia del dador afectivo y sus respectivos beneficios.



65Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 13:05

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Por último, existe una forma truculenta de mantener indignamente a la pareja: compartir la persona amada con otra. La canción de Pablo Milanés, “El breve espacio en que no estás”, muestra esta faceta del apego en plena efervescencia: “La prefiero compartida, antes que vaciar mi vida”. Desastroso y lamentable. La mayoría de los adictos afectivos cuya pareja es infiel, terminan por aceptar resignadamente el hecho. Conozco a un hombre con un desorden de la personalidad por dependencia, que lleva tres años esperando a que su mujer deje al amante. Ella lo tiene al tanto de todo y él agradece la honestidad.



Recientemente se fueron los tres a una finca a pasar el fin de semana. Cuando el señor me preguntó qué hacer, me vi tentado de ofrecerle la típica solución siciliana (morderse la falange del dedo índice, levantarla del trasero y sacarla por la ventana), pero opté por un consejo más profesional: “Usted no se está respetando a usted mismo… Si a su mujer le interesa realmente su bienestar, no lo sometería a esta tortura… Ella ya hubiese tomada una decisión… Sin darse cuenta, usted se ha vuelto cómplice porque está renunciando a sus principios y a su honra… ¿Tiene sentido todo este dolor y esta angustia?...

Mientras no pierda el miedo a la soledad, siempre será una prolongación de su mujer… Déjela, aléjese… Venza su adicción y será un hombre libre…”

Después de unos meses logró escabullirse del calvario, pero con la dependencia a cuestas. Una ex novia, recién separada, más pudorosa y
querida, hizo su aparición y lo rescató. Un clavo sacó a otro.

66Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 13:06

*Mary*

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Eliminar toda forma de autocastigo

Cuando una relación anda mal, nunca hay un solo responsable. La hecatombe afectiva siempre es función de dos, quizá no en las mismas
proporciones, pero cada cual aporta su cuota: unos por defecto y otros por exceso.

En el caso del apego afectivo, cuando el vínculo se rompe el apegado suele activar su más dura autocrítica. De manera inclemente, como si le gustara sufrir, agrega más dolor al sufrimiento. Durante treinta años de matrimonio, una mujer mayor había atendido a su marido a la vieja usanza.

Entre sus obligaciones estaban quitarle los zapatos cuando llegara de trabajar, escogerle la ropa por la mañana, cortarle las uñas de los pies y de las manos, teñirle el bigote, enjabonarle la espalda, cortarle el pelo, darle masajes y atenderlo en lo que fuera necesario: una moderna geisha, a la antigua. El problema era que el señor se había conseguido una amiguita y había desplazado a su devota esposa a un frío y distante segundo lugar.

Lo que más le dolía a la señora era la forma en que lo había hecho: “No me importa tanto que sea infiel, sino el desprecio… (llanto) … El está totalmente indiferente conmigo, casi no me habla y se fue para otra alcoba… (llanto)… No sé por qué me rechaza… Yo he sido muy buena esposa…” Cuando le pregunté si no sentía indignación, rabia o ganas de estrangularlo, me contestó que su sentimiento no era de ira, sino de pesar y culpa: “Ayer me enteré que pidió cita para cortarse el cabello… No sé, me siento culpable de que tenga que ir a donde el peluquero… Llevo muchos años cortándole el pelo… ¿No cree que debería seguir motilándolo pese a todo?...”

Sentirse culpable de no seguir siendo sumisa es una culpa al cuadrado. Un récord y un excelente ejemplo de cómo no se debe actuar para mantener el autorrespeto a flote.

La pobre mujer estaba tan acostumbrada a ceder, que cuando la traicionaron se sintió traidora.

67Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 13:07

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Otro de mis pacientes, al enterarse que su mujer ya no le quería, comenzó a autocastigarse verbalmente. Sus registros mostraban infinidad de autoverbalizaciones negativas: “Soy un idiota”, “A mi nadie me puede querer”, “Si hubiese sido más cariñoso, no me habrían dejado de querer”, “Soy torpe en el amor”, en fin, cientos de inculpaciones diarias, en voz baja, reciclables y altamente dañinas.

El resultado fue inevitable: depresión mayor y clínica de reposo.

