¿Qué es la Soledad?
Se considera a alguien solo cuando no establece contacto social con otras personas o bien cuando este contacto no le es satisfactorio. La soledad se caracteriza básicamente por:
Se distinguen dos tipos de soledad:
La definición más común de soledad es la de carencia de compañía y que se tiende a vincularla con estados de tristeza, desamor y negatividad, obviando los beneficios que una soledad ocasional y deseada puede reportar. La soledad puede ser producto de diversas circunstancias: La pérdida y/o ausencia de un ser querido.
Pérdida y/o ausencia de un ser querido. Cuando surge la separación en la pareja, el fallecimiento de un ser querido, un viaje prolongado, alguien a quien hemos amado o que ocupaba un espacio vital en nuestra vida desaparece, nos invade una particular sensación de soledad, un vacío que nos sume en la tristeza y la desesperanza, lo cual también se siente cuando pasamos por la infidelidad de nuestra pareja. Nos vemos perdidos y sin los puntos de referencia en los que antes nos apoyábamos para afrontar la vida. Como personas todos necesitamos de los demás para crearnos a nosotros mismos, para sentirnos importantes, para sentirnos queridos y útiles para los nuestros. Y no sólo para cubrir nuestras necesidades de afecto y desarrollo personal, sino también para afianzar y revalidar nuestra autoestima, ya que ésta se genera a partir de la interrelación con las personas que nos rodean. La pérdida y/o separación es irreemplazable pero no irreparable. Ese hueco quedará ahí pero si nos permitimos sentir cada una de las fases del duelo que va desde la tristeza hasta la aceptación y nos proponemos superarlo a base de confianza en nosotros mismos, podremos reunir fuerzas para establecer nuevas relaciones que cubran ese falta que la ausencia del ser querido ha causado. Necesitamos intentar que el vacío de esa persona no se convierta en una carencia general de relaciones; esta soledad es dolorosa, pero puede convertirse en positiva si la interpretamos como oportunidad para aprender a vivir el dolor sin quedarnos bloqueados. Quien sabe salir del dolor está preparado para disfrutar la plenitud de su vida. Soledad social. Una soledad muy común en este mundo nuestro es la de quien apenas habla con su familia, sus compañeros de trabajo y sus vecinos, nos sentimos incapaces de contactar con un mínimo de confianza con quienes nos rodean, tememos miedo que nos dañen o nos rechacen, y vivimos el vacío que nosotros mismos creamos y que justificamos con planteamientos como "no me entienden", "la gente sólo quiere hacerme daño", "sólo me buscan cuando necesitan algo", "cada vez que confío en alguien, abusan de mi"; sin embargo nos sentimos solos y puede incluso provocar un cuadro de depresión y/o neurosis. Cuando la soledad no es deseada y/o buscada puede convertirse en angustia, si bien algunos se acostumbran a vivir solos, generalmente se revisten de una apariencia de fortaleza, autosuficiencia, agresividad o timidez. Y todo, para esconder la inseguridad y el miedo a que no se nos quiera o no se nos respete. Hay también otras soledades indeseadas, como esas a las que se ven inmersas las personas mayores, amas de casa, o quienes muestran una orientación sexual no convencional, o quienes sufren ciertas enfermedades, incapacidades físicas o psicológicas o imperfecciones estéticas.
Soledad momento de reencuentro. La soledad es también un momento de reflexión, de conocernos a fondo y de encontrarnos sinceramente con nosotros mismos. Hay un tiempo para comunicarnos con los demás y otro para establecer contacto con lo más profundo de nosotros mismos en el que se necesita de la soledad. También se hace necesario "hablar" con nuestros miedos, nuestras preocupaciones, nuestros sueños, podemos ignorarlos pero esto equivale a quedarnos bloqueados Es conveniente que, en ocasiones, optemos por la soledad. En resumen, equilibremos los momentos en que nos expresamos y atendemos a otros, y los que dedicamos a pensar, en soledad, en nuestras propias “cosas”. La soledad desde el punto de vista psicoterapéutico. Sólo en lo últimos años la soledad ha sido considerada como un problema clínico, que requiere de una terapia específica. El tema ha cobrado enorme importancia, ya que tiene una alta incidencia, tanto en la población en general como en personas que presentan algún grado de desajuste en su personalidad. La soledad también se considera como uno de los posibles factores que causan otros desórdenes. Entre ellos depresión, suicidio y graves problemas médicos, como las enfermedades cardiovasculares. ¿Qué es entonces la soledad? Psicológicamente se define como la ausencia, real o percibida, de relaciones sociales satisfactorias, que se presenta con síntomas de trastornos psicológicos y desadaptación, como ansiedad, depresión, insomnio, abuso de drogas y alcoholismo. Los pacientes crónicamente solos a menudo revelan muchos síntomas de depresión, como inactividad, pérdida de energía y pérdida de placer en actividades que para la mayoría resultan agradables. Se sienten aislados, diferentes a los demás; se quejan de que nadie los entiende; que a nadie le importan. Para diagnosticarla es necesario retomar lo anteriormente mencionado e identificar al menos la carencia de 3 elementos de la siguiente lista:
Tratamiento Los problemas de soledad se tratan en el mismo contexto en que se analiza la depresión. El tratamiento por lo general incluye cambios conductuales específicos en la forma de iniciar y profundizar las relaciones sociales del paciente, revisando el “aquí y ahora”, revisando por ejemplo:
Espero que este artículo te sea de utilidad, de lo contrario acudir al consultorio siempre es una buena opción. Si notas que tienes o las personas a quienes conoces, tienen comportamientos como los descritos, no dudes en pensar que necesitan ayuda. |