Los dos pensamientos más comunes que acompañan el abandono del apegado son: “Si la persona que amo no me quiere, no merezco el amor” o “Si la persona que dice quererme me deja, definitivamente no soy querible”. La consecuencia de ésta manera de pensar es nefasta. El comportamiento se acopla a la distorsión y el sujeto intenta confirmar, mediante distintas sanciones, que no merece el amor. Veamos cuatro formas típicas de autocastigarse:

a. Estancamiento motivacional: “No merezco ser feliz, entonces elimino
de mi vida todo lo que me produzca placer” (autocastigo motivacional).

b. Aislamiento afectivo: “No merezco a nadie que me quiera. Cuanto más
me guste alguien, más lo alejo de mi lado” (autocastigo afectivo).

c. Reincidencia afectiva negativa: Buscar nuevas compañías similares a
la persona que nos hizo o todavía nos hace sufrir (profecía
autocastigante).

d. Promiscuidad autocastigadora: Entregarse al mejor postor, prostituirse
socialmente o dejar que hagan de uno lo que quieran (autocastigo moral).

Autocastigarse es la manera más degradante de humillación, porque proviene de uno mismo. Repito: en las relaciones disfuncionales nunca hay un solo causante. No seas injusto contigo ni te maltrates
innecesariamente. Divide las cargas, elimina el autocastigo y deja que el perdón empiece a actuar.

68Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 13:08

*Mary*

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A manera de conclusión

Tu pareja, por encima de todo y sin excusas, debe amarte y respetarte. Si ninguna de las dos cosas se dan (deben ser las dos o nada), estás con la
persona equivocada. Recuerda: no te merece quien te haga sufrir.


El autorrespeto es una guía, una luz en la mitad de la oscuridad. Es el punto de referencia psicológico que te dirá cuándo has perdido el norte. Si la dignidad personal se activa, el apego se diluye y pierde fuerza.


Predicar un amor recíproco es aceptar que todos los humanos son valiosos, incluido tú mismo. Resignarte a una mala relación
automáticamente te quita el derecho al amor, porque serías cómplice de tu infelicidad. Defender tus derechos y negarte a la humillación te vuelve más querible y eliminar el autocastigo te hace libre.

Para vencer el apego y no volver a caer en él, tu mente debe acostumbrarse a no negociar los principios. Un ser carente de ética es un individuo sin dirección, influenciable y esencialmente contradictorio. No obstante, la vida siempre te ofrece otra oportunidad; una manera de empezar de nuevo y limpiar el pasado. En lo más profundo de tu ser hay un fortín que no ha sido tocado, una reserva moral inexpugnable que te empuja a renacer y a empezar de nuevo.

Utilízala.

69Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 13:09

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EL PRINCIPIO DEL AUTOCONTROL CONSISTENTE

Si le tengo miedo a las arañas, la mejor manera de vencer la fobia es
permanecer el tiempo suficiente con ellas para que mi organismo se habitúe a la adrenalina: a este proceso lo llamamos extinción. Algo similar puede aplicarse ante la muerte de un ser querido. La mejor fórmula es lograr la aceptación total y radical de la pérdida mediante exposición. Es decir, promover el contacto con todo lo que recuerde al fallecido hasta agotar el dolor: a este proceso lo llamamos elaboración del duelo.



Pero cuando se trata de apegos, la cosa es distinta. Las adicciones no se vencen por exposición. Aquí la mejor opción es el autocontrol y la
resistencia activa. Recordemos que en la adicción no hay empalago; por el contrario, cuanto más droga recibe el adicto, más dependencia crea. A veces parecería no haber límite.

Muchas personas apegadas y hartas con su problema, deciden equivocadamente terminar con la enfermedad metiéndose en la boca del lobo.

La creencia que los anima es: “Si lo enfrento, mejor… Más rápido acabo con esto”. Pero el resultado de esta estrategia suele ser el agravamiento de los síntomas: más amor, más locura y más obsesión.

No podemos procesar la pérdida si el enfermo está en cuidados intensivos.
Nadie entierra a un familiar vivo antes de tiempo, así esté en estado de coma.

Cuando la persona apegada pierde toda esperanza de reconciliación afectiva o de mejoría, y acepta que ya no hay nada que hacer, apenas comienza a procesar realmente la ausencia. Entonces sí, la exposición puede dar resultado. Pero antes, cuando la dependencia está viva y en pleno auge, cualquier aproximación a la persona que se quiere olvidar es activar inútilmente el dolor, sensibilizar el amor y fortalecer el apego.

Si se desea acabar realmente con una relación enfermiza y no recaer en el intento, la extirpación debe ser radical. No se pueden dejar metástasis. La ruptura debe ser total y definitiva. Veamos algunas estrategias:

a. Análisis parcializado conveniente. Tal como lo señalamos en el apartado del realismo afectivo, lo malo no hay que olvidarlo. Y a veces también
hay que resaltarlo. Cuando se trata de relaciones muy enfermizas, la mejor estrategia es concentrarse en lo malo y hacer un análisis algo parcializado del vínculo. En ocasiones, un solo elemento malsano tiene más peso que muchos positivos.

Por ejemplo, si una mujer castigara cruelmente a uno de sus hijos hasta mandarlo al hospital, ese solo hecho opacaría cualquier aspecto rescatable de su personalidad. O si un padre abusara sexualmente de su hija, importaría poco si es buen trabajador, cariñoso o de buena familia. La relación sería insostenible. Mantener los aspectos negativos presentes, activos y disponibles, no significa vivir amargado y resentido. Por el contrario, recordar lo malo de manera constructiva es decirse una y otra vez: “Gracias a Dios, logré separarme” y “Gracias a Dios, no he vuelto a recaer”.


b. Hablar con personas que están de nuestra parte. Lo peor que le
puede pasar a una persona que se está separando es tener amigos “objetivos”.

No falta quien quiera parecer equilibrado y ecuánime: “¿Se separaron?... ¡Qué pesar!... Era un hombre con muchas cosas buenas…” o “Tu ex mujer era una persona excepcional… ¡Qué lástima!”. La mayoría de la gente opina sin tener idea. Además, como los sujetos apegados ocultan sus problemas de pareja, los allegados suelen permanecer ignorantes de los detalles domésticos. Es mejor rodearse de personas incondicionales que nos animen y apoyen en la decisión.

Si quiero alejarme de una relación anormal o inconveniente, no necesito
imparcialidad y mesura sino que me ayuden a escapar del suplicio y alejarme.

En estos casos, los mejores amigos son los que nos dicen lo que necesitamos oír para no volver atrás.

c. Control de estímulo o las buenas evitaciones. Hay que cortar las
fuentes inconvenientes de información y no someterse a los estímulos que
disparan la urgencia afectiva. Durante un tiempo es mejor no llamar ni hablar con la persona que se quiere dejar; no verla, evitar lugares nostálgicos o gente que nos la recuerde. También se deben bloquear, en lo posible, todos aquellos estímulos sensoriales que activen esquemas pasados. Perfumes, fotos, música, texturas o sabores que generen evocación, deben ser totalmente eliminados.

Dos o tres meses sin saber de la persona amada pueden ser un buen comienzo. Pero apenas eso. La vigilancia y la atención despierta no debe
desfallecer, a veces durante años. Si ocurrieran encuentros cercanos del tercer o segundo tipo, es probable que el adicto recaiga y comience una nueva etapa de descontrol total.

Aunque el autocontrol y la autorregulación del comportamiento no es la
solución al problema, ayuda a que se establezcan las condiciones para
comenzar un trabajo más profundo, donde se pueda fortalecer el déficit que se esconde detrás de cada apego. La autodisciplina es lo opuesto de la inmadurez; fortalecerla es madurar emocionalmente y aprender a manejar los impulsos que el apego desencadena. No puede haber adicción si hay autocontrol.



70Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 13:10

*Mary*

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UNAS PALABRAS PARA CONCLUIR

El arte de amar sin apegos resulta de una extraña mezcla de capacidades difíciles de alcanzar. No solamente por la complejidad que implica la experiencia afectiva, sino por la resistencia que nuestra cultura ha
desarrollado al respecto.


La mayoría de los requisitos que se necesitan para amar sin adicciones, no suelen ser bien vistos por los valores sociales tradicionales. Para muchos, la libertad afectiva es una forma de libertinaje que necesita mantener controlado.

Como si la ausencia de dependencia fuera en sí misma peligrosa. Un amor independiente siempre incomoda. Un amor sin apegos es irreverente, fantástico, insólito, locuaz, trascendente, atrevido y envidiable.



Amar sin apegos es amar sin miedos. Es asumir el derecho a explotar intensamente el mundo, a hacerse cargo de uno mismo y a buscar un sentido de vida. También significa tener una actitud realista frente al
amor, afianzar el autorrespeto y fortalecer el autocontrol. Es disfrutar de la dupla placer/seguridad, sin volverla imprescindible. Es hacer las paces con Dios y la incertidumbre. Es tirar la certeza a la basura y dejar que el universo se haga cargo de uno. Es aprender a renunciar.

El amor está hecho a la medida del que ama. Construimos la experiencia afectiva con lo que tenemos en nuestro interior, por eso nunca hay dos relaciones iguales. El amor es lo que somos. Si eres irresponsable, tu
relación afectiva será irresponsable. Si eres deshonesto, te unirás a otra persona con mentiras. Si eres inseguro, tu vínculo afectivo será ansioso. Pero si eres libre y mentalmente sano, tu vida afectiva será plena,
saludable y trascendente.

Amar sin apegos no implica insensibilizar el amor. La pasión, la fuerza y el impacto emocional del enamoramiento nunca se merman. El desapego no amortigua el sentimiento; por el contrario, lo exalta, lo libera de sus lastres, lo suelta, lo amplifica y lo deja fluir sin restricciones.


Empieza hoy. Acepta el riesgo de abrazar a tu pareja sin angustias. Si tienes claridad sobre lo que verdaderamente eres y hasta dónde puedes llegar, no habrá temores irracionales. Solamente los roces normales y algunos desacoples. La convivencia no es una panacea, pero tampoco es infelicidad total. El amor interpersonal, vivo y activo, en el cual diseñamos a cada instante nuestro ecosistema afectivo, nuestro lugar en el mundo. Es la operación por la cual nos adaptamos al otro, sin dejar de ser uno. Podemos encajar sin violentarnos, sujetarnos despacio y tiernamente, como quien no quiere lastimar ni lastimarse. Y esa unión maravillosa de ser dos que parecen uno, sólo es posible hacerla con pasión y sin apegos.



71Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 17:14

Angela

Angela
MEJOR POSTEADORA
MEJOR POSTEADORA

¿Así o más largo?
Mary te aventaste todo el libro, me dí a la tarea de copiar y pegar en word, para imprimirlo y leerlo, fueron mas de 100 hojas.
Fueron dos horas, pero valió la pena, ahora a leerlo con calma.
Amar o Depender - Página 3 403858

72Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 17:17

*Mary*

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Holitas Angela

No sabes el gusto que me da que lo hayas pegado en word, para imprimirlo, efectivamente es un libro, pero creeme que vale la pena leerlo, tomate tú tiempo, no te arrepentiras.

Un fuerte abrazo

73Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 17:31

Martha.

Martha.
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me uno a Angela, porque tan cortito, jejejejejeje pues aleerlo con calmita, nomas lo copiare a Word porque los cartuchos estan caritos jejejejeje.


Saludines Amar o Depender - Página 3 659829 Amar o Depender - Página 3 659829 Amar o Depender - Página 3 659829

74Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 24 Mar 2009, 17:35

*Mary*

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jajajajajajajaja

Amar o Depender - Página 3 216280 Amar o Depender - Página 3 216280

75Amar o Depender - Página 3 Empty Re: Amar o Depender Mar 31 Mar 2009, 16:34

Kathya C.

Kathya C.
DISTINGUIDO
DISTINGUIDO

Que casualidad Mary cuando terminé con mi novio me sentía morir, empezé a buscar por internet reflexiones, sitios donde pudiera leer artículos que me aliviaran un poquito el dolor que sentía, hasta que supe de este libro "AMAR O DEPENDER" De Walter Rizo.

Excelente, tengo un mes de haberlo leído y me encantó te digo me ayudó bastante a ir saliéndo de la depre en la que estaba, aúnque aveces se me bajan los ánimos, recuerdo muchas cosas que leí de este libro y vuelvo a ser fuerte..... Te felícito por publicarlo en el foro. Y creo que me lo volveré a leer.

Dios te bendiga...Amar o Depender - Página 3 514551

